3. Perdido

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3. Perdido

Kyungsoo está sentado en la banca del conservatorio donde solía pasar el tiempo con Jongin. Era ya bastante tarde, casi de noche,no había nadie y había perdido la noción del tiempo, no podía saber cuánto tiempo había permanecido en aquel lugar. Lloraba en silencio, sin consuelo, porque hacía tres días que no sabía nada de él. Los primeros dos, lleno de desesperación lo llamó y lo buscó por todas partes hasta que terminó en la puerta de la casa, timbrando para ver si lograba obtener algún tipo de razón o explicación de su desaparición. Su visita, en vez de calmarlo, lo dejó profundamente afectado, asustado y deprimido.

Nadie sabía donde estaba Jongin.

Sus padres habían intentado comunicarse con su hijo y con él mismo, eso explicaba las constantes preguntas de sus maestros del conservatorio, y agradecían la preocupación de Kyungsoo, pero les asustaba aún más que Jongin no estuviera con la única persona con la que suponían que se encontraba. El violonchelista estuvo con los padres de su novio cuando estos fueron a la comisaría más cercana a insistir sobre la desaparición de Jongin. El chico, que aparentemente había sido la última persona en verle, declaró que no había nada raro en la actitud de Jongin cuando se despidieron.

Repartieron volantes, pidieron que lo transmitan en las noticias, continuaron llamando a la policía y nada. A solo tres días de su misteriosa desaparición la desesperación de Kyungsoo era comparable a la de los padres de Jongin.

Y así es como terminó sentado en una de las bancas del conservatorio, llorando como única y última opción. La impotencia iba a volverlo loco, esa idea de que no había nada que pudiera hacer para recuperarlo lo atormentaba al punto de no dejarlo dormir. Jongin jamás se iría sin un adiós, nunca sería capaz de preocupar de esa forma a las personas que le importaban. Además, realmente no tenía una razón para irse, todo lo que amaba y soñaba estaban en su hogar. Sólo quedaba la opción de que algo malo le hubiera pasado, incluyendo secuestro y... tal vez un accidente. Kyungsoo había ido a todas las clínicas y hospitales de la ciudad y nadie había visto a alguien con las características físicas de Jongin y menos aún admitirlo, los registros no mentían. Sabía que la policía también lo había confirmado, pero quería estar seguro por si mismo, verlo con sus propios ojos antes de perder la esperanza.

Kyungsoo vio el enorme estuche de su violonchelo, apoyado en la banca y suspiró. ¿Dónde estaba? ¿Qué estaba haciendo? La imagen del chico asustado, acorralado y herido lo desesperaba y la horrible ansiedad volvía a apoderarse de su cuerpo, expresada con manos y pies inquietos en todo momento. Suavemente, se acercó hasta su instrumento y lo abrazó, como su el recuerdo de Jongin pudiera darle un poco de ese calor que tanto necesitaba.

El dolor en su pecho no se iba, era permanente, molesto e insistente. El sólo pensar en no volver a verlo, a tocarlo, a besarlo, a ser y hacerlo suyo lo despedazaba por dentro. Cada sonrisa, cada tontería, cada cosa mala y cada cosa buena. Todo eso le hizo soltar un sollozo más intenso de lo que pensó y en ese momento...

Todo se puso negro.

* *

El dolor de cabeza y en sus piernas fue lo que le despertó, cuando abrió los ojos la intensa luz blanca del cuarto solo intensificó su padecimiento. Le tomó varios minutos darse cuenta que no estaba en un sueño y prácticamente saltó del lugar donde estaba recostado, enseguida cayó al piso porque sus piernas estaban dormidas y no respondieron correctamente a su repentino movimiento. Sintió frío, sobretodo en su cabeza y posó sus manos sobre ella. Una sensación extraña lo sorprendió. Miró alrededor y analizó el lugar donde se encontraba. En el techo estaba escrito, como un reloj digital "Sujeto 12 ". Había también una enorme ventana ocupaba toda una pared y esa era la razón por la que el lugar estaba tan bien iluminado. Se acercó a una de las puertas cromadas que parecían un ascensor y cuando estuvo frente a frente con esta, le sirvió como espejo. Dio un pequeño brinco al ver su rostro bastante pálido, su cabello rojo y rapado a los lados. Su ropa era blanca y en el cuello tenía el número 12.

Monster: You're my lucky one (OT12)Where stories live. Discover now