En llamas (Peeta Mellark y Tu )

Capítulo 31: El ultimo rayo

Más tarde, cuando ya ha sonado el himno, cosa de las nueve de la noche, Beetee y Finnick empiezan a enrollar el cable en el árbol del rayo. Una vez esta tarea completada, Beetee nos explica la segunda fase del plan.

Beetee: - Bien, Johanna y (TN), necesito que llevéis el cable hasta la playa.

Peeta: - Yo las acompaño.

Beetee: - No, vas demasiado lento y, además, te necesito aquí. Si vas con ellas lo que harás es atrasarlas.

Peeta: - Me da igual, que ellas se adelanten yo ya las alcanzaré. – A mí tampoco me gusta la idea de separarnos, pero sé que, si nos negamos, empezarán a sospechar.

(TN): - Peeta...

Peeta: - No (TN), os acompaño, tengo que protegeros a los dos.

(TN): - Peeta, cariño por favor mírame. – Le digo acunando sus mejillas para que me mire. - Escúchame, vamos a estar bien. En cuanto hayamos colocado el cable vendremos enseguida. No te preocupes, nos veremos dentro de un rato. Te amo. – Le beso en los labios.

Peeta: - Está bien. – Suspira derrotado. – Ten cuidado. Nos vemos en un rato. Os amo. – Me da otro beso y acaricia mi vientre. Nos damos un fuerte abrazo y nos separamos.

Johanna coge el rollo de cable y comenzamos nuestra ruta hacia la playa desenroscándolo. Hacia mitad de camino, escuchamos como comienzan los chasquidos.

Johanna: - Mejor que nos demos prisa, quiero estar muy lejos de la playa cuando los rayos comiencen.

(TN): - Pásame el royo.

Johanna: - Vale.

Nuestras manos aún están en nuestras manos cuando sentimos una breve vibración y de repente el cable se dobla saltando hacia nosotras enredándose en nuestras manos. El extremo cortado llega a nuestros pies.

Johanna y yo nos miramos. Alguien ha cortado el cable y no tardará mucho en llegar hacia nosotras. Justo cuando me libero del cable, siento el cilindro metálico impactar contra mi cabeza. Cuando me doy cuenta, me encuentro en el suelo con un dolor tremendo en la cabeza y con Johanna encima de mí evitando que pueda moverme, eso sí, sin aplastarme el vientre.

Johanna: - Quédate quieta!!- Me grita bruscamente. Siento un dolor tremendo en el brazo izquierdo, me ha cortado con un cuchillo y me está clavando los dedos en la herida. Me da otro golpe, menos fuerte esta vez, en la cabeza y se baja de encima mío.

¿Qué me quede quieta? ¿Qué es lo que está pasando? ¿Porque no me ha matado? Cierro los ojos intentando encontrarle coherencia a lo que está pasando, pero un par de pisadas me saca de mis pensamientos.

Brutus: - Podemos darla por muerta! Vamos a por los demás.

La alianza ya se puede dar por terminada entre Finnick, Johanna, Beetee y Peeta. Peeta!! Abro los ojos rápidamente y me levanto como puedo. El dolor punzante en mi cabeza hace que me tambalee.
No le encuentro sentido a nada, podrían habernos matado cuando Peeta estaba mal.

Lo único que tengo en la mente es llegar hasta Peeta.

Con un poco de musgo me tapo la herida del brazo y cojo mi arco y lo preparo con una flecha.

Con dificultad empiezo a subir por la ladera. Mi corazón se libera un poco de la opresión cuando caigo en cuenta de que no ha sonado ningún cañonazo por lo que Peeta debe de seguir con vida.

Escucho la voz de Finnick llamarme, me escondo detrás de una mata justamente cuando Finnick pasa por delante.

El sonido de un cañonazo hace que me sobresalte. Alguien ha muerto. Estoy segura de que ahora todo el mundo va a correr por la arena y matar al primero que vea. Por eso, he de darme prisa y llegar hasta Peeta. Justo cuando empiezo a correr me enredo con algo y caigo de bruces al suelo.

Me levanto y veo que es el cable de Beetee. Con el cable llego hasta el árbol. Al llegar, el árbol está desierto, no hay rastro de Peeta ni de Beetee.

(TN): -Peeta? – Le llamo. Peeta. -Un leve gemido llega a mis oídos. Me acerco y veo que es Beetee inconsciente.

Peeta: - ¡¡(TN)!! ¿¡¿Dónde estás?!?- Es inútil, ya no voy a poder salvarlo y yo tampoco voy a poder ser salvada.

(TN): - ¡¡Peeta!! ¡¡Aquí!! – De repente, Finnick y Enobaria llegan al árbol, pero no me ven.

Peeta: - ¡¡(TN)!! – Esta vez no respondo para no descubrir mi posición ante Finnick y Enobaria.

Otro cañonazo suena.

Podría matarlos a los dos, pero dentro de un rato estaremos todos los que estén cerca del árbol muertos.

En ese mismo instante, las palabras de mi padre llegan a mi mente: "Recuerda quienes el verdadero enemigo." Y tiene razón, el enemigo es Snow y siempre lo ha sido.

Justo en ese momento se me ocurre una idea descabellada. Cojo el cable por el extremo cortado, y lo enrollo en una de mis fechas.

Me pongo de pie y apunto hacia el campo de fuerza que se encuentra encima nuestro, justo cuando el rayo cae en el árbol, dejo ir la flecha.

Todo empieza a explotar y salgo disparada por los aires igual que Finnick y Enobaria. 

Mi cuerpo se encuentra paralizado, mi mente responde, pero mi cuerpo no. Solo puedo pensar en llegar a Peeta. Se que estoy viva, pero ...