C R Y B A B Y [10]

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-Miguel Ángel Rogel, eso ¿Es cierto? -Pregunto la directora Patricia. Miguel asintió levemente, mirando de reojo a Rubén quien miraba sus zapatos negros meciéndose en el aire.

-¿Rubén Doblas Cierto? -Pregunto la maestra. Asintió. -Usted ya tiene historial de quejas aquí, no sólo está sino que otras cuatro.

-Ninguna de ésas han sido mías. -Aclaró levantando la vista molesto. -Siempre he llegado aquí por culpa de Diego y Samuel. Esta vez... también fue por ellos.

-¿Quieres decir que Miguel no tuvo nada que ver? -Preguntó mirando a Rubén sería.

-No... bueno, el fue obligado a hacer eso, el jamás haría algo así... bueno no lo se.

-No! -Intervino Miguel. - Jamás haría algo así, mucho menos a Rubén.

Sus miradas nerviosas se encontraron, un Rubén cubierto de líquido pegajoso y un Miguel nervioso y enamorado. Las maestras los miraron confundidas. -Creo que es mejor, que se vayan a su aula. -Dijo la maestra.

Ambos se levantaron aún con el nerviosismo. Ruben estaba más tranquilo cuando salió, pero Miguel Era un manojo de nervios. Su corazón latio al ver a Rubén sonreír.
»Libre« Pensó Miguel.

-Lo... Lo si-siento Ru-Rubén. -Balbuceo Miguel jugando con sus manos.

Rubén río al ver a Miguel nervioso y un poco torpe al hablar. -No hay de qué -Murmuró para correr al baño.
Miguel sintió las ganas de acompañarle, pero prefirió ir al aula donde tal vez estaría esperando Diego por su llegada.

Negó con bochorno caminando al salón.

*

Rubén entró al baño mojando sus pequeñas manos. Su mirada se encontró con su reflejo. Serio y con ojeras pronunciadas debajo. Su Cabello Castaño opaco, sin nada de brillo. Pensó en la mirada de Miguel, esa mirada que siempre le dirigía nervioso.

Sonrió, y sus ojeras se hundieron debajo de sus ojos, mostrando una sonrisa tierna, que el mismo miro. Hace cuanto que no lo hacía, pocas veces se obligaba a sonreír para que nadie se diera cuenta de la verdadera realidad del pequeño Rubén. Ni siquiera su maestra sabia, ya que Rubén era un niño aplicado y sólo a metía en problemas cuando lo molestaban.

Jamás necesitaron llamar a sus padres, sólo el día de su inscripción su mamá había ido. Sólo esa vez. Hace tres años.

Su sonrisa desapareció y sus ojos se cristalizaron al nivel de que miraba borroso a través de sus ojos. Una pregunta que siempre circulaba en su mente.

»¿Porque?«

Muchas respuestas. Muchas conjugaciones.

Rubén sentía la necesidad de preguntar el porqué le sucedían tantas cosas, primero su padre, luego Diego y ahora el padrino. Se sentía el culpable pero no sabía el porqué. Porqué era el culpable de recibir esa clase de abusos.

Miguel... ;había defendido a Miguel. El chico que le regaló su lonche y el decidió perdonarle, pagando »Favor por Favor«. Pero algo no cuadraba, ese Chico lo miraba extraño, no con odio, no con negación. Veía nervios y ... ¿Cariño? Eso sólo lo había sentido dos veces, "Su mamá y el Padrino" cuando el sólo tenía Cuatro años. Cuando todo era normal.

Salió del baño caminando lentamente hasta el aula encontrándose algo que le hizo enfurecer a maneras anormales. Como cuando su Padre golpeó a su mamá el día de Navidad. Apretó los puños y corrió a defender... a un indefenso Miguel.

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cry baby ↮rubelangel™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora