Capítulo 16 - Muerte y Redención (Parte II)

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- ¿Niteris? - dijo incrédulo, mientras que una luz de esperanza iluminaba su cerebro —Muéstrame...

El ave dio una vuelta por encima de los demonios que se trababan en lucha con Alex. Eldar pudo verlo tan claro como si fuera él quien volaba por encima de ellos. Niteris dio un vuelo rasante sobre Súmmum, y Eldar pudo ver cómo luchaba con Eysêll y ese maldito perro del infierno.

Aún estaba conmocionado por la situación pero no podía perder el tiempo buscando una explicación a lo que estaba pasando, así que sin dudarlo tomo su arco y con un movimiento rápido apuntó al perro y disparó una flecha. A pesar de estar ciego y tener los ojos cerrados podía ver como por un catalejo lo que pasaba a su alrededor. De manera que vio cuando la flecha se clavaba en el cuello del perro y éste perdía fuerza y caía de costado.

Súmmum se giró para verlo directamente a los ojos y le sonrió complacido.

- Ahora estamos parejos - dijo Súmmum posando sus ojos en el perro.

Eysêll dio un grito de furia y dando un empujón a Súmmum fue directo a Eldar que ya le apuntaba con su arco. Pero Eysêll agitaba su látigo con vehemencia directo a él. Las puntas del látigo alcanzaron la mano de Eldar antes de que éste pudiera disparar su flecha y el arco cayó al suelo.

Niteris volaba por encima de la cabeza de Eldar, por lo que el muchacho podía tener una visión bastante amplia del lugar.

Súmmum no perdía el tiempo y ya estaba tras Eysêll dispuesto a tomarla por el cuello, pero el grito de Eldar lo detuvo.

- ¡Lyra! - gritó Eldar - Se la está llevando

Eysêll ya caía sobre él empuñando una daga que intentaba clavar en su pecho. Tenía una fuerza increíble que él no esperaba. Las cosas se ponían difíciles y si él moría allí Súmmum tenia que llevarse a Lyra y a Alex.

- ¡Sacalas de aquí Súmmum! - gritó mientras que detenía la mano de Eysêll que ya apoyaba la punta de la filosa hoja sobre su pecho.

Alex estaba acorralada por dos demonios y los otros ya se precipitaban sobre Súmmum. 

Eldar pudo ver las enormes alas del ángel desplegarse y pasar por encima de los demonios abriéndose paso hacia Lyra. De un tajo de su espada se deshizo del demonio que la arrastraba del cabello y con un movimiento rápido la puso sobre su hombro como una bolsa de papas.

Los demonios que rodeaban a Alex fueron a atacarlo al ver que se aproximaba a ellos pero la espada del ángel emitíó una luz cegadora que los hizo retorcerse y dar un paso atrás.

- ¡Sácalas de aquí! - volvió a gritar Eldar tumbado en el suelo con Eysêll sobre él tratando desesperadamente de clavarle su daga.

Alex fue hacia él al verse libre de los demonios con la espada apuntando a Eysêll, pero apenas avanzó unos pasos cuando las puertas de la cámara crujieron con un estruendo y una horda de demonios enfurecidos entró a la carrera directo a ellos.

Niteris revoloteaba entre la vigas del techo por lo que Eldar podía ver casi toda la Cámara y supo que no tenía chance de enfrentarse a tantos demonios.

Súmmum dio un salto y tomó a Alex de un brazo y la arrastró con él hacia un ventanal.

- ¡Nooo! - grito ella desesperada mirando a Eldar - ¡No podemos dejarlo Súmmum!

Lyra colgaba del hombro de Súmmum totalmente inmóvil, sus ojos llenos de lágrimas se posaron en los ojos aún sangrantes de Eldar.

La daga de Eysêll ya tocaba su pecho, podía sentir la dureza del acero hacer presión sobre su traje de combate. Solo deseaba que Súmmum se llevara a Lyra y a Alex de allí y que todo terminara de una vez. ¿Por qué su padre no llegaba? ¿Habría sido derrotado por Azkeel? Nada importaba ya.

Entre Ángeles y Demonios: La Daga de los Mundos (en edición)Where stories live. Discover now