Capítulo 8. "Inesperada confusión."

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Mi mente estaba nublada, y mi cuerpo parecía chocar con cada rama que estaba en el camino, e igualmente no paré de correr, ni siquiera cuando tropecé con algo del suelo. Rodé sobre el follaje, pero me levanté y continué corriendo, por más que una de mis rodillas y un brazo me escociesen del dolor. No podía pensar. La lluvia se había reducido a unas pocas gotas solitarias intermitentes, y el sol ya casi se había esfumado, pero gracias a algún milagro, creía saber por dónde iba. Mi corazón continuaba latiendo violentamente y el miedo amenazaba con paralizarme de un momento a otro, pero lo ignoré, y continué corriendo. Tenía que hacerlo.

Una oleada de alivio me inundó cuando divisé las luces de la calle, y me acerqué las casas familiares de en donde vivía, No sabía cuánto tiempo había pasado, ni durante cuánto había estado corriendo, pero cuando decidí aminorar la marcha al estar cerca de mi casa, mi cuerpo chocó contra algo. Alguien.

Cambié de posición el cuchillo que todavía sostenía en mi mano derecha, y con la izquierda tomé uno de los que estaban en mi cinturón a la velocidad de la luz. Me giré con otro movimiento rápido, y presioné ambos cuchillos en el cuello de la persona.

Stiles.

-Qué dem... -Murmuró el, completamente inmóvil.

Me costó una eternidad caer en cuenta de lo que había hecho. Él me observaba con una expresión extraña, que no logré descifrar durante unos momentos. Incertidumbre.

Quité mis cuchillos de su cuello con la misma velocidad que los puse allí.

-Oh, dios mío, lo siento, no tienes idea, yo no sé... -Mi voz sonaba entrecortada y agitada, y estaba segura de que era incomprensible.

Stiles continuó observándome como si fuera una desconocida, hasta que parpadeó unas cuantas veces, y tomó mis hombros. –Hey, hey, hey. Respira.

Intenté hacerle caso, y me quité el maldito pelo del rostro en gesto nervioso. Oh, Jesús. Le había casi clavado los cuchillos porque me había chocado contra él. ¿Qué rayos estaba mal conmigo? Comencé a murmurar otra disculpa, pero mi corazón no parecía dispuesto a ralentizarse, y pronto me faltó el aire. Sentí como si el mundo diese un giro repentino, y me hubiese tropezado si no hubiese sido por que él me estaba sosteniendo.

-Ariel, me- honestamente, estoy volviéndome loco aquí. No, creo que eso ni siquiera- Mierda. ¿Qué sucede?

Abrí la boca para responderle, pero mi mente estaba en blanco. No sabía qué decirle. No podía decirle nada. Y me estaba mareando. ¿Por qué me estaba mareando? Miré hacia mí alrededor, pero no había nadie allí además de nosotros dos. Un vistazo a los árboles del bosque cercano bastó para que mi acelerado corazón comenzase a latir más rápido, si es que eso era posible.

-Oh, Dios. –Repetí en un murmullo ahogado. –No puedo respirar.

Él frunció el ceño y luego sus cejas se alzaron en menos de un segundo. Sus manos pasaron de sostener mis hombros a sostener mi rostro, y clavó su mirada casi oculta por las sombras en mis ojos. –Respira. Ariel, respira. No retengas el aire, respira rápidamente, vamos.

No sé cómo hizo, pero mi pulso pareció calmarse un poco en cuanto me observó de manera tan directa. Le hice caso, y cerré mis ojos con fuerza, intentando concentrarme en acompasar mi respiración hasta que la sensación de mareo se disipó, extinguiéndose finalmente.

Estaba exhausta. Sin reparar en mis acciones, me acerqué a él y apoyé mi frente en su hombro. –Siento... aquello. –Me disculpé, intentando encontrar las palabras adecuadas. –Me has asustado.

-¿Yo te he asustado a ti? Pues no sé qué debería decir yo, entonces. ¿Siempre vas por allí, poniéndole cuchillos en el cuello a la gente?

Estaba bromeando. Cómo demonios podía bromear en una situación así, no tenía idea, pero se las arregló para hacerme sonreír aunque no pudiese verme. De cualquier manera, parecía esperar una respuesta de mi parte, porque tomó mis hombros nuevamente, e hizo que le mirase. -¿Vas a decirme qué...?

bounded spirit ⋄ stiles stilinski // 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora