Monster: You're my lucky one (OT12)

36. La primera vez. Epílogo (Final)

Kyungsoo estaba llorando. Hacía tiempo que se había jurado que iba a dejar de llorar por pena. Jongin no merecía que lo lloren por pena, él necesitaba que fuera muy fuerte. Por eso, era la primera vez que lloraba por otras razones. Lo que realmente sentía, era demasiada frustración con los médicos y con los padres de Jongin. Podía notar como empezaban a rendirse y eso no era justo. No iba a permitir que dejaron morir a su novio sin luchar. Estaba completamente seguro de que Jongin iba a despertar, como todos los demás. Sólo necesitaba un poco más de tiempo.

Se negaba a aceptar un final como ese. Necesitaba estar con él de nuevo, besarlo, abrazarlo, tocar música a su lado. Cuando pudo despertar y se dio cuenta que estaba en un hospital, pensó que era el final de la horrible pesadilla. Pero, en realidad, sólo fue el comienzo de otro martirio. Incluso si era difícil, incluso si era doloroso, no iba a abandonarlo jamás. Se las arregló para ir a ver a Jongin todos los días. Tenía rehabilitación, regresó al conservatorio y sus propias ocupaciones y, de todas formas, nada lo detuvo. Su amor era demasiado grande. 

–¿Estás llorando otra vez? Soo, hemos hablado sobre esto. No deberías hacerlo frente a Jongin– Kyungsoo alzó la vista para encontrarse con el rostro de Sehun. 

–Esta vez no pude evitarlo– se justificó. –Todo va mal otra vez, quieren desconectarlo. 

–Pues, como médicos no los entiendo. Estoy seguro de que Jongin puede escuchar todo lo que decimos y es cruel. Deberían dejarlo en paz. Sigue vivo y eso es lo que cuenta. Sólo debemos ser pacientes y no huir de todas las posibilidades. 

–Después de escucharlos, a veces me siento egoísta por aferrarme a él así. Pero siento que dejarlo ir cuando todavía hay tantas posibilidades, me duele más. Tengo miedo que el lugar donde está ahora sea más profundo que el laberinto. Tal vez no quiere despertar, tal vez sólo quiere descasar de verdad. ¿No te has puesto a pensar en eso?– sollozó Kyungsoo. –Que tal vez él no quiere despertar. 

–¿Sabes que pienso? Que es hora de que vayas a casa, tomes un baño, comas algo delicioso y descanses. Te mereces unas cuantas horas de sueño– el maknae suspiró. –Deja de preocuparte tanto porque no dejaremos que nada le pase. Yo me quedaré aquí con el unas horas, ¿te parece?

–¿Ya no estás enojado con Jongin?– quiso saber Kyungsoo, secándose las lágrimas. 

–Hace mucho tiempo que eso ya no importa. Estamos despiertos y Jongin no va a dejar de ser importante para mí. Lo que pasó en el laberinto no fue nuestra culpa. Anda, deberías descansar un poco. 

Kyungsoo lo dudó por un momento, pero terminó por rendirse. Realmente estaba cansado y confiaba mucho en Sehun. Él y Jongin fueron muy buenos amigos y se notaba que el menor de todos estaba un poco arrepentido por lo que había pasado. Tomó sus cosas, le agradeció a su amigo y caminó lentamente a la salida. 

–Tu novio está muy preocupado por ti– le retó a Jongin mientras lo miraba. –Parece como si sólo estuvieras dormido. Bien, veré un poco de televisión, supongo que no te molesta– bromeó. 

El chico se acomodó en la silla de invitados y cruzó brazos y piernas para acomodarse, pero enseguida las máquinas empezaron a sonar. Se incorporó preocupado, dispuesto a llamar a una enfermera. Pero se dio cuenta de lo que estaba pasando. Ni cinco minutos habían pasado, su amigo seguramente seguía en la estación de enfermería. 

–Kyungsoo... ¡Kyungsoo!– gritó desesperado. –¡Abrió los ojos! ¡Lo estoy viendo! ¡Kyungsoo! ¡Kai despertó!