Dioses

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Drake POV

Fuimos a la mansión de mi padre en Lainat, allí se encontraba mi padre y el resto de los viejos de su grupo. Mi padre y yo, a pesar de todo, no nos gustaba ir a la mansión ya que traía malos recuerdos y la decoración no era muy amigable. Era una mansión pintada de blanco, negro y gris. La puerta estaba hecha de una especie de almohada roja que por dentro tenia el metal mas poderoso y resistente de Lainat. Al entrar, te encontrabas unas escaleras con alfombra roja de una longitud de mayor a menor mientras ibas subiendo. Las paredes cubiertas de cuadros familiares, también de armas y animales cazados o monstruos que una vez fueron fugitivos. El suelo estaba cubierto en una alfombra roja, toda la casa la tenia excepto la cocina la cual tenía una alfombra negra y el cuarto de mi madre que tenía una alfombra rosa... Sentimientos de nostalgia me consumieron al entrar a esa mansión abandonada, pero a pesar de todo, no podía dejar de pensar en Ariel, la tenía en mis brazos mientras su cabello descansaba en su pecho. Su rostro angelical tan inocente, sus labios formando una pequeña sonrisa y sus manos agarrandose una a la otra en su pecho. Tenía a Ariel en mis manos... ¿Es esto correcto? Lo que siento... Sé que dije que lo he superado pero... Puedo sentir cada rincón de su cuerpo con tan solo un pequeño tacto. Su temperatura consume mis poros y su aroma me vuelve loco. No puedo mirarla ya que mi corazón hace lo que hace mucho tiempo no ha hecho con ganas... Latir... Tan solo recordar su sonrisa, tan solo recordar su voz, me vuelve loco... Acosté a Ariel en mi cuarto viejo y me dirigí hacia la sala donde todos se encontraban, incluyendo los dioses.

— Zeus, Poseidón, que gusto verlos, espero que no piensen destruir el mundo, tenemos todo bajo control. –Frankenstein dijo mientras sudaba como una fuente libera agua.

— No pienso destruir el mundo, veras, por algo mandé a mi hija a este mundo. –respondió Zeus.

— ¡¿Hija?! ¡¿Quién es su hija?! Será tratada con todo respeto, su hija debería ser la mayor-

— Mi hija es la que esta desmayada en el cuarto de arriba. La misma cual Dracula intentó comerse hace un tiempo atrás. La misma que Oogie... Intentó espantar con su habilidad especial.

Todos quedaron sorprendidos, Frankenstein, Drácula, Bigby, Bloody Mary e incluso los padres de Caleb y Kiaraliz.

— ¿Entonces Ariel es una semi-diosa? –mi padre preguntó con un poco de nerviosismo hacia la contestación de Zeus.

— ¿No querrás decir Diosa? –pregunto Sarah, la mamá de Kiaraliz.

— Si y no. –respondió Zeus– Ariel es una simple humana por ahora. Ahora que llegamos en nuestras formas de dioses, la cual ella jamás nos había visto en esta forma, ella debe de estar sufriendo unos cambios en su cuerpo, peores que la pubertad. La sangre de dios está despertando en su interior y depende si la rechaza o la acepta, la sangre puede matarla.

— ¡Haz algo! –grité hacia Zeus mientras mis amigos me aguantaban.

— Mm... Eres valiente chico, me alegro de no equivocarme.

— ¿Eres el superintendente de la escuela cierto? -Preguntó Omar, el padre de Kiaraliz.

— Si.

— Fuiste quien puso a Ariel a vivir con nosotros, ¿verdad? –preguntó mi padre.

— Si.

— ¿Porqué? –pregunté calmándome un poco.

— Tú y tu padre son respetados y honrados en este mundo, a pesar de todo, eres un chico bueno Drake. Necesitaba dejar a Ariel con una familia, pero a pesar que quería que fuera una familia humana, ustedes eran los únicos que cumplían mis expectativas. Durante años los he observado y pude ver que si podía dejarla con ustedes. Drake, el primer día que la viste, eso lo programé yo. Que se conocieran en esa parada y que te equivocaras y la mandaras al otro mundo. Ese sentimiento de protección que sientes hacia ella, ese amor que sientes por mi hija, sabía que serías el candidato perfecto. Ariel necesitaba una familia, alguien que la protegiera, tú eras el candidato perfecto.

— Entonces esto no fue por suerte, fuiste tú quien planeó todo... Dices era, como si ya no lo fuera, ¿a qué te refieres? ¿Por qué Ariel no se pudo quedar contigo y su madre verdadera y su hermano?

— No todo, muchas cosas estaban fuera de mis manos. Mi hija necesita crecer, lamentablemente no la puedo seguir protegiendo de lo que es... Tú eras el ser indicado para protegerla, pero ahora necesitó más que eso, así que me la llevaré.

— ¡Ella se quedará aquí! Conmigo, Zeus, quiero que la salves. Quizás para muchos sea una simple humana pero para mi es mucho mas.

— Por eso es que tu eres el unico que la puede salvar.

— ¿Cómo?

— Ve a verla, acaba de despertar.

Subí las escaleras y me dirigí a mi cuarto. Ariel estaba sentada pero sudando mucho, como si se hubiera esforzado mucho.

— Lindo cuarto murcielaguito. –Ariel dijo en voz baja mientras me miraba con ojos de cansancio- Espero que no entraste a hacerme algo raro.

— Era mi cuarto de niño... Y no, no te haré nada, te amo... como una hermanita...

Mi cuarto estaba lleno de estrellas pegadas en el techo las cuales brillan en la noche, tenía cohetes, naves e incluso el sistema solar completo. Ariel no se esperaba que mi cuarto fuera así.

— Oh... Me gusta... Es mejor que tu otro cuarto. –dijo Ariel debilitada.

Tomé asiento al lado de Ariel y la aguanté entré mis brazos.

— Quería ser astronauta... Cuando vi... El primer viaje a la luna de Armstrong... El Apolo... Mi aspiración era ser astronauta, llegar a las estrellas, tocarlas. Quería saber como se sentía ser como ellos. Visitar nuevos lugares. –respondí mientras jugaba con el pelo de Ariel y lo sobaba mientras ella estaba recostada en mi pecho.

— ¿Y qué pasó con ese sueño?

— Pues... Desperté... Soy un vampiro... No puedo tener un trabajo humano... No puedo tener los mismos privilegios que ustedes... A veces los sueños, son así, simples sueños... –dije mientras una lagrima bajaba de mi mejilla y caía en la palma de la mano de Ariel.

— No importa que seamos... Seas negrito, blanquito, gordito, flaco o incluso en tu caso, un monstruo... No importa que seas... El reto es... ¿Qué tal si puedo lograrlo? Por más que te digan no... ¿Qué tal si lo logras? Los sueños si... Son solo eso, ¿porqué? Porque debes apuntar mas arriba... ¿Quieres ver las estrellas? Intenta llegar a otra galaxia... Nunca se sabe que sucederá si no te arriesgas... A veces... Te puedes perder una estrella por no dar un paso... –Ariel dijo exhausta mientras se volteaba hacia mi– El primer murcielaguito astronauta... Sería lindo ver eso...

Ariel y yo quedamos pecho con pecho, viéndonos de frente. Esas palabras que dijo Ariel... ¿Significará algo mas? Ariel se acercó un poco a mi, estábamos apunto de algo mas... Hasta que de pronto, su cabeza agotada cae en mi hombro y cierra sus ojos.

— También te amo... como mi hermanito... Drake... –Ariel dijo en un tono bastante apagado y triste mientras se quedaba dormida.

¿Qué ha pasado?

Blood BornWhere stories live. Discover now