Se acerca el final - Un último viaje - La Vieja Republica

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- Me cae bien tu chica Drake, es una especial. Espero que él te este cuidando bien Ariel. -dijo el jefe mientras se levantaba del suelo y postraba su mano encima del hombro derecho de Ariel.

- Claro, aunque creo que Drake pudiera aprender modales y como tratar una dama. -dijo Ariel presumiendo.

- Bueno, muéstrame donde está la dama y te enseño modales. -dije mientras los licántropos me rodeaban.

- Tu padre y tú son iguales jovencito, aún recuerdo la primera vez que lo vi, igual de testarudo y terco que tu. Al parecer la manzana no cae muy lejos del árbol. -dijo el jefe mientras comandaba con su mano derecha que los licántropos bajaran su guardia y él caminaba hacia mi.

- No soy como mi padre. -dije molesto y voz firme.

- Claro que no, tu padre era un gran hombre incluso desde tu edad.

- ¿Cómo puedes decir eso si mi padre fue uno de los primeros vampiros? Nunca lo pudiste haber conocido cuando joven, eres un licántropo.

- Bueno jovencito, yo estudie con tu padre cuando La Vieja Republica aún existía. Tu padre y yo éramos mejores amigos. Él fue de los primeros vampiros y yo de los primeros licántropos.

- Espera, ¿tú eras el mejor amigo de mi papa? ¿Tú eres Kenai?

- No jovencito, ese nombre... Ese hombre murió hace mucho...

- Pero eras quien llamaban Kenai, Señor de las Tinieblas ¿verdad? Formaste parte del escuadrón de mi padre en la antigua batalla por Alderian. Eres quien llaman el lobo solitario, la pesadilla de Tergan. Mataste a más de cien elementios, espectros y magos fugitivos. Uno de los únicos licántropos inmortales, el único Blood Born licántropo.

- Si... Ese es mi pasado, pero ese hombre que luchó junto a tu padre ha muerto, como verás ahora solo soy un viejo el cual a penas puede levantarse. Además, tu padre era el único Blood Born vampiro jovencito. -dijo el jefe mientras se quitaba su manto del pecho mostrando como su estomago y torso estaban abiertos mostrando sus intestinos y sus piernas estaban en carne viva.

- Oh... Lo siento... Pero, aún puedes ser un héroe, necesito ayuda, atacaran a... -respondí emocionado mientras fui interrumpido por la hija del jefe.

- Como veras, mi padre te dijo que ya no es ese hombre y no podemos darte licántropos para luchar en tu guerra. La noticia viajó rápido y se dice que ustedes abrieron el calabozo que mi padre y el tuyo entre otros más, tardaron siglos en construir y encerrar a las peores de las peores bestias. Mi padre no puede ayudarte, sigue tú camino y déjanos en paz.

- Por favor, necesitamos su ayuda. -dijo Ariel sentada en el trono.

- Lo siento princesa, no soy el mismo de antes, ya no tengo la misma fuerza y mis licántropos no están preparados para esto. -dijo el jefe mirando con pena a Ariel y postrando su mano encima de la de ella.

- Por favor Kenai, te necesitamos. Piensa en las miles de veces que mi padre te ayudó, piensa en las miles de veces en que te salvó, piensa en todo lo que hicieron juntos. -dije en desesperación.

- Oye, chico, ¿Drake cierto? Los vampiros y los licántropos no son amigos, mucho hacemos que te estamos dejando hablar, no iremos a ayudar a quienes nos traicionaron. -dijo la hija del jefe mientras me empujaba hacia la salida.

- ¿Los que los traicionaron? Kenai, sabes lo que pasó entre los vampiros y los licántropos, sabes cuál fue el error. No fue nada que las historias dicen ¡¿cierto?! No, fue amor, por eso tu le diste la espalda a mi padre. Estabas enamorado de una humana, estabas enamorado de una chica que no podías tener y mi papa te hizo dar cuenta de eso pero tú no concordabas con él así que decidiste ir al mundo humano para escaparte con ella, ahí fue que mi padre te buscó y terminaste asesinando a tu propio amor. Culpaste a mi padre de asesinarla pero sabemos que fuiste quien la mato. ¿Alguna vez haz revelado que fuiste quién la mato y no fue mi padre? ¿Alguna vez dijiste porqué la mataste? No, ¿cierto?

- Papa, ¿a qué se refiere el vampiro? -dijo la hija del jefe soltandome.

- Diles, diles porque nos llaman a nosotros los fríos y ustedes son héroes. Diles la verdad. -dije mientras el jefe cerraba sus ojos mientras una lagrima bajaba por su mejilla- Si no lo dirás, entonces yo lo haré. -dije dirigiéndome hacia la hija del jefe y el resto de su tribu-Tu padre mató el amor de su vida porque estaba apunto de dar a luz. Estaba apunto de dar a luz a una chico que era mitad humana y mitad vampiro. Una abominación. ¡El hecho de que fuera mitad humano no la hacía más débil, si no más fuerte pero tu padre no podía aguantar la vergüenza de que su amada tuviera un hijo de un vampiro, así que terminó matando a mi madre! ¿Sabes como se siente criarse sin una madre? Sin esa persona que siempre está ahí? ¿Sabes cómo me sentía al ver otros chicos con sus madres y yo no poder tener la mía? El odio de tu padre era tanto que culpo a mi padre e hizo quedar mal a mi especie, hizo que quedáramos manchados de por vida. Mi mamá, ¡era mi mamá Kenai! ¡Nunca pude conocerla! ¡Mi padre implantó memorias de mi madre abandonándome pero ambos sabemos que no es cierto por que ella nunca estuvo ahí en primer lugar!

- ¡Drake ya basta! -gritó Ariel mientras la hija del jefe cayó arrodillada al suelo en llantos.

El jefe, aguantando sus lagrimas, se mantuvo de pie y firme mientras me daba una mirada la cual no había visto hace mucho tiempo, una mirada de sufrimiento y amor, una mirada que solo un padre puede dar.

- ¡¿Jamás me vuelvas a hablar oíste?! ¡Idiota! Me gritó Ariel mientras salía corriendo llorando.

Al ver a Ariel llorar, mi corazón se desplomó y simplemente salí de la casa sin decir nada. Kiaraliz y el resto comenzaron a preguntarme que me sucedía y yo simplemente me transformé en murciélago y despegue en rumbo a donde una vez estuvo La Vieja Republica.

Blood BornWhere stories live. Discover now