Capítulo 10. "Whiskey"

15.6K 1K 837
                                    

En el momento en que cerré los ojos, supe que estaba soñando.

Estaba en mi antigua habitación en Arizona, y una sensación de extraña incomodidad me inundó en el momento que fui consciente de en dónde estaba.

Todavía no era de noche, pero podía ver que el sol se había puesto hacía rato, dejando el lugar en penumbras. Por más que supiera que aquello era un sueño, mi subconsciente se empeñaba en decirme lo contrario.

La voz de mi padre llamándome desde el piso inferior de la casa me sobresaltó, y me tropecé con una enorme lámpara que no recordaba poseer. Al caerse, un extraño ruido de vidrio rompiéndose contra el suelo me aturdió, inquietándome aún más. ¿Cómo podía ser que hubiera hecho tanto ruido una simple bombilla de luz?

Mi corazón pareció comenzar una carrera, y sin pensármelo dos veces salí corriendo de allí hacia donde había oído la voz de mi padre. El resto de la casa se encontraba tan en penumbras como la habitación, y tuve que mantener una mano sobre la pared del pasillo para saber por dónde iba.

La preocupación comenzó a inundar mi cuerpo cuando recorrí todo el lugar, y no encontré a mi padre. El día ya casi había dado paso a la noche por completo, y me era difícil ver mis entornos. Intenté llamarle, pero apenas un hilo de voz salió de mi garganta. Continué intentando hablar, pero por mucho que luchara no conseguía que saliera más que un débil quejido de mi boca.

Me giré sobre mis pasos para volver a buscarle, alterada, y mis pies hicieron ruido al pisar vidrio. Un grito mudo se formó en mi rostro, al notar que iba descalza, y los vidrios se incrustaban en mi piel. Me incliné para quitármelos, ignorando el ardor punzante, pero en cuanto observé bien mis pies, vi que ya no había rastro de ningún vidrio.

-Es tu culpa, ¿Sabes?

Todo mi interior pareció ser recorrido por una descarga eléctrica mucho peor que el miedo. Mi madre estaba frente a mí, y por más que se encontrase en las sombras, la podía ver perfectamente.

Me observaba con una expresión enfadada y hosca muy atípica de ella, como si no quisiese estar cerca de mí.

-¿Mi culpa? ¿Qué es mi culpa?

Mi voz otra vez se negó a salir, pero mi garganta se sentía como si hubiese estado gritando por horas. Mi madre pareció entenderme de cualquier modo.

-Ya sabes qué. Siempre eres tú, ¿Verdad? Y ni siquiera sabes evitarlo.

Ella señaló mis manos, y las alcé, extrañada. Otro grito inexistente intentó escapar de mi boca. Estaban cubiertas de sangre.

Mi mirada pasó al suelo, donde había un rastro casi invisible de vidrios también manchados con sangre. Alcé el rostro buscando a mi madre, pero ella ya no estaba allí. No había nadie enfrente de mí. Volví a mirar mis manos y la sangre había desaparecido, junto con los vidrios del suelo.

Una suave brisa removió mi pelo, y escuché un sonido tenue muy cerca de mí. ¿Una respiración?

Mi cuerpo se paralizó con la corriente de miedo que le siguió a la anterior.

La respiración incrementaba a cada segundo que transcurría, hasta que se había transformado en un gruñido gutural que me heló los huesos.

Comencé a correr lejos de allí, chocando con las cosas que no podía ver, pero no me permití detenerme. En cuanto subí las escaleras, no tuve idea de en dónde me encontraba. Ya no podía ver nada alrededor, y un extraño resplandor azul parecía rodearme, sin ser suficiente para alumbrar más que unos centímetros más allá de mí. Me giré lentamente, rezando para encontrar una salida, y me encontré con dos puntos refulgentes no muy lejos de donde me hallaba. Un par de ojos brillantes color carmesí.

bounded spirit ⋄ stiles stilinski // 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora