58. La identificación

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- Yendo al trabajo hoy... tranquila, lo resolveremos juntas – me guiña un ojo mientras yo dejo escapar todo el aire de mis pulmones.

- Mierda Caro... estás loca...

- ¿Qué es lo peor que puede pasar?

- Que vayamos presas...

- No seas pesimista Clara...

Me reprende y me obliga a vestirme para ir a la oficina. Recojo mis cosas y bajo con ella para tomar el bus que nos llevará hasta el edificio.

- Tú entras como cada día a trabajar y yo espero unos minutos y luego entro...

Caro va planificando todo lo que haremos, yo la escucho pero mientras ella detalla todo, siento como si una sombra creciera a nuestro alrededor, creo que las cosas no saldrán tan bien.

Bajamos y yo me encamino hacia la cafetería para hacer la compra de siempre, Caro entra detrás de mí pero se queda sentada en una silla bebiendo de una taza mientras yo salgo con mi latté y el café con canela para mi jefa.

Empujo la puerta principal, sintiendo cómo mis manos tiemblan y sudan. Tamara me mira desde su escritorio con cara de pocos amigos y recuerdo la lista de mensajes y llamadas perdidas que nunca contesté.

- ¿Tienes idea de lo que me has hecho pasar el fin de semana? – pregunta poniéndose de pie y caminando hacia mí con los brazos en jarra.

- Lo siento Tami... de verdad, me fui de la fiesta descompuesta, creo que había bebido demasiado y luego me quedé unos días en casa de una amiga.

- Mierda Clara... tienes que contármelo todo...

- ¿A qué te refieres? – le pregunto frunciendo el ceño

- ¡A que te fuiste con el jefe! – exclama emocionada en un susurro para que nadie más escuche.

- ¡¿Qué?! – mierda... es lo único que me faltaba... que ahora ella crea que yo engañé a Gaspar con Mexy...

- Te vi, en el momento de los fuegos artificiales, se fueron juntos por la salida de emergencia... y él te susurraba al oído... ¡CLARA!, y tú que decías que no harías nada...

- Shhh! Cállate Tami... no sucedió nada, yo me sentía mal y él se dio cuenta porque estaba cerca, entonces se ofreció a acompañarme hasta afuera y pidió un taxi para mí.

Tamara frunció el ceño y pareció desinflarse. Fue la primera mentira que se me ocurrió, no podía decirle la verdad, que el jefe sexy era Max, mi ex jefe y que al mismo tiempo era el hijo de puta más grande sobre la faz de la Tierra.

- Oh!... yo pensé que te habías ido con él... - ahogué una risa al ver su cara de frustración.

- Debo ir a trabajar, hablamos en el almuerzo... ¿Belén ha llegado?

- Sí, está en su oficina y por si quieres saber, está de un humor de perros... llegó toda loca y lleva encerrada ahí todo el rato... no sé si yo le llevaría el café.

- Bueno, no lo tomaré yo... odio la canela – me encojo de hombros y le sonrío mientras me alejo por el corredor.

Escucho el resonar de mis zapatos sobre el piso mientras pienso cómo diablos haremos a conseguir los malditos documentos que nos hacen falta para retirar esos estudios... y si los estudios están listos, ¿Gaspar me mintió al decir que no había hecho aún los análisis?... un montón de dudas vuelven a invadir mi cabeza que siento a punto de estallar.

Te amo, Idiota #1: El café no se toma quemadoWhere stories live. Discover now