Decimosexto plato

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[Namjoon]

Esa misma mañana llevé a Jin de vuelta a su piso, ignorando de nuevo las advertencias/exigencias de mi representante con que tuviera cuidado con las cámaras y los fans. Realmente tampoco me preocupaba mucho que me vieran con la princesa, pues podría pasar perfectamente por un amigo. Sí, un amigo al que abrazaba e intentaba tocar el culo en medio de la calle, pero siempre se podía poner de excusa el fanservice. Esa maravilla me había salvado de tantos líos que ni con diez vidas podría agradecérselo al que lo inventó.

Todo fue de bien a mejor, pues con Jin en el programa, ya no tenía que desesperarme cada segundo por lo poco que me importaba. Me pasaba cada segundo de la grabación mirándole y haciéndole avergonzar, disfrutando de cómo intentaba cubrir sus reacciones.

- ¡Namjoon, para de mirarme así! – se quejó en uno de los descansos. Siempre aprovechábamos estos para hablar, independientemente de que todo el mundo estuviera echándonos un ojo. No había nada que esconder, ya se sabía que Jin era mi favorito, al igual que se sabía que el castaño no necesitaba de mi ayuda para ganar. Cada persona que veía el programa era consciente de las dotes de Jin, así que no tenía miedo de que nos amenazaran de amañar el concurso.

- ¿Así como?

- Tú sabes, así que para.

- Oye Jin –le acerqué a mí, colocando mis manos en su cintura, y giré hasta ponerle de espaldas contra una de las encimeras. Su cara de sorpresa valía oro. – ¿Qué pasaría si te besara aquí frente a todo el mundo?

- ¿Q-qué? – tardó varios segundos en reaccionar, negando desesperadamente y empujándome son efecto. Igual todos nos miraban de antes, pero quien no lo hubiera hecho, se habría acabado de girar gracias a sus agudos susurros. – Ni de coña, ni en broma Namjoon. Te arranco la lengua de un mordisco.

- Me arriesgaré – sonreí al tiempo que me inclinaba, obviamente solo para bromear. Un abrazo, roces o amagos podían pasar por fanservice, pero un beso ya sería más difícil de explicar. En vez de eso, me puse a abrochar los dos últimos botones de la camisa de Jin, haciendo que esta abrirá los ojos y me mirara con desconcierto. –Tranquilo, no sería capaz de hacerlo.

- Sí lo serías.

- Bueno, probablemente sí, pero luego me pegarías tantas veces que prefiero no arriesgarme –Jin bufó y yo reí, terminando su último botón y pellizcándole cariñosamente la mejilla, ahogando mis ganas de besarle ahí mismo. No veía el momento de salir del programa y poder hacerlo fuera de la vista de toda esa gente curiosa. – ¿Vamos luego a tomar algo?

- Bebida no.

- ¿No tienes ganas de poner en práctica la lista? Aún sigue en la nevera.

- ¡Te dije que la quitaras, idiota!

- Primero la hacemos y luego me lo pienso. Además, tú eras el más emocionado con la idea. –reí recordando aquella noche. De veras que la princesa bebida era lo mejor del universo. – "Namjoonie, contra la pared, porfa, vamos..."

- Yo no tengo esa voz, idiota.

- Bueno, pero captas la idea.

- Estaba borracho –se defendió inútilmente, pues yo ya le había dicho que los borrachos no mentían, y con ello callado la boca. –Como vaya a tu casa y siga ahí la lista, pasará a ser "sitios en los que no lo haremos nunca" –declaró amenazante, probablemente pensando que había ganado la discusión al tiempo que yo me distraía con el significado indirecto que había tras la frase.

- ¿Eso quiere decir que vamos a hacerlo? Los camerinos no salía en la lista.

- Ash, cállate.

Reí y volví a abrazarle, reprimiendo con todas mis fuerzas las ganas que tenía de besarle en estos momentos. Definitivamente Jin implicaba muchos sacrificios, tantos que deberían hacerme un hueco en la biblia.


Taste it [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora