Ayúdame a olvidar

5. Sehun

Era obvio que respondería eso. También era obvio que me molestaría la respuesta, pero de todos modos tuve que preguntar. Qué idiota. Me rasqué la cabeza ásperamente. Chanyeol salió del baño y me preguntó qué sucedía que estaba tan amargado.

—Tú sucedes —le respondí irritado y me fui a mi habitación.

Mi amigo no preguntó nada más. Solía tomármela con él cuando estaba estresado, así que no se preocupó por si podría haber otra cosa molestándome. Algo que realmente lo involucrara.

Hacía mucho tiempo que no estaba interesado en alguien de verdad. Para ser más exactos, hacía tres años que no me sentía atraído por una persona. Sí, acostumbraba tener encuentros casuales y acostarme con los "deshechos" de Yeol. Pero eran solo eso. No sentía nada especial cuando lo hacía, ni siquiera cruzaba palabra con ellas o ellos... Apenas terminaba la acción, les abría la puerta para que se marcharan y jamás volvieran. En un punto ya ni siquiera entendía porqué lo hacía, apenas disfrutaba el sexo de esa manera.

Sin embargo, Baekhyun me producía algo distinto. No era como las demás aventuras de mi amigo, era un chico intrigante y excesivamente atractivo. Aunque permaneciera estoico, en momentos temía comenzar a babear cuando lo veía. Incluso cuando más temprano mi compañero había interpretado mi broma como uno de los métodos comunes de molestar a nuestras "víctimas", estaba hablando en serio. Realmente quería probar al rubio de rostro cálido (aunque tampoco me hubiera molestado hacerlo con el ángel oscuro de la noche anterior). Y no quería solo una probada pasajera, quería degustarlo todas las mañanas por un tiempo aún indefinido.

***

Lunes

Al día siguiente, Byun llegó temprano en la tarde para darme las clases particulares. Ambos habíamos cursado a la mañana y nos habíamos cruzado en un pasillo de la facultad. Me extrañaba el hecho de que jamás antes lo hubiera visto o no hubiera notado su existencia. Quizás se había vuelto más llamativo para mí luego de las situaciones en las que lo había conocido.

Chanyeol estaba en la facultad y estábamos solos en casa, gracias a lo cual pude relajarme y olvidar momentáneamente el motivo por el cual había una barrera entre Baekhyun y yo con nombre y apellido. Entró y se dirigió directo a la mesita de la sala de estar. Se sentó en el suelo y sacó unos cuadernos de la mochila.

—¿Quieres algo de beber? —ofrecí.

—No, gracias. ¿Empezamos? —preguntó con una sonrisa algo ansiosa y distraída, mirando la hora en el celular.

No esperaba que empezáramos tan rápido. Asentí y fui a buscar mi material de estudio.

—Bien, serán dos horas a partir de ahora —dijo mientras me sentaba.

Vi que programaba una alarma. Tomó mi programa de estudio y lo ojeó detalladamente. Comenzó a explicarme lo básico. Yo solo movía la cabeza en señal de comprensión, aunque en realidad estaba perdido en cómo las pestañas caían sobre sus pómulos suaves y lo intenso que era el rosado de sus labios...

—¿Me estás prestando atención? —Sus ojos se posaron repentinamente en los míos.

—S-sí. —Casi me ahogo con mi saliva.

—Entonces haz estos ejercicios.

Señaló con un lápiz de mina los que había marcado y me entregó el libro. Volvió a mirar la hora. Miré por encima de mis libros también y ya solo faltaban veinte minutos para que se cumplieran las dos horas.