En llamas (Peeta Mellark y Tu )

Capítulo 3: Porque Jack y no yo?

Al fondo del salón, hay una pantalla grande instalada donde pasan los momentos más importantes de nuestros Juegos. Me da por mirarla y al momento de hacerlo me arrepiento, pues en ese mismo momento se encuentran poniendo una imagen de Jack, rindiéndole tributo por su muerte.

Peeta se acerca y me ayuda con Haymitch para hacerle caminar. Trato de aparentar normalidad, pero no puedo evitar que la imagen de Jack y todo ocurrido en los juegos de vueltas sin parar en mi cabeza. Durante todo el trayecto y después de dejar a Haymitch instalado en su cama, no digo nada, sigo sumida en mis pensamientos.

Salimos de casa de Haymitch y nos dirigimos en dirección a las nuestras. Peeta se para, pero no me doy cuenta de ello hasta que siento su mano rodearme mi muñeca y empujarme suavemente para que le mire.

Peeta: - Oye, ¿Te ocurre algo? Has estado todo el camino callada, con la cabeza gacha y pareces perdida en tus pensamientos desde que hemos salido de allí. – Me dice preocupado. – Acaso he hecho algo que te ha molestado? Si es así, lo siento, no era mi intención. – Le miro a los ojos y no sé si es su mirada de preocupación o que el dolor es tan inmenso que no puedo aguantar más y dejo que las lágrimas fluyan en un llanto silencioso. Él me mira asustado sin comprender que ocurre. – Que te pasa? ¿No te encuentras bien? ¿Te duele algo? – Trato de decirle algo ya que su mirada con una mezcla de preocupación, de temor y nerviosismo me hace sentir culpable pero mi intento de decir algo se ve interrumpido por mí, el llanto silencioso se ha transformado en sollozos.

(TN): - Peeta...- Trato de calmarme aunque sea un poco para poder hablarle. Él lo que hace es abrazarme y susurrarme cosas en el oído para consolarme.

Peeta: - Shh... Ya está... Llora lo que tengas que llorar... desahógate... Yo estoy aquí. Estoy aquí y no me iré. - Consigo calmarme un poco y cuando él lo nota, me abraza por los hombros empujándome a su cuerpo y nos conduce hasta dentro de mi casa. Me hace sentarme en el sofá y lo veo desaparecer y aparecer un minuto después con un vaso de agua que me tiende. Se sienta a mi lado y me agarra una mano dándome consuelo.

(TN): -Es Jack... En la fiesta... La foto...- Trato de explicar.

Peeta: - Han puesto fotos de Jack?

(TN): - Si... Su muerte... Sus muertes me atormentan noche tras noche... No puedo dormir... - Le explico tratando de reprimir nuevos sollozos. – La culpa me carcome por dentro... Si yo no me hubiese alejado de él quizás...- Nuevamente me veo interrumpida por mi llanto. Peeta vuelve a abrazarme. – Tendría que haber sido yo... haber estado yo en su lugar... Las cosas serian diferentes...

Peeta: -Ey, ey... No digas eso (TN), sé que duele, pero piensa que él está ahora en un lugar mejor y que aunque no lo podamos ver él está aquí. -Posa su mano encima de mi corazón. – A demás, si hubieses sido tu en ved de él no hubieran cambiado en nada las cosas, igual que ahora, habría gente que le dolería tu partida y hay gente que te necesita aquí.

(TN): - No Peeta... ¿Te equivocas quien hubiera llorado mi perdida? No tengo a nadie...

Peeta: -Claro que sí, a mí me hubiera dolido, a Katniss, a Jack y a más gente de la que te imaginas. Hay gente que te necesita aquí, a su lado.

(TN): -Te equivocas... nadie me necesita...

Peeta: -Claro que sí, aun que tu no lo quieras ver, ahora me tiene a mí, a Katniss, a Effie, a Haymitch e incluso a Gale. A demás, tu padre te está esperando en algún lugar de Panem y yo...yo también te necesito, te has vuelto alguien importante y gracias a ti estoy aquí, de vuelta en el 12. Así que, por favor, deja de decir que nadie te necesita y que no tienes a nadie porque quizás las cosas antes de ir a los juegos si eran así, pero ahora han cambiado y nos tienes a nosotros. -Proceso sus palabras. Hace rato que he dejado de llorar. Lo único que se me ocurre es sonreírle y darle un abrazo.

(TN): - Gracias...

Peeta: - No tienes por qué darlas.

Peeta y Katniss saben sobre la carta y mi padre ya que se lo conté en el tren de vuelta al 12. Ellos me han prometido mantener el secreto y ayudarme a averiguar más sobre ello.

Nos separamos del abrazo y Peeta con sus manos seca las lágrimas de mis ojos y mejillas. 

Cuando retira su contacto de mi piel, no puedo evitar estremecerme al sentir frio.

Peeta: - Tienes frio?

(TN): - No. – No resulta convincente cuando vuelvo a estremecerme.

Peeta: - Sí, tienes frio, venga sube y ponte algo más abrigado yo voy a prepararte un chocolate. – Obedezco a lo que me dice y subo a mi habitación a ponerme el primer pijama largo que encuentro. Este consiste en una camiseta de manga larga rosa y unos pantalones grises con topos negros y rosas. Me pongo unas zapatillas tipo bailarina y bajo con Peeta.

Lo veo concentrado viendo la tele y no puedo evitar quedarme en el umbral de la puerta observándolo.

(TN): - Ya estoy aquí. – No lo hago con mala intención, pero estaba tan metido en la tele que se ha asustado. No puedo evitar reírme por ello y una vez se le pasa el susto él también comienza a reírse. -Lo siento. No era mi intención asustarte. -Digo aun entre risas.

Peeta: - No pasa nada, al menos te he hecho reír. -Me siento a su lado y me da la taza llena de chocolate.

(TN): - Gracias.

En la tele hay puesta una película así que me acomodo bien en el sofá y ambos nos ponemos a verla. Con el pasar de los minutos, el cansancio me va venciendo y mis ojos comienzan a pesarme. Antes de dejarme vencer por el sueño, me acomodo en el hombro de Peeta. No sé cuánto rato pasa, pero siento como me cargan y poco tiempo después me depositan en un sitio blando, que supongo es mi cama. Estoy medio despierta pero no abro los ojos por lo que puedo sentir como Peeta me acomoda en la cama y me tapa con las sabanas. Noto sus labios en mi frente.

Peeta: - Dulces sueños (TN)...-Me susurra antes de retirarse de mi frente. Alarmada y atemorizada de que las pesadillas vuelvan abro los ojos y le llamo antes de que salga por la puerta.

(TN): - Peeta...