—No te preocupes ¿te encuentras solo? —pregunté. No sabía si eso era mejor o peor para mí, ya que los nervios no se iban en lo absoluto.

—Sí, mi madre regresará en unas horas y mi padre llega hasta la noche —dijo con cansancio. después de aquellas palabras, vi como tambaleaba y se sostenía de la pared para no caer. De verdad se sentía mal.

—Ve a recostarte Steve, se ve que estas muy enfermo, no te preocupes por mí —dije a la vez de que lo ayudaba a subir las escaleras.

Normalmente hubiera protestado, pero en estos momentos solo asintió resignado. Ya estando en su cuarto fue que lo ayude a recostarse en su cama para después taparlo con sus cobijas. Era la primera vez que me encontraba en la habitación de Steve, era bastante sencilla pero el simple hecho de que fuera de Steve la hacía hermosa, mi corazón comenzó a palpitar rápidamente así que para despejar mi mente de todos esos pensamiento sin absolutamente ningún sentido, cambie rápidamente de tema dirigiéndome con el dueño.

—¿Ya te ha revisado algún doctor? —pregunté, a lo que solo vi como movía su cabeza en forma de negación—; ¿ya comiste? —pregunté nuevamente a lo que el volvió a negar.

—A mi madre le surgió un imprevisto y tuvo que salir desde temprano, no tuvo tiempo para hacer la comida. Y solo he estado tomando un analgésico, se encuentra ahí en el buró —respondió a la vez de que volteaba su mirada a donde me había indicado para que yo también lo observara, bueno, por lo menos ya era algo—. Es un simple resfriado, mañana ya estaré mejor —dijo restándole importancia.

—Eso solo si tienes los cuidados adecuados —dije en forma de regaño para después suspirar—. Ahorita vuelvo —fue lo único que dije para salir de su habitación en busca de un paño y un pequeño balde con agua tibia.

Al momento en el que regrese con lo buscado, Steve ya se encontraba dormido, así que con mucho cuidado de no despertarlo, le coloque el paño húmedo en la frente. Se veía muy lindo durmiendo pacíficamente, con sus expresiones totalmente relajadas. Me acerqué un poco más a su bello rostro y de la nada sentí unas ganas incontrolables de besarlo. Con cada segundo la distancia entre nosotros se acortaba más y lo único que yo podía escuchar en estos momentos era el fuerte palpitar de mi corazón. No iba a obtener otra oportunidad igual y por más que quisiera no podía dejar de apreciar esos carnosos y exquisitos labios que se mostraban ante mí, era inevitable el no querer besarlos a este punto. Poco a poco me había acercado a él acortando nuestra distancia y justo cuando mis labios se encontraban a muy pocos centímetros de los suyos, fue que sentí como se removió un poco en la cama. Yo instintivamente me separe algo espantado, casi me daba un paro cardiaco por el susto y bien merecido ¿En qué estaba pensando? Bueno claramente no estaba pensando en nada y por poco me dejo llevar. Aunque no hubiera estado para nada mal el tener tan solo una probadita de esos labios, pero bueno, ya los podre probar después, estoy seguro. 

Para poder despejar mi mente rápidamente salí de su habitación y me dirigí a la cocina, intentaría prepararle algo para comer, no debe de ser tan difícil ¿cierto? Decidido fue que busque una receta en internet para preparar una simple sopa de verduras. Seguí paso a paso las instrucciones y en ratos volvía a la habitación de Steve para cambiarle el paño. El tiempo se me paso volando hasta que acabe de hacer la comida.

Joder se veía horrible, no podía creer que yo pudiera crear esa monstruosidad solamente con verduras. No tenía verdadera forma y el olor que desprendía era terriblemente asqueroso. Intente encontrar el fallo en mi preparación pero por más que busque no lo encontré, había seguido claramente los pasos, no entendía cómo es que aquello hubiera tenido un resultado con tan mala pinta. Probablemente el sabor no estuviera tan mal, así que tome una cuchara para poder probarlo. Completamente repúgnate, sabía a como se veía. No pude evitar el hacer una mueca por el repulsivo sabor. Talvez la cocina no era mi mayor fuerte. Definitivamente no podría darle esto de comer a Steve, se enfermería más de lo que ya está, seguramente le provocaría una fuerte infección en el estómago. Bastante deprimido y resignado, tire mi peculiar "sopa de verduras". Yo quería hacer algo lindo por Steve y no podía creer que hasta eso me saliera mal.

