Cómo han pasado los años (Parte 1)

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Cuando estuvo lista la cena, Marina compartió la mesa conmigo. Diría que con nosotros pero, Max estaba muy sorprendido de mi repentina amistad con ella como para seguirnos la corriente con la plática que teníamos.

—Muchas gracias por la cena. Enserio te quedó muy rico, ¿o no, Max?

—Si— le contestó muy seco, pero para disimularlo le sonrió pero de una manera demasiado fingida.

—Qué bien que te gustó— alcancé a distinguir un poco de sarcasmo en su voz.

Luego de esa corta "plática" entre Max y Marina, ella y yo nos pusimos a lavar los trastes. Podría jurar que jamás me había divertido tanto haciéndolo, Marina es de esas personas que hacen que el tiempo se te pase volando con lo platicona que es, claro, siempre y cuando no empiece de metiche en tu vida privada.

—Bueno, creo que ya es hora de que me vaya— dijo Marina cuando terminamos de secar los trastes.

Marina tomó su bolsa y su suéter y se dirigió a la puerta.

—No sé si vaya a venir mañana por ti, Max, así que hasta luego.

Max aún seguía sentado en el comedor, incluso parecía que en la casa solo estuviéramos dos personas en lugar de tres de lo callado que él estaba.

—Si— fue lo único que dijo.

—Hombres— puso los ojos en blanco —Creo que si él no toma la iniciativa deberías ser tú la que la que lo invite a cenar— me dijo en un susurro.

— ¿Enserio?— le pregunté extrañada.

Se encogió de hombros y me sonrió.

—Hasta luego— me dijo adiós con la mano y se giró para irse.

Cerré la puerta y me dirigí a la cocina a terminar de limpiar.

— ¿Te vas a quedar aquí toda la noche?

Había pasado casi una hora desde que terminé lo de la cocina y fui a darme un baño —que buena falta me hacía— y Max aún seguía en la sala de estar.

— ¿Te vas a quedar aquí?— le dije recargándome en el respaldo del sillón.

—No, ya voy— me volteó a ver.

Nos quedamos viéndonos por un largo rato hasta que rompí el silencio.

— ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así?

— ¿Tú crees que está bien que siempre nos estemos peleando por culpa de otros?— se acomodó para quedar frente a mí —O sea, me refiero a que...

—Sé perfectamente a qué te refieres— lo interrumpí — ¿Cómo llegaste a esa conclusión?— crucé los brazos sobre mi pecho.

—Pues, tú no tienes la culpa de que Marina me caiga mal... Y tampoco puedo reclamarte por llevarte bien con ella... así que— dejó inconclusa su frase.

— ¿Así que qué?— creo que sabía a donde quería llegar.

—Nada. Es todo.

Me senté frente a Max y suspiré.

—Si vas a decirme algo, dímelo bien. Digo, ahorita que estamos hablando como personas civilizadas.

—Muy bien. Yo no me meto con tus amigos y tú no te metes con los míos.

A decir verdad, me sorprendió bastante que me dijera eso, pero si eso era lo que Max quería, y eso nos iba a dejar sin discusiones por un buen rato, iba a aceptar sus condiciones.

Tu cielo, mi destino. Fanfic de 'La ladrona de libros'.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora