cry baby ↮rubelangel™

| FINAL |

Cry baby - Final. (Epílogo 2/3 prox.)
Gracias por todo, disfruten. [Reproducir Night Mime- Melanie Martinez]

Llegó a mí el suave tintinar del aparato que sostenía la bolsa llena de suero que con un cablecillo y una aguja, se enganchaba dentro de mi piel, dándome fuerzas ante el desangre que había pasado ante el accidente. No recuerdo nada, pero no es como si hubiese intentado recordar. Sólo recuerdo las suaves palabras de la enfermera «Una chica de cabello oscuro le trajo hasta aquí, nos ha dicho que le encontró en un callejón, estaba mal herido. Lo habían asaltado». Algo no comprendí bien, no recordaba nada de eso. Sólo pude pensar en que era mentira.

Rubén, ese nombre sonaba tan lejano, tan ácido y tan vacío. No recuerdo cómo fue que ambos nos separamos. Tuve miedo, recuerdo su mirada fija en mis ojos, momentos antes. Pero no recuerdo que más paso. Lo vi irse, no pude gritar. Mi garganta se había secado y un puñado de palabras que me estrangularon en un nudo. No pude pronunciar nada. Sólo me quedé ahí, mirando cómo se alejaba. Todo se volvía borroso segundos después. Ya no podía recordar, tampoco puedo decir cuál fue el hecho que obligó a Rubén a dejarme ahí tirado. ¡No lo recuerdo!

- ¿Miguel? -mi madre entra por la puerta con los ojos lagrimosos, rojos y pesados. Pasó toda la noche llorando; tenía ganas de hacerlo yo también-, mi amor, ¿Cómo te sientes?

«Como una puta basura, mamá» me tente a responder pero no pude dejar salir tales palabras, sólo pude resumirlo en un -jodido, mamá-ella no se sorprendió. Sólo negó con la cabeza mientras apretaba las sabanas blancas que cubrían mis piernas hasta la cintura. Me dieron ganas de abrazarla, si no contuviera las ganas de matar a alguien, seguro la hubiera apretado hasta asfixiarla. Era gracioso, estúpido y muy poco entendible, pero así me sentía.

-Creo que es hora de que te diga la verdad-esa verdad que siempre he querido evitar; esas veces que él entraba en ansiedad, esas veces que me negué a escuchar las palabras de mi madre antes de que el volviera, o peor aún, mientras él se duchaba o dormía. Ella intentaba destapar a la persona que mas amaba, a la persona que aún tengo atorada en el alma y en el corazón. Pase saliva, no me importó que mamá me viera en este estado, no me importó qué hablará. Pensé que había enloquecido.

«Era un asesino, Miguel. Había matado a un miembro de la banda donde antes... donde antes trabajaba en el prostíbulo. Rubén era buscado, acosado, lo querían muerto. Sabes qué pasó con la investigación de Beatriz... ¿Sabes qué pasó?» en ese momento deje de escuchar mientras los latidos rabiosos de mi corazón, hacia que mis oídos quedarán sordos, donde sólo podía escuchar -pum, pum, pum- una y otra vez contra mi oído y mi pecho subía y bajaba. Las palabras se colaban en mis oídos «Asesinó a Beatriz» mis manos se apretaron en las sábanas, mi mirada se oscurecía y no había forma de acallar mis gritos internos. Me obliga a mantener la calma, pero las lágrimas ya descendían por mis mejillas. Me sentí ahogado en la culpa, en el asco, en la deliria. «Asesinó a tú hijo de dos meses» tartamudeó y ceso sus palabras para soltar un gemido más parecido a un berrido, cayendo de sentón al suelo, llorando mientras apretaba los dientes conteniendo los sollozos.

Y yo; yo había conocido lo que es morir en vida, lo que es perder la esperanza, lo que es perderte a ti mismo. Me aferre a la cama mientras golpeaba una y otra vez los recuerdos en mi mente. La vez que le encontré, la vez que cayó por primera vez en ansiedad, la vez en la que amenazó a Beatriz, la vez que desapareció y tuve que irle a buscar, la vez que fue a fumar, la vez en la que me pidió disculpas mientras repetía una y otra vez me amaba... la vez en la que le prometí amor eterno. Me da asco, me encojo y gruño tan fuerte. Mi garganta arde pero no me permito flanquear. Me doy asco, cada uno de los besos que le brinde, sus abrazos, sus caricias, me dan asco. Mi cuerpo tiembla, se deshace en la camilla y las lágrimas salen con más rapidez, dando un serpenteo hasta perderse en mi cuello y por debajo de este. Siento que me voy a desmayar. No queda más.