Decidí el concentrarme específicamente en el dolor físico que comenzaba a desarrollarse por medio del entrenamiento al final del periodo escolar. Cuando comenzó el entrenamiento todos pudimos notar como las nubes se estaban aglomerando en el cielo, provocando que todos comenzaran un rezo interno por que no lloviera e interrumpiera nuestra rutina, en especial el entrenador, que se encontraba bastante presionado en estos momentos ya que los días para el próximo partido importante estaban contados. Gracias a dios pudimos acabar todo nuestro ejercicio antes de que las primeras gotas de la lluvia comenzaran a caer. Yo era de las pocas personas que aún se encontraba en la escuela, ya que a pesar de haber acabado mis deberes, me había ofrecido a ayudarle al entrenador a juntar y guardar todo dentro del espacio asignado para aquellos materiales. Esto tampoco era nada raro, ya que normalmente me ofrecía de voluntario para poder ayudarle a aquel instructor que ya rondaba los 50 años. Pero fue cuando ya acabe de guardar todo que me di cuenta que el haberme quedado más tiempo del normal me traería problemas aquel día. La lluvia de repente se soltó fuertemente, cayendo enormes gotas de agua rápida y estrepitosamente por toda el área. Mi problema era que yo me transportaba en motocicleta y estaba más que claro que en estos momentos no podría volver a casa, con aquella extremada condición climática. Bien podía haberle pedido ride a Bucky o Thor, peor claro, mi amabilidad se había interpuesto y ellos ya se habían retirado del lugar hace tiempo. Vaya día tan mas terrible, todo mi humor había estado por los suelos y ahora esto era simplemente la cereza en el pastel. Pasaron los minutos y la lluvia no cesaba siquiera un poco, con un largo suspiro y algo de resignación fui acercándome a la entrada principal para poder ver de más cerca el momento en el que las gotas dejaran de aparecer y encaminarme rápidamente a mi motocicleta.

Mi respiración se cortó y sentí que en cualquier momento mi corazón también olvidaría el latir constantemente dentro de mi cuerpo. No estaba seguro si aquella imagen era producto de mi imaginación o era completamente real, fue hasta que su mirada indiferente se posó en la mía que pude comprobar que aquellos gloriosos ojos color miel eran más reales que nada. Tony se encontraba recargado en una de las paredes, con un pie levantado apoyado en la pared y sus dos manos dentro de una sudadera holgada que no traía al principio de las clases. Cuando percibió mi presencia fue que reparo su postura y comenzó a caminar hacia mí con paso decidido. Yo automáticamente también hice lo mismo, caminando con un poco más de prisa para tenerlo más cerca de mí. Probablemente había olvidado algunas cosas en la escuela o algún profesor lo mando a llamar, pero extrañamente tenía el presentimiento en mi pecho que se encontraba aquí en este instante solamente por mí.

—T-Tony ¿Qué haces aquí? —comenté impresionado a la vez de que sentía como el calor comenzaba a subirme por todo el cuerpo, sentí esa misma extraña alegría que había sentido el día de ayer al coincidirlo en el parque paseando al capitán.

—Quita esa cara de baboso, vine por ti — respondió con hostigo mientras volteaba su mirada y rostro a otro lado del lugar para no tener que hacer contacto visual conmigo. Se escuchaba algo molesto pero por dentro yo sentía que era un simple mecanismo para ocultar su nerviosismo.

—¿Por mí? —pregunté algo perdido en aquella contestación.

—No te creas demasiado, simplemente estaba cerca de aquí y recordé como tú solamente tienes una inútil motocicleta que no te ayuda para nada con este tipo de diluvios —en ese instante todas y cada una de las emociones negativas que había tenido en todo el día se esfumaron como por arte de magia. Mi corazón palpitaba con gran rapidez y sentí como me ahogaba yo mismo en tanta dicha y felicidad—. No te preocupes por tu moto, ya marque para que la vinieran a recoger y te la dejaran en la puerta de tu casa antes del día de mañana, así que andando —finalizó con seriedad para caminar directo hacia la puerta con total seguridad de que yo lo seguiría y así lo hice.

No podía creer que Tony hubiera pensado y planeado cada cosa para poder venir a recogerme, más aun, que Tony se hubiera tomado todas y cada una de las molestias que esto incluía, que se preocupara por mí lo suficiente como para salir de casa a pesar de ya estar cómodo y dejar todas sus tareas y deberes para que yo no tuviera que preocuparme por la tormenta que se había avecinado. Fue ahí que recordé todas y cada una de las cosas que Tony me había dicho en aquella fiesta, no eran simples palabras o simples habladurías. Con cada cosa, con cada detalle, Tony intentaba demostrarme todo el cariño y amor que el sentía por mí y no solo era esta, si me ponía a analizar mas definidamente en mis recuerdos estaba seguro que encontraría más de una acción que ponía a prueba todo lo que él decía quererme.

Ya estando en la entrada junto a él vi como abrió con un poco de dificultad una gran sombrilla para protegernos a ambos del agua. Al momento de esta caminando pegados, uno junto al otro para poder taparnos ambos con el paraguas, fue que recordé a una de esas típicas escenas de amor en la que una pareja comparte la sombrilla melosamente, volteé a ver de reojo a Tony y vi como el no había cambiado su reservada expresión, no sé porque cuando cruzo ese pensamiento por mi mente me habían comenzado a atacar los nervios insistentemente, dejándome respirar con bastante dificultad.

Agradecí al momento en el que ya nos encontrábamos frente al coche para poder actuar un poco más natural respecto a la situación. Todo el camino transcurrió en total silencio, yo quería romper la atmosfera con algún comentario o algo por el estilo, pero simplemente las palabras no salían de mi garganta haciéndome sentir un completo tonto, en cambio me dediqué a mirar como las gotas caían por todo el largo de la ventana del lujoso auto. Desde el principio sabía que Tony era alguien realmente increíble, algo así como un tesoro lleno de sorpresas y secretos, pero no podía creer que a pesar de ya tener aquel pensamiento instalado en mi mente, Tony simplemente no dejaba de impresionarme con sus acciones y gestos ¿Acaso era algo más que solo una simple admiración?

—Llegamos —dijo Tony interrumpiendo así toda clase de hipótesis que estaba a punto de formular. Ni siquiera me di cuenta cuando él había aparcado el coche frente a mi casa. Volteé a verlo y de la nada sentí unas inmensas ganas de abrazarlo y besarlo ¿besarlo?

Me deje llevar por aquel impulso aunque a la vez me limite, proporcionándole así un delicado beso en la mejilla con varias emociones desbordándose en mi interior. Vi como él finalmente giraba a verme con un rostro un tanto impactado ante mi acción y un notorio sonrojo en sus mejillas, que probablemente yo también traía dejando en evidencia mi nerviosismo y alegría.

—Muchas gracias Tony —fue lo único que salió demi boca para después formar una tierna sonrisa y salir de aquel auto. Ya solamente lloviznaba así que no era necesario el paraguas y vi como lentamente él encendía su coche y se alejaba de ahí. Mi corazón se me salía del cuerpo, no sabía si aquel beso había salido de mi inconsciente, subconsciente o consciente,pero decidí el no pensar de más solo por una vez en mi vida y dejar de cuestionarme el cosas como el por qué lo había hecho. Solo me dedique adisfrutar del momento y repetir una y otra vez en mi cabeza la adorable imagen de un Tony sonrojado y desconcertado.     

Finding true loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora