6. ¿Has vuelto?

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Kyungsoo caminaba por los blancos y monótonos pasillos camino a su habitación, cuando una mano atrapó su brazo y lo jaloneó hasta un cuarto oscuro. No se asustó, porque sabía que era Jongin. El chico más alto, lo acorraló contra una pared y se paró cerca, demasiado cerca de él. 

–¿Pensaste que mi ayuda sería gratuita? Yo no lo creo– el rostro del rubio estaba casi pegado al suyo, pero Kyungsoo no parecía nervioso al respecto. Jongin no podía recordarlo, pero el violonchelista estaba acostumbrado a tenerlo a esa distancia, e incluso más cerca. 

–¿Cómo debo pagarte por tu ayuda?– quiso saber Kyungsoo, sin mostrar mucho interés. Estaba demasiado concentrado en no tocar el otro cuerpo. Después de extrañarlo tanto, no sabía de lo que sería capaz. 

–Bueno, podrías empezar por decir gracias– se burló Jongin y Kyungsoo dejó ver una sonrisa de lado. 

–Estoy muy agradecido. Hubiera golpeado mi cabeza contra el suelo si no fuera por ti. Pero, lo hice de todas formas cuando desapareciste repentinamente– el rubio se alejó un poco para reír y, sin controlarse, Kyungsoo tomó su chaqueta para evitar que lo hiciera. Tenerlo cerca era lo única que lo hacía feliz desde que había llegado a ese pequeño infierno. 

–No me tientes. No sabes de lo que soy capaz– advirtió Jongin con una sonrisa escandalosamente sexy. Kyungsoo pensó que él tampoco sabía de lo que podría hacer. 

–Necesito verte a los ojos para poder dar las gracias– se excusó el más bajo de los dos, con voz grave y baja. 

–Bien, ya que pones las cosas tan fáciles para mí, tendré que callar esa voz tan bonita que tienes. 

Kyungsoo no resistió más. Fue él quien tomó la camisa con el número 88 y pegó sus labios contra los del rubio y los besó con hambre y con desesperación. El acto aturdió un poco a Jongin, pero no pasó mucho tiempo hasta que se sintió complacido por la disposición de Kyungsoo. Sinceramente pensaba que le iba a ser mucho más difícil convencerlo. Era agradable saber que era el chico quien lo devoraba. Y no iba a quedarse quieto ante la oportunidad. Acorraló al otro chico y terminaron en el piso, con el más alto encima. mientras abría sus piernas y se colocaba entre ellas. Jongin no dudó en presionar sus partes bajas con la intención de que el otro se hiciera una idea de lo que le esperaba. Y vaya que sabía. 

Era un Jongin un poco agresivo, pero igual de eficiente y encantador que el original. Debía admitir que era un Jongin increíblemente más sexy. Kyungsoo, por primera vez en su vida, pudo dejar salir todos sus gemidos sin miedo a ser escuchado. Siempre se había contenido, por miedo a ser descubierto. Pero ya no tenía ese temor. Hasta mientras, Jongin arrancó su ropa, la desgarró y luego empezó a morder por su cuello y por su pecho. Parecía disfrutar del goce del otro chico, porque sonreía cuando arqueaba la espalda. Kyungsoo cerró los ojos con fuerza, como queriendo concentrarse en el placer que estaba recibiendo en ese momento. 

–Jongin– lloriqueó cuando Kai se encargó de su intimidad. Eso molestó al chico que alzó la mirada y se relamió los labios antes de colocar una mano a cada lado de su cabeza. Lo miró directamente. 

–Creo haber dicho que no me llamaras así– le retó y, enseguida, se posó sobre él para besarlo con todas las ganas que tenía. Luego, Kyungsoo soltó un gemido bastante alto cuando Jongin empezó a juguetear con sus dedos dentro de él, para prepararlo correctamente. –¿Te gusta?– Preguntó burlón y, para su sorpresa, el otro chico dijo en voz alta que sí. 

–Te extrañé tanto, te necesité tanto– murmuró el más bajo de los dos en el oído del rubio y mordió el lóbulo de su oreja izquierda, dejando salir un gemido. Kai no entendía cómo esa pequeña acción lo prendió tanto. Empezó a moverse con más fuerza, disfrutando de los soniditos de placer que Kyungsoo dejaba salir. Todo iba bien, hasta que unas lágrimas empezaron a resbalar por su rostro y Jongin se preocupó, temiendo haberlo herido. 

Monster: You're my lucky one (OT12)Where stories live. Discover now