¿Qué? ¿Dónde? ¿Cuando? ¿Como? ¿Por qué? ¿En serio?

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El sol apenas iluminaba el cielo. Israel deserto de un salto, estaba en su cama, solo en bóxer y el resto de la ropa regada por el suelo. Tan pronto como brinco, los mareos y un intenso dolor de cabeza le bombardearon. Tuvo que sentarse en la cama, pues sotnia como se iba el aire de su cabeza y la vista se le volvía borrosa.

El reloj en su mesa de noche indicaba las 6:03 am, ¿A qué horas había llegado? No debía de tener más de dos horas en casa proalmente. ¿Que había hecho? ¿Qué había pasado? ¿Qué había con Edmund?

Abrió los ojos como platos, él podía ser una respuesta.se apresuro a tomar su móvil, el cual por fortuna seguía con él, marco a su amigo rápidamente. Su cabeza seguía dando vueltas.

Edmund contesto al quinto timbre.

— ¿Israel? ¿Dónde estás? ¿Qué paso? ¿Anoche que...

—Calma, calma Ed, yo estoy bien, en mi casa, no tengo la más mínima idea de cómo llegue pero aquí estoy, ¿Y tú? —Se dio cuenta que su voz y la de su compañero eran totalmente diferentes, el joven se vio directamente en el espejo, tenía una cara de horror, despeinado, adormilado el sudor seco pegado en su frente cuello y pecho.

—Yo estoy en mi casa también —Rápidamente contesto su amigo.

— ¿Te encuentras bien?

—Totalmente, bueno me siento del asco pero creo que sigo vivo.

Isra. Se tocó el huesillo de la nariz con el dedo pulgar y el índice.

—yo también estoy en las mismas. —Cada vez se le dificultaba hablar más al joven, era como agotarse rápidamente, su amigo debía estar exactamente igual.

— ¿Qué hay con el trabajo? — ¡Rayos! Isra no lo recordaba, en tres horas tenían que estar en la cafetería.

—No lo sé Ed, no creo poder con el peso.

—Tenemos que hacer el esfuerzo, es sábado y es de estar allí todo el día, tal vez Blake nos de oportunidad de retirarnos temprano.

Eso no sonaba mal.

—Bien pues duérmete un par de horas más, yo haré lo mismo.

No fue necesario insistir, ambos chicos colgaron y se fueron a la cama.

En cuanto Israel se acosó, un dolor punzante comenzó desde su brazo. Se trataba de su nuevo tatuaje. ¿Se arrepentía de ello? ¿De una idiotez por andar ebrio?

Con la oscuridad por encima aun, le era muy difícil distinguir, pero se trataba de una ave, era un dibujo con matiz negro, una ave entre llamas o algo así.

Dos horas más tarde, bueno dos horas con treinta minutos más tarde, Israel se tomó una rápida ducha, no estaba bien aún, sentía el peso de la noche anterior.

Por fortuna no cometió ninguna imprudencia o accidente en el trayecto a la casa de Ed y a la cafetería.

El trabajo fue agotador, aunque debían admitir que los clientes eran pocos, para ellos era un gran esfuerzo, tenía el rostro pesado e inflamado. Aunque la gente parecía apenas notarlo.

Edmund en un par de ocasiones derribo la comida, primero una malteada y después una tarta. Aparte de eso, el resto fue bien.

Ambos chicos hablaron con Blake, este fue bueno y les dejo retirarse tres horas antes de lo habitual. Más que nada, fue cómico como ver que ambos meseros perdían el balance cada que caminaban largas distancias por el lugar. Blake no se enfadó, pero si se rio mucho por lo bajo de ambos. Israel deseo verlo mejor enfadado.

El DefectoWhere stories live. Discover now