Recordé los limones y la miel que había comprado, así que con un poco más de ánimos le prepare el remedio casero de mi madre. Solo tenía que exprimir los limones y ponerle miel al jugo, así que por lo menos esto no resulto tan grotesco como la sopa. Lo probé y era comestible y precisamente por ello fue que me encaminé nuevamente a la habitación de Steve con el pequeño vaso. Cuando entré, él ya se encontraba despierto y sentado en la cama.

—Te prepare un remedio para el resfriado que mi mamá solía hacerme —dije al momento de entrar.

—Muchas gracias Tony —agradeció dedicándome una sincera sonrisa.

—También te traje descongestionantes y al parecer ya no vas a necesitar lo analgésicos, ya que te estas tomando los tuyos —dije a la vez de que sacaba todos los medicamentos de la bolsa—. He escuchado que es bueno hacer gárgaras con agua y bicarbonato así que también compre unas bolsitas de ello —dije también sacando las pequeñas bolsas de bicarbonato.

—Es muy amable de tu parte Tony, de verdad —decía con una complacida expresión.

—No hay de que Steve, tu hiciste lo mismo cuando resulte herido —dije con simpleza a la vez de que le acercaba el remedio para que él lo comenzara a probar—. Gracias a tus cuidados sane muy rápido, así que no hay nada que agradecer

—Aun así Tony, te agradezco estos gestos que estás haciendo por mí, de verdad los aprecio —dijo sin apartar ni un solo segundo su mirada de la mía. Nos quedamos muy poco tiempo mirándonos el uno al otro, ya que justo después de eso, se escuchó como alguien entraba a su casa a la vez de una voz muy familiar para Steve, supongo.

—Steven, ya llegué —se escuchó como gritaba la voz de una mujer, yo me exalte un poco, seguramente era su madre.

—¿Ya estas mejor hijo? —preguntó a la vez de que abría la puerta de la habitación y posaba su mirada en mí, algo sorprendida—. Vaya Steven no sabía que teníamos visita, pero que joven tan encantador —dijo alegremente la señora mirándome detenidamente.

—Mamá él es Tony, un amigo, vino a traerme los apuntes de la clase —dijo Steve haciendo referencia mí.

—Mucho gusto mi nombre es Sarah, gracias por estar al pendiente de Steven —dijo al momento de extenderme su mano.

—No hay de que, su hijo es un gran muchacho —dije a la vez de que correspondía el saludo. Su mamá ya se encontraba en casa, así que no había ninguna necesidad de que yo siguiera ahí, sin contar que ya llevaba bastante tiempo en su casa—. Bueno Steve, me retiro ya es algo tarde, ahí en la mesita te deje los apuntes —dije indicando el lugar donde había dejado mi cuaderno—. Cuídate, toma los analgésicos a la hora correspondiente, has las gárgaras y toma muchos líquidos —dije tomando mis cosas para salir de ahí.

—Deja que te acompañe a la entrada —comentó su madre amablemente a la vez de que salía de la habitación junto conmigo.

—Gracias Tony —fue lo último que escuche de la voz de Steve ya sin siquiera poder voltear a verlo.

Una vez ya en la entrada de la casa fue que me disculpe con mi futura suegra por mi inesperada visita, al parecer no tomo importancia por mi repentina intromisión, agradeciéndome por la visita y diciendo que esperaba verme pronto por ahí. Le agradecí por su hospitalidad para después salir de ahí para encaminarme a mi coche que había dejado estacionado cerca de la casa. Por lo menos hoy pude conocer cosas nuevas acerca de Steve y adentrarme un poco más en su mundo.

Finding true loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora