17. Somos y no somos

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Kyungsoo fingía dormir para sí mismo. Desde hace quién sabe cuánto tiempo tenía los ojos cerrados, intentando conciliar el sueño sin conseguirlo. De todas formas, pensaba que el descanso le haría bien, incluso si no se quedaba profundamente dormido. En su reloj biológico, era de noche, así que en su mente tenía insomnio. Era lo que Jongin le provocaba. 

¿Por qué? ¿Por qué tenía que doler y afectarle tanto? ¿Por qué no era una persona normal e intentaba seguir con su vida? Se preguntaba qué pensaba Jongin acerca de su situación. ¿Podía él dormir? Su pregunta fue respondida enseguida. Kyungsoo se dio la vuelta en su cama para buscar otra postura y con su vista periférica pudo percatarse de algo: una sombra. El chico se incorporó y no se asustó, porque reconoció el dueño de ese cuerpo. 

Jongin estaba de rodillas, cerca de la puerta. Su mirada estaba fija en el suelo, como si estuviera sufriendo. Se veía derrotado y eso lastimó al pelirrojo, porque se sintió culpable a pesar de que también estaba lastimado. Kyungsoo se sobresaltó cuando sus ojos se encontraron. Jongin parecía absorto, con los brazos colgando de sus hombros caídos. Estaba más despeinado de lo normal y se veía lamentable, más de lo normal. 

Kyungsoo hizo una señal muy delicada con los dedos, llamó su atención y pidió que se acercara. El muchacho obedeció al instante. Cada paso que Jongin daba provocó que el corazón de Kyungsoo martilleara más y más fuerte contra su pecho, como si se acercara su fin. El rubio se sentó frente a frente con el dueño de la habitación y, por un rato, ninguno era capaz de decir nada. 

Fue el más bajo de los dos quien tomó la barbilla de Jongin y lo obligó a mirarlo. En suspiro fuerte de Kyungsoo fue el detonante para que el impulsivo chico lo besara. Kai lo empujó suavemente hasta que terminaron recostados sobre el colchón.Kyungsoo no dejaba de sorprenderse de la habilidad de Jongin de deshacerse de las prendas de vestir en cuestión de segundos. No dijeron nada, todos sus esfuerzos fueron dedicados a permanecer lo más silenciosos posible. Ahogaron gritos, gemidos y cualquier palabra que pudiera ser dicha, incluyendo sus nombres. 

Jongin lo preparó y levantó las piernas de Kyungsoo para ponerlas sobre sus hombros mientras golpeaba sus caderas rítmicamente. El mayor se mordía una mano con fuerza y con la otra apretaba las mantas. El rubio enterró su rostro en el cuello de Kyungsoo, mientras sostenía todo su peso de su cuerpo en sus brazos flexionados. Era incómodo, pero no le importaba, porque quería que kyungsoo no fuera capaz de distinguir el sudor de su esfuerzo con sus lágrimas de dolor. Pero el mayor de los dos también lloraba, eso hacía todo más doloroso aún. 

Y el repentino visitante no se quedó a dormir. En cuánto se separaron, no se acurrucó. Se levantó y se vistió. Susurró un pequeño "perdóname" antes de irse, pero no se aseguro de que Kyungsoo lo escuchara, aunque él sí lo hizo. 

* *

La rutina de la Jongin y Kyungsoo cambió por completo. Durante el día, a penas si se veían y cuando lo hacían no hablaban. Todos estaban convencidos de que habían tenido una pelea fuerte y que habían terminado, al menos por un tiempo. Eso, en parte, tranquilizaba un poco a Baekhyun, quien había dejado de hacer preguntas y presionarlos. 

Todo cambiaba cuando todos iban a dormir. Jongin se escabullía al cuarto de Kyungsoo y estaban juntos, pero tampoco se hablaban. A veces, no hacían otra cosa que mirarse, recostados en la misma cama, tragándose todas las palabras que hubiera querido decirse. El resto del tiempo, y frente a los ojos de los demás, supuestamente habían pasado muchos días desde la última vez que se los había visto juntos. 

–¿Kai? ¿Estás bien?– Luhan se sentó al lado de su amigo. Todos sabían que el chico no estaba en su mejor momento y tenía mal humor desde que había dejado de hablar con Kyungsoo. 

Monster: You're my lucky one (OT12)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora