Prologo

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Los cigarrillos a mentolados son los mejores. 

Eso pensaba Israel al tiempo que terminaba de consumir uno. La mañana era un poco fresca, solo había dos sonidos en el aire, el cantar de los pájaros y el chirrido del columpio donde el joven se encontraba sentado. El sol apenas se asomaba, había hojas rojizas por doquier, pequeño césped verdeaba el suelo y pequeñas gotas de roció refrescaban el ambiente. Israel es un joven de dieciocho años, va en primer año de universidad y suele ser reservado. Casualmente pasa parte de la mañana en ese parque, se fuma un cigarrillo y comienza su rutinario día. Los días de marzo suelen traer aun frescura, por lo que el joven siente el frio viento penetrar su camisa de franela a cuadros rojos, sus pantalones rotos no ayudan mucho, sus rodillas se encuentran frías y parte de sus piernas también. Afortunadamente es un frio soportable, baja temperatura que en un par de horas aumentara notablemente. Se pone de pie y tira la colilla, no sin antes asegurarse de que está totalmente apagada. El columpio a sus espaldas continúa meciéndose con el vuelo restante, logrando ese chirrido cada que va y viene. Camina hasta el vehículo aparcado justo donde la acera termina. Una motocicleta urbana negra, regalo de su padre tres meses atrás, cuando comenzaba una vida de adulto. Era un transporte sencillo, nada especial o lujurioso, pero para él era más que suficiente, pues le llevaba a la escuela, al trabajo o a la biblioteca sin ningún problema. Aun recordaba la emoción que había sentido aquel día, no veía venir un regalo como ese, inclusive su mejor amigo había confesado tenerle un poco de envidia. Jugaba las llaves con el dedo índice. Se subió a la moto y arranco.

El DefectoWhere stories live. Discover now