Trigesimosegundo plato

24.3K 3.1K 1K
                                    


[Jin]

Pagué por los helados y le tendí uno a Jungkook, disfrutando de la adorable expresión que ponía mientras miraba el dulce, igual que un cachorrito ansioso. Y precisamente no había mejor comparación, pues fue acercarle el cucurucho y que casi me mordiera antes de cogerlo.

- No debería estar comprándote nada, te consiento demasiado.

- Pero hyung, si yo me porto muy bien... –hizo un puchero con los labios manchados de nata, dándome los peores y más impuros pensamientos, los cuales, a pesar de que quisiera negarlos, sabía que eran ciertos. Suspiré con pesadez y aparté la vista, intentando mantener la dulce imagen de mi inocente Jungkookie intacta. – Taehyung suspendió tres más que yo –se excusó mientras lamía apresuradamente el helado, probablemente temeroso de que osara arrebatárselo. No lo haría, se veía muy tierno con él, y de toda formas el castigo por haber suspendido dos asignaturas ya lo recibiría en su casa.

- ¿Y acaso le he comprado un helado a Taehyung?

- No, pero porque se ha ido con Hoseok nada más recibió las notas –fruncí el ceño, recordando como ese desgraciado había huído nada más me vio a la salida de su escuela, intrigado por ver cuales fueron sus resultados escolares. Obviamente fueron horribles, ya me lo esperaba, y el que saliera despavorido a la moto de su novio me lo confirmó. – Seguro que el muy pervertido también está chupando al-

- ¡Jungkook!

- ¡Que seguro que Hoseok también le ha comprado un helado, no dije nada malo, hyung! –infló los mofletes con fingida indignación, pues ambos sabíamos a que se refería con sus palabras, y también la verdad que contenían. – Igualmente esto es para celebrar tus notas, hyung.

- No hay nada que celebrar, casi suspendí.

- Casi, tú lo has dicho –sonrió mostrando aquellos incisivos tan similares a los de un conejo, ahora manchados de nata por el helado que desaparecía por segundos. Reí y le palmeé la cabeza con cariño, recordando lo mucho que quería a ese pequeño.

- Y bueno, Jungkookie, cuéntame –me miró receloso, intrigado por lo que yo fuera a preguntarle, ya que mi tono quitaba cualquier trivialidad o tema irrelevante del medio. En algún momento tenía que hablar de esto con él, tarde o temprano llegaría, aunque en mi caso lo hubiera preferido más tarde que temprano. – háblame de lo tuyo con Jimin.

- ¿Eh? ¿Con ese enano idiota? Nada, hyung.

- ...

- Nada.

- ...

- Na...

- ...

- Estamos saliendo –terminó declarando casi en un murmullo. Yo rodé los ojos. Sabía eso desde hace casi un mes, era más que obvio, y todo quitando el hecho de que Jimin ya había marcado territorio en Jungkook de mil formas. Solo le faltaba ponerle un cartel en la frente de mi inocente Jungkookie con la frase "¡Estoy saliendo con él, no os acerquéis, soy MUY celoso" a grandes letras.

- Eso ya lo sé, bobo, me refiero a si habéis hecho algo más.

Tardó en comprender, mirándome mientras lamía ingenuamente su helado hasta que cayó en lo que yo me refería. Abrió la boca, se interrumpió con una abrupta tos, escupiendo casi todo el helado que antes inundaba el interior de esta, luego se lamió los labios, volvió a juntarlos y apartó la vista, rojo de vergüenza, como si nada hubiera pasado. Como si no acabara de delatarse a sí mismo. Maldito mocoso inocente para nada.

- Tomaré eso como un sí.

- Es culpa de él, hyung, que es un guarro... –comenzó a excusarse aún con la vista puesta en el suelo, murmurando a un tono casi inaudible hasta para él. Podía haberle dicho que no era nada de lo que avergonzarse, que mientras fueran precavidos y se controlaran, era decisión suya hicieran lo que hicieran. Pero no lo hice, esperé un poco más para seguir disfrutando de sus divertidas e inútiles excusas. – Yo soy bueno, ya lo sabes, siempre le digo que no hagamos nada porque soy muy pequeño y seguro que hyung no está de acuerdo, pero entonces él empieza a tocarme en sitios raros y , pu-pues...

- Jungkook, para de hablar como si estuvieras confesándote a un cura.

- ¡Pero hyung, es verdad, es su culpa, no la mía!

- Namjoon me contó todas las noches que te escapabas al piso de Jimin porque "querías mimitos" –declaré victorioso, dando una lamida a mi helado y sonriendo satisfecho al ver como el pelinegro balbuceaba incoherencias. – No pasa nada, Kookie, obviamente no voy a enfadarme.

- ¿No?

- Sería injusto si lo hiciera contigo pero en Taehyung lo viera totalmente normal.

- ¡Oye, no me compares con él, yo no llego a tanto!

- En eso tienes razón –reí y la abracé más animado, atrayéndolo a mí con tanta ligereza que cualquiera sospecharía los temas que circulaban por nuestra conversación. A simple vista probablemente parecíamos un par de chicos atractivos caminando tranquilamente, no pun par de chicos atractivos hablando de lo mucho que les gusta el sexo homosexual. Pequeñas diferencias que pasaban desapercibidas, nada importante.

- ¿Y tú, hyung? ¿Qué tal con Namjoon?

- Yo con Namjoon...

Busqué la palabra que mejor definiera mi situación actual, la distancia que inconscientemente estábamos empezando a ponernos el uno al otro por el simple hecho de quitarnos de problemas. Había días en los que no me quedaba más fuerza para intentar animar el ambiente, y los pocos momentos que conseguíamos estar juntos se tornaban amargos, ambos sin decir nada, más pendientes de nuestro alrededor que de nosotros mismos. Nos habían arrebatado nuestra relación, y seguíamos empeñados en tirar de algo que iba desapareciendo poco a poco.

- ¿Hyung? –me miró preocupado, sacándome de mi triste ensoñación y a la vez más real que el helado que se derretía sobre el cucurucho. Forcé una sonrisa y lamí el dulce, como si eso me fuera a dar fuerzas para seguir fingiendo.

- Bien, como siempre.

- En las redes hay rumores de que estáis saliendo.

- Lo sé, nos informó su agencia.

- No te preocupen, Jin hyung, esos rumores salen con cada idol existente. Obviamente nadie lo toma en serio, lo ven como un juego de niñas con las hormonas revolucionadas.

Ese era el problema, que el juego dejaba de serlo cuando el rumor se volvía cierto. Que si entre Namjoon y yo no hubiera nada, no existiera la tentación y en consecuencia algo que nos dejaran en evidencia frente a las cámaras, todo sería más fácil. Era sencillo jugar y proporcionar lindos momentos a las fans cuando todo era mentira, pero una vez se volvía real ya no era tan divertido. A nadie le gustaría que las dos opciones existentes fueran, tomarse sus sentimientos como un juego o condenarlos por no encajar con los tradicionales, pues ambas eran igual de dolorosas.

- Jungkookie

- ¿Sí? –se giró hacia mí, mostrándome una adorable expresión cubierta de nata hasta la nariz. Reí y le tendí mi helado, esperando que lo aceptara. – ¿Qué pasa?

- Quédatelo, ya no tengo hambre.


Taste it [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora