Vigésimo plato

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 [Namjoon]

Era el cuarto programa grabado después de la victoria de Jin, solo dos antes de que llegara la semifinal, y ya comenzaba a notarse el nivel. La princesa ya no lo tenía tan fácil, podía notarlo solo por la forma en la que medía cautelosamente las cantidades, como se quedaba varios segundos frente a la ruedecilla del horno comprobando que todos los números estuvieran perfectos, las veces que colocaba y recolocaba la presentación del plato, moviendo milímetro a la izquierda, milímetro a la derecha.

Yo ayudaba de la mejor forma que se me ofrecía, es decir, sin distraerle. Quizás en anteriores emisiones no me importaba juguetear con el castaño, guiñándole disimuladamente un ojo, rozándole las manos cuando nadie miraba o simplemente quedarme mirándolo fijamente hasta que sus mejillas enrojecían de esa forma que tanto me gustaba. Pero ahora no era momento para ello, ahora la princesa debía concentrarse completamente en su trabajo y yo no tenía ningún derecho a interponerme en él.

- ¿Lo hice bien? ¿Realmente quedó bueno? –preguntó el castaño una vez terminó el programa, cuando ya estábamos saliendo del edificio. Había vuelto a pasar la ronda, pero en esta ocasión, para asombro de todos, la decisión no fue tan obvia como otras veces.

- Estaba delicioso.

- El de Mina sabía mejor.

- A mí me gusto más el tuyo –declaré abriendo la puerta del coche y entrando al asiento del conductor, sin darle mucha importancia a las preocupaciones de Jin. A veces tendía a ser exageradamente dramático, y yo que era todo lo contrario la mayor parte del tiempo, no servía para apoyarle.

- Dices eso de manera injusta.

- Ya dije que tenía favoritismo por ti, qué se le va a hacer.

El silenció que ocupó el coche la primera parte del trayecto me dejó en claro que se había molestado, o más bien, que yo le había molestado. Suspiré y aparqué unas manzanas antes de llegar a su casa.

- A ver, cuéntame que ocurre.

- Nada.

- ...

- ...

- Jin... –insistí poniendo todo mi esfuerzo en ello, intentando omitir el poco interés que tenía en esos momentos.

- Pasa que no quiero ganar por tu favoritismo, eso pasa.

- ¿No quieres que te vote?

- Quiero que seas justo y me puntúes de la misma forma que lo harías con otro.

- Ya, pero yo soy humano y tú no eres otro, eres Jin, mi Jin. –volvió a suspirar, cruzándose de brazos y sin mirarme, girándose al cristal cerrado. A pesar de todo podía apreciarle a través del reflejo, podía ver de forma no tan clara, como sus labios se curvaban en desagrado. – Todo lo que me ofrezcas me va a saber infinitamente mejor que si lo hubiera hecho otro.

- ...

- ¿Estás enfadado?

- Sí.

- ¿Mucho?

- Sí.

- ¿Me das un beso?

- No.

- ¿Uno pequeñ-

- ¡Namjoon, que no! –me aparté asustado, pegando mi espalda a la puerta del coche con el corazón a mil. El castaño ahora sí que me miraba, me miraba fijamente, casi atravesándome con aquella inapreciable línea que unía nuestros ojos. – ¡Eso es trampa, estoy haciendo trampa y todo por tu culpa!

- No es trampa, solo e-es...

-...

- Vale, perdón –agaché la cabeza apenado, sin saber cómo sentirme, como reaccionar a nuestra primera pelea. Una pelea que a mí ni me importaba, o al menos el tema me la traía floja, porque sinceramente no veía nada de malo en preferir a Jin ante los demás.

- No te disculpes, simplemente esfuérzate en ser imparcial.

- Vale, lo intentaré, lo prometo –él sonrió, conforme con mi respuesta, y volvió a suavizar su mirada, recargándose ahora más relajado sobre el asiento del copiloto. Seguramente esperaba que yo pusiera el coche en marcha de inmediato, pero no pensaba hacerlo hasta recibir algo que llevaba suficientes minutos esperando. – Jin.

- ¿No arrancas o qué?

- ¿Ahora sí me das un beso?

- Ash, bobo... –eso dijo, pero el que sonreía embobado era él y no yo. Bueno, quizás yo también, pero eso no le quitaba lo suyo. Me agarró del cuello de la camisa y atrajo hacia él, besándome dulcemente, de esa manera que tanto me encantaba. Podía hasta jurar que después de cada beso se me quedaba un sabor dulzón en la boca, y para nada desagradable.

Nada de Jin era desagradable, no cambiaría absolutamente nada de él, le quería entero. 

Taste it [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora