15. Mentiras

1.5K 245 58
                                    

Kyungsoo logró abrir los ojos con dificultad, pero se volvieron a cerrar enseguida. No sentía mucho dolor, pero sí su cuerpo pesado. Y la pesadez tenía nombre y apellido. El cuerpo de Jongin, en su totalidad, estaba sobre él. Quiso moverse, pero no tuvo la fuerza suficiente y su novio estaba completamente dormido. En su experiencia personal, eso quería decir que necesitaba luchar para conseguir su libertad. 

Se preguntó si los demás estaban bien, pero se tranquilizó cuando consideró que no estuviera todo tan callado si la situación fuera crítica. El pelirrojo intentó, por segunda vez, abrir los ojos y quitarse de encima al muerto, pero falló miserablemente. Se rindió y sintió como volvía a quedarse dormido. 

Cuando logró despertarse propiamente dicho, ya tenía sólo un brazo y una pierna sobre él. Eso era mucho más fácil de manejar. Jongin estaba boca abajo y con la cara para el otro lado, así que tenía vista de su cabello rubio en la oscuridad. Las ventanas se abrirían por completo cuando él se acostumbrara a la luz. 

Cuando logra despertarse, mucho mejor que antes, siente que ahora sólo tiene un brazo y una pierna sobre él, cosa que es mucho más fácil de manejar. Jongin está boca abajo, con la cara para el otro lado así que sólo puede ver su rubio cabello en la oscuridad. Las ventanas se abrirán por completo cuando se acostumbre poco a poco a la luz. Kyungsoo se sentó y se desacomodó el cabello con pereza. Se acercó a su acompañante y pudo percibir su delicioso olor. Acarició su espalda y acomodó su cabello. El muy desgraciado no tenía ropa. Él tampoco, estaban cubiertos con las mantas. Maldito Jongin, le había sacado la ropa para meterlo en la cama. Pervertido. 

–Jongin, el reloj dice que es tarde. Nos pide que desayunemos porque nuestros niveles de azúcar están bajos. Jongin, levántate– pidió con voz ronca. 

–Mmm...– por lo menos recibió una respuesta. 

–Despierta, necesitamos comer– insistió. 

–¿Kyungsoo?

–No, en realidad son Barney. ¿Qué pasó, amiguito?– se burló el mayor de los dos con impaciencia. 

No tuvo la más mínima oportunidad de quejarse, porque Jongin ya estaba sobre él. Recordar la ausencia total de prendas de vestir hizo que la sangre se acumulara en su rostro e intentó separarlo un poco, pero estaba atrapado. Era incómodo, hasta que vio la expresión de Jongin que lo hizo asustar. 

–¿Estás bien?– preguntó alarmado. 

–Por favor, no me vuelvas a asustar de esa manera. No lo hagas. Te desmayaste en medio de un incendio. ¿Acaso te gusta hacerme sufrir? Como si disfrutaras de mi pánico. De un momento a otro de levantaste e intentaste salvar a la persona que te hizo daño. No lo entiendo, Kyungsoo. No lo entiendo.

–Es gracioso– el chico le dio un suave beso. –Cuando nos conocimos, eras tú quien estaba todo el tiempo intentando llegar a mi corazón. Te declaraste y yo te dejé, como si te hubiera rechazado, pero en realidad fue el miedo. Jamás pensé que sería capaz de sentir algo por otra persona y que fuera tan intenso. Te escribí una carta y luego empezamos a salir. Me sentí más cómodo, porque jamás me obligaste a mostrar nada que no sintiera. 

Jongin lo abrazó y Kyungsoo suspiró fuertemente, sintiendo y disfrutando del calor ajeno. 

–Pero cuando llegué aquí, no me recordabas, no sabías ni tus sentimientos por mí. Yo, en vez de actuar como tú, te obligué a estar a mi lado, porque no puedo vivir sin ti. Fue egoísta, pero pensé que era la única forma de tenerte de vuelta. Quería volver a estar contigo después de pensar que te había perdido. Recordar que desapareciste me provoca un fuerte dolor en el pecho. Sé que ahora ruego por tu atención y te fuerzo a...

Monster: You're my lucky one (OT12)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora