cry baby ↮rubelangel™

C R Y B A B Y [41]

Los labios de Miguel repartían varios besos al cuerpo de Rubén. Desde sus labios hasta sus blancas piernas. Sólo un bóxer negro cubría su cuerpo de estar completamente desnudo. Al llegar se dio una ducha refrescante y se acostó en la cama mientras Miguel "Supuestamente" haría sus trabajos, pero no pudo resistirse a Rubén, con sólo unos bóxers pegados a su trasero y el cabello mojado cayendo en mechones en su frente.

Ahora trataba de dormir mientras Miguel se dedicaba a dejar besos húmedos y lamidos a sus piernas y cuello. Rubén jadeo aún con los ojos completamente cerrados. La mano traviesa de Miguel se adentró a sus bóxers tomando su pene desde la base. Éste Gimió en respuesta.

—Me encantas, Rubén. —A pesar de los besos, miradas y caricias calientes, Rubén jamás dejo que el pelinegro penetrara su cuerpo de forma indebida. Hasta que Beatriz saliera de su vida.

Pero Rubén estaba enojado con ella, con esa cabrona que había intentado acostarse con su Miguel y ahora era buen tiempo para hacer que se Jodiera y de paso, demostrarle a Miguel el mayor placer que alguien pudiera ofrecerle. No por nada era el favorito de varios clientes. Esa idiota se quedaría corta al mostrarle a Miguel lo bueno que era en el sexo.

Abrió los ojos mirando al chico mirarle con una sonrisa ladina. Se levantó y se colocó sobre el regazo de Miguel, restregó su trasero en la polla erecta del pelinegro que no puedo evitar gemir.

—Te enseñaré lo que es bueno. —Sus labios se unieron en forma húmeda y degustando el sabor que cada uno desprendía.

Las manos de Rubén llegaron al borde del pantalón gris de Miguel. Comenzó a bajarlo junto con los bóxers. Se separaron y Miguel levantó la cadera para el pantalón saliera con más facilidad. El castaño se levantó cerrando la puerta con seguro y bajando la intensidad de la luz en la habitación. Era momento de fundirse en los verdaderos placeres del sexo gay.

—Nunca he hecho esto, Rubén. No con un hombre. —Murmuró apenado en la cama.

—Déjame mostrarte que puede ser aún mejor, que el sexo hetero. —Sus labios se encontraron de nuevo, ambos completamente desnudos ahora. Rubén sobre Miguel en la cama, restregando sus entrepiernas.

Bajo hasta la altura del pene de Miguel y lo metió en su boca, hundiéndolo hasta el fondo y volviéndolo a sacar. Miguel agarraba las sábanas con fuerza tratando de no gritar. Era una sensación increíble los labios calientes al igual que su boca alrededor de su pene. Rubén culpaba con fuerza; haciendo círculos en el glande con la lengua y bombeando con rapidez la base.

Con la punta de su lengua, lamio la hendidura del glande. Miguel arqueó la espalda logrando meter su pene dentro de la boca caliente de Rubén. Este bajo sus besos y lamio los testículos hinchados de Miguel, moviendo la mano alrededor del pene todavía. Miguel se sintió en el paraíso, estuvo a punto de llegar si no fuera porqué Rubén se levantó de la cama, dejando desatendida su erección.

Mordió su labio al verle, ojos verdes envueltos en lujuria, labios rojos e hinchados y un cuerpo sudoroso por el calor emitido dentro de la habitación. Subió sobre Miguel de nuevo hasta quedar sentado sobre su pelvis. Su erección estaba dura e hinchada, chorreante la punta. El castaño junto ambas erecciones sintiendo placer al segundo.

—Mñn.... Mierda. —Susurraba el castaño masturbando ambas erecciones—. Estas muy duro, Miguel.

Sonrió con los ojos entrecerrados, moviendo su cadera para más sensación. Miguel tomó al castaño de los hombros, acostándolo en la cama y posicionándose sobre él. Sus labios repartieron varios besos al pecho y cuello de Rubén.

—Qui-Quiero sentirte.... —Rubén alejo de su cuerpo a Miguel, recostándose en la cama en posición de cuatro—. ¿Qué haces?

—Tengo... tengo que prepararme, para que no duela... —Susurro levemente sonrojado por la tonta pregunta de Miguel.