15. Hello from the other side...

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- Buenos días – saludé a Cintia en la mesa de entrada del edificio, ella respondió al saludo mientras yo subía por el ascensor hasta el piso de redacción.

Como primera medida miré la puerta de la oficina de Max, estaba cerrada, la persiana americana también. Caminé hasta mi cubículo luego del típico intercambio de saludos con Claudio. Abrí la carpeta de archivos que tenía en mi pen drive y comencé a trabajar "15 formas de combinar los colores en este invierno"... Ya iba por la quinta combinación cuando el teléfono comenzó a sonar.

- Rigotzi – dije sin pensar mucho

- Buenos días Clara, soy Mariana... El señor Máximo quiere que vayas a su oficina a las 10, dice que tienes una reunión con él y Lucas Martínez.

- Bueno, gracias Mari... - tenía un nudo en el estómago, miré mi reloj de muñeca, eran las 9.45...

- Buena suerte – dijo y pude percibir su sonrisa en el tono de voz.

- Gracias Mari... luego te cuento – ella colgó y yo hice crujir los dedos de mis manos como cada vez que necesitaba liberar tensiones.

A las 10 en punto caminé silenciosa hacia la puerta de la oficina de Max. Golpeé con los nudillos y escuché el ruido de una silla moverse dentro, luego pasos y mi jefe abrió la puerta.

- Pasa Rigotzi – su tono de voz era formal, no sonaba como las otras veces que me había hecho pasar a su oficina.

- Buenos días señor – dije y él no respondió.

- Martínez debe estar por llegar. Puedes sentarte si quieres. ¿Quieres un café?

- Bueno... - susurré, él salió por la puerta y me dejó sola. Miré las palmas de mis manos, luego corrí el pelo que caía sobre mi cara y me senté más derecha en la silla. Al final él volvió a aparecer y supuse que había mandado a Mariana por café porque ella apareció a los minutos cargando una bandeja con tres tazas humeantes que colocó sobre el escritorio, me hizo una sonrisa y salió al tiempo que Lucas entraba.

- Permiso jefe, buenos días Clara – dijo con una sonrisa.

- Hola Lucas – lo saludé yo y luego él tomó asiento a mi lado.

- Bueno, los he citado porque me gustaría que trabajaran juntos. Lucas, ¿has leído el artículo que te envié escrito por Clara?

- Sí Max, la verdad es que eres buena Rigotzi – me guiñó un ojo mientras llevaba la taza de café a sus labios. Lucas era simpático, su edad rondaba los 35 años aunque parecía más, quizás por las prominentes entradas que tenía en su frente. En un par de años más quizás quedaría calvo. Tenía una sonrisa compradora, cachetes rellenitos, cejas pobladas que ocultaban en parte un par de ojos azules que tenían un brillo de inteligencia especial.

- Gracias Lucas, de verdad - sonreí consciente de que mis mejillas se tornaban un poco rojas.

- Bien... Entonces ¿qué opinas de que Clara te ayude con la redacción Lucas? – Max mantenía su tono neutral. Lucas asintió con la cabeza.

- Será un placer. Si quieres puedo enviarte por mail lo que he estado haciendo Clara, podrías trabajar sobre alguno de los tópicos y enviarme tu redacción.

- Me parece bien, gracias Lucas – susurré.

- Bien, si estamos de acuerdo doy por terminada esta reunión. Clara, recuerda que debes seguir con tu tarea en la columna de moda.

- Sí señor – asentí con la cabeza y me puse de pie al mismo tiempo que ellos dos.

- Clara, ¿puedes pasar por mi cubículo un momento así ajustamos los horarios y otros detalles de trabajo?

Te amo, Idiota #1: El café no se toma quemadoWhere stories live. Discover now