LAUREN
Estaba agotada la guerra de harina acabo con mis energias y ahora había mucho que limpiar. Junto a mi estaban Camila y Ki uno a cada lado mio, todos manchados de blanco y sentados en el piso recargados en la encimera de la cocina.
La miré a ella mientrás sentía como Ki se dormía con su cabeza en mi brazo, era demasiado perezoso y le gustaba dormir como a su madre. Los ojos llenos de diversión de Camila me indicaron que lo mirará, yo me encogi de hombros y regrese mis ojos a los de ella.
-Ki siempre termina agotado cuando pasa el tiempo contigo, ni yo aguanto jugar con el así. Sus labios blancos me hicieron sonreir más.
-Tiene energía durante todo el día esta bien que se duerma temprano asi se recuperá, tiene buenas costumbres gracias a ti solo que a veces me divierte como se queda dormido donde sea.
-Lo sé. Dijo sonrojandosé y dejando de mirarnos, sin dudarlo tomé su barbilla para que me mirara de nuevo, mis ojos no abandonaron los suyos y mordió su labio inferior, ahora este estaba en color rosado y el superior lleno de harina por completo. Quité algunos cabellos molestos que estaban en sus mejillas y me incliné poco a poco hacia ella, no suspiré hasta que nos besamos, sin dudarlo comenzó a moverse lentamente, sabían harina, pensé divertida pero aún asi no perdían el sabor dulce que siempre tenían.
Ki se movió de mi brazo y estuvo a punto golpear su pequeña cabeza dormitando.
-Debemos llevarlo a la cama.
Bufó cansada mientras se puso de pie y como pude lo cargué en brazos dejando el piso, la seguí a lo largo del pasillo.
-No se que haré cuando este más grande y siga quedandosé dormido por doquier.
Solté una risa al escucharla.
-Lo se aunque será entretenido mirarlo.
Miré como acarició su cabello con tanto cariño.
-Es una suerte que solo se parezca a ti. Solté sin pensar y esperando que me riñera.
-Ajam. Dió un ultimo beso en su frente y salió tomandome de la mano.
El sofá se había convertido en un buen lugar para acurrucarnos cada día hasta que yo decidiera irme a casa. Esta vez no fue la excepción y su lindo cabello terminó sobre mi hombro mientrás me contaba cosas sobre su trabajo y lo molesto que era su compañero de oficina. Casi no lograba comprender lo que me platicaba por que me distraía observandola todo el tiempo.
-Oye ¿Cami?
-Mmm... Suspiró, quizás el pequeño masaje que daba a sus hombros estaba funcionando.
-Tu...¿Aceptariasiracenarconmigo?
Dije tan rápido la petición que ni yo me entendí.
-¿Qué has dicho? Se reincorporó de forma rápida para mirarmé.
-He dicho que. Carraspié la garganta y esquivé su mirada.
-¿Aceptariasiracenarconmigo?
-Lauren. Me regañó. -Solo dilo. Su sonrisa tan hermosa apareció.
-¿Quiéres ir a cenar conmigo?
Aplaudió contenta y se lanzó a mis brazos, beso mi mejilla y luego mis labios por repetidas ocasiones hasta que se acurrucó contra mi cuerpo de nuevo. Ambas reíamos.
-Claro que acepto. Dijo por fin. Ahora todo me dio vueltas a mi. Mi corazón estaba latiendo tan rápido que comencé a sudar. No pensé que después de aceptar la invitación venía la parte más dificíl. ~¿A dondé mierda la llevaras?~ repetí en mi mente.
-Hueles lindo. Dijo olfateando mi cuello.
-Hey me haces cosquillas. Traté de alejarla por que respiraba de forma extraña contra mi piel y la sensación me provocaba de todo menos cosquillas, era mi punto debil y sus suspiros, su cuerpo casi sobre el mio me hacía sentir el principio de la fase de excitación.
No se detuvo y mis manos reaccionaron cuando menos lo pensé ya la tenía atrapada contra el sofá, ella me miró sorprendida y yo imaginaba como se enojaría si la tocará de forma indebida. Asi que tratando de disimular mi deseo le hice cosquillas. Ella dejo de fruncir el ceño y su risa invadió la habitación.
-Te... Un grito de Ki desde su recamara nos interrumpió. -Dios..debe tener una pesadilla.
La perdí de vista por algún rato cuando caminó hacia donde Kilian.

CAMILA
Quizás tanta harina en mis pulmones provocó que mi cerebro no se oxigenara como debía, agradecí a Ki por interrumpir el momento. Estuve a punto de decirle Te quiero a Lauren y eso sin duda provocaría una reacción incomoda en ella, aunque ultimamente pasabamos un rato juntas y nos besabamos cada que podiamos no era seguro que tuvieramos una relación, sentía que aún no era el momento para decirle que la quería, aún faltaba la primera cita y alguna que otra petición, solo eramos una clase de vecinas con derecho, o no sabía como definirnos.
Negué para sacar esas ideas viendo a Lauren sacudir su ropa y limpiar algo de harina de su cara, ya ni lo recordaba, habíamos estado besandonos sobre el sofá con la cara totalmente blanca. Mientrás se limpiaba con su blusa me permitió observar su piel. ~Dios su abdomen~ pensé, Lauren comenzaba a hacerse tan atractiva y la verdad era que cada vez que me recargaba en su cuerpo esperaba sentirla, necesitaba que su piel tocara la mía aunque sea de forma minima. Solté un gemido corto cuando subió un poco más su blusa y limpiarsé parte de la frente, la orilla del sujetador esta a la vista y ni hablar del inicio de sus pechos, tragué saliva con dificultad, no podía resistir más, quería recorrer la distancia que nos separaba y comenzar a tocarla, pero no era correcto, asi que tosi para que me notará. Ella bajo avergonzada su blusa y me miró con sus mejillas enrojecidas.
-Oh ya volviste ¿Está bien? Preguntó con voz debil.
-Si ya se durmió.
-Bueno creo que debo irme ya es un poco mas tarde de lo habitual.
-Muy bien. Ambas nos acercamos y sonreímos como niñas.
-Hasta mañana sueña cosas lindas. Le dije mientrás la abrazaba.
-Si, siempre sueño contigo. El momento de sonrojarme me llegó. Se inclinó para besar mi cien de forma suave. -Descansa y prometo que vendre a limpiar todo temprano.
Salió guiñandome un ojo, como siempre con una sonrisa.

Lo que no se ve Where stories live. Discover now