Capítulo 14. "Métodos."

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Dejé el móvil a un lado una vez más, y puse mis manos a ambos lados de mi boca para que se me oyese mejor. -¡Stiles!

Medio segundo después de que lanzara mi grito, escuché un ruido proveniente de su habitación, seguido de unos cuantos otros como si algo se hubiera caído. Luego el murmullo de la voz de Scott en mi móvil llamó mi atención, y volví a tomarlo.

-Hey. Creo que lo he despertado.

-¿Acabas de gritarle? -La voz de Scott sonaba tan incrédula que comencé a reírme.

-Su habitación está frente a la mía. Era más fácil que ir hasta la puerta de su casa, ¿No crees?

Me asomé un poco hacia afuera otra vez, y volví a llamarle. La luz de su habitación se encendió, y su ventana se abrió de par en par, revelando a un Stiles somnoliento y sumamente enojado. Comencé a reírme aún más, sin poder evitarlo. Se veía adorable.

Espera. ¿Qué?

¿Acababa de pensar eso?

-¿Qué diablos está sucediendo? –Gruñó Stiles, arrastrando las palabras, como si no se hubiese despertado del todo.

Puse la llamada en altavoz y señalé el móvil, olvidándome de mi extraño pensamiento. –Scott dice que hay una emergencia, y tú no le atendías. Tuvo que recurrir a mis métodos.

-Yo no te dije que le llamaras a los gritos.

-O te agradan mis métodos, o no los solicitas, Scott. ¿Ahora vas a decirnos qué es lo que sucede en mitad de la noche que es tan urgente?

-La policía está detrás de Derek. Ahora.

-¿Y ese es nuestro problema? –Masculló Stiles, poniendo los ojos en blanco.

-También me están siguiendo a mí.

Di un pequeño saltito de sorpresa. -¿La policía te está siguiendo?

-No, no la policía. Los Argent. Ellos creen que soy Derek.

Enarqué una ceja, por más que no pudiera verme. –Tienes que estar bromeando.

-¡No es una jodida broma! ¡Necesito ayuda! ¡Y estoy yendo hacia sus casas! Salgan.

Stiles parecía no entender absolutamente nada de la situación. Pues éramos dos. -¿Ahora?

-¡Sí, ahora! –Exclamó Scott, y cortó la comunicación.

Stiles y yo nos observamos unos segundos, inmóviles, intentando comprender qué estaba sucediendo. ¿Es que no podrían pasar estas cosas de día, al menos?

-¿Acaba de decir que los Argent le están persiguiendo? –Pregunté, todavía algo aturdida.

-Eso escuché. Oh, hombre, y yo que creí que podría dormir— santo infierno. Voy a conseguir acónito y metérselo por donde no...

No llegué a oír el resto de su plan porque se alejó de la ventana, murmurando.

Me quedé observando la llamada terminada en mi móvil, y suspiré. Cerré mi ventana con mi codo, corrí hacia donde estaban mis zapatillas y me las calcé lo más rápido que pude. En cuanto subí la manga de mi pantalón, noté las cuatro pequeñas heridas en forma de medialunas que me había hecho Scott hacía sólo unos días. Algunas habían sanado, pero otras se veían recientes, tenían costras, y dolían como si lo fueran. Trataba de ignorarlo lo mejor que podía, y estaba teniendo éxito, pero sabía que tenía que decirle a Scott. No sabía si él no lo recordaba, o estaba ignorándolo como yo, pero tenía que saber si aquello significaría algo. O sea, sabía que no me iba a transformar en una mujer lobo -gracias a Dios-, pero aquello no tenía pinta de estar curándose, es más, parecía estar infectándose, por más que me había encargado de limpiar aquellas pequeñas heridas. Tantas veces, que ya había perdido la cuenta. Corrí hacia mi baño y busqué unas tiritas adhesivas del botiquín para cubrirlas, aunque no sirviesen de mucho, y continué mi carrera hacia el exterior.

bounded spirit ⋄ stiles stilinski // 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora