29. El real sentido del dolor

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Kyungsoo miró para todas partes, buscando una ayuda que no iba a llegar. La situación era tan atemorizante como absurda. Unos tipos se estaban llevando a Jongin y se sintió completamente impotente al no poder hacer nada. Gritó e intentó alcanzarlo, pero no le fue posible porque también estaba atrapado y moverse era cada vez más difícil y doloroso. Sentía ira, miedo y desesperación. ¿Qué podía hacer en ese momento? Había agotado todas sus fuerzas y los demás estaban igual que él. Pudo ver a Baekhyun con su mirada clavada en el el cuerpo inerte de Chanyeol. Sabe que el pelinegro está tan devastado como él por no poder alcanzarlo. Lo más triste, es que no podía ayudarlo. 

Kyungsoo perdió cualquier esperanza cuando vio a Suho y a Sehun buscar a sus parejas entre gritos entrecortados mientras huían y eran los últimos en ser apresados. Antes de desmayarse, puedo ver a las personas con trajes blancos y máscaras rojas que se mostraban por primera vez y quienes probablemente controlaban el laberinto. No pudo sentir otra cosa que odio. Un odio fuerte por sus captores y causantes de todo ese dolor. Lo espantoso, es que tenía la sensación de haber vivido algo parecido antes. Tomó en cuenta que era el único que no recordaba haber sido secuestrado ni pasó por las primeras fases como los demás, pero aún así, todo le resultaba familiar y no entendía por qué. 

En un último intento, alargó débilmente sus brazos, mirando en dirección al rubio que era sostenido. Por un segundo, sus ojos lograron abrirse y pudieron encontrarse. La mirada de Jongin lo devastó. Tenía la frente sudorosa, lágrimas en los ojos y los labios entreabiertos, como si quisiera decir unas palabras que no podían salir. Esa fue la última imagen que tuvo antes de que todo se pusiera borroso. Se sintió irreal, como si se tratara de un sueño muy profundo donde Kyungsoo no era dueño de sus propias acciones. Sintió que algo lo invadía y se adueñaba de todo. Era capaz de sentir que se desvanecía y sus párpados se volvieron pesados. Su cabeza dolía, dolía demasiado. 

* * *

Aire

Al principio sintió que necesitaba un poco de aire, pero luego descubrió que sus pulmones necesitaban mucho más. Jongin inhaló todo el aire que pudo con la boca bien abierta, haciendo sonidos ahogados mientras se removía en la camilla donde estaba atado. Su respiración era irregular y la única fuerza que le quedaba, la usó para intentar soltarse, pero se dio cuenta que era inútil. Le resultaba demasiado difícil moverse. Estaba atado y su cuerpo parecía conectado a las máquinas que le inyectaban algo directamente a las venas. Sentía bastante dolor. No era el único, seguramente los demás debían estar pasando por lo mismo o por cosas peores que él. 

El mareo le provocó una sensación de inestabilidad que lo fastidió. Todo se veía borroso y las formas y colores cambiaban sin lógica alguna. Los rasgos de sus captores se veían irreales y notó que estaba un poco oscuro, aunque algunas zonas parecían estar iluminadas. Jongin no pudo ni quejarse cuando sintió más pinchazos. Unos líquidos extraños y densos empezaron a entrar en su cuerpo y se vio obligado a presenciar, como testigo silencioso, de cómo lo usaban sin que pudiera ser capaz de hacer el más mínimo reclamo. 

No pasó mucho hasta que volvió a quedarse dormido, no tenía opción y su cuerpo también parecía exigir descanso. Incluso si luchaba con todas sus fuerzas, sus ojos se cerraban, probablemente a causa de lo que le inyectaban. Quería maldecir, gritar y pelear, pero era una guerra de voluntad y fuerza mental. Debía usar su inteligencia y no la fuerza bruta. Por eso decidió que lo mejor era pensar y no atacar. Jongin sabía que la clave era ser más inteligente que las personas que lo retenían. Sólo así iba a encontrar la salida del laberinto. 

Kai estaba a punto de rendirse ante el sueño, cuando un ligero murmullo llamó su atención. Por un segundo, pensó que su mente le estaba jugando una mala pasada, pero lo escuchó de nuevo. Creyó reconocer al dueño de esa voz. Mientras tenía esos pensamientos, el cansancio y el dolor le ganaron y se quedó profundamente dormido. Cuando despertó, Jongin pensó que habían pasado unos pocos minutos ante de poder abrir los ojos y recobrar la consciencia, pero habían pasado horas. Sus sentidos regresaron con dificultado y le tomó algunos minutos poder sentir correctamente, escuchar y así sucesivamente. Abrió y cerró los ojos varias veces para que su mirada dejara de ser borrosa. 

Monster: You're my lucky one (OT12)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora