Consejos para ayer.

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- Es mamá. Maldición me olvide por completo de ella y tú tienes la culpa.

- ¿Yo? – Pregunte incrédulo.

- Debe de estar preocupada de que no llegue a casa ayer. Le diré que estaba con unas amigas, tú quédate callado. - Ordenó Kym.

- Sí seguro. Entiendo, seguramente te avergüenzo. - Respondí.

- No, no Jonh. Por favor no lo veas así. Imagina como se pondrá si le digo que pase la noche en el departamento de un hombre. Mi mama tiene algunos prejuicios sobre los chicos y las chicas que duermen juntos fuera del matrimonio, tu entiendes.

- Está bien tienes razón. - Respondí

- Ya habrá tiempo para todo, créeme, no me importa quién se entere. – Dijo mientras me daba un beso rápido y húmedo en los labios.

El móvil de Kym continuaba sonando.

- Hola mami. Disculpa, no te pude llamar, am yo me quedé sin batería. Si mamá estoy bien. ¿Hombres? no claro que no.

Te repito con unas amigas únicamente. Si lo sé, así es mami, si, aja, ok. Yo también te quiero, te veo más tarde. Te amo mamá.

Kym finalizó la llamada y con actitud de adolescente de 17 años me miró de arriba a abajo y dijo:

- No te burles. Quisieras que tu madre te cuidara como a mí.

- Sí, claro. Quizás te refieres a que no es importante el hecho de que tengo que reportarme mínimo cuatro veces a la semana o al hecho de que aún hoy en día mi madre insiste en mudarse conmigo ya que teme que me esté yendo al trabajo sin desayunar o que quizás ingiera demasiada comida chatarra. (cosa que era verdad)

- ¿En serio? Que tierna es tu madre.

- Sí, pero no siempre ha sido así, desde que papá murió se volvió muy sobre protectora.

Salimos del departamento y tomamos un taxi en la esquina del edificio.

- ¿A dónde los llevo? - Preguntó el taxista.

Cuando se giró hacia nosotros su rostro me parecía un poco familiar, no le di importancia en ese instante.

- Al supermercado de la calle Nizza.

Una imagen de un Jonh Gleen saliendo a toda velocidad del mismo edificio que acabamos de dejar y buscando desesperadamente un taxi llego a mí mente. Era otra vez uno de esos recuerdos del futur. Quizás, el conductor del taxi era quien llevó a cualquiera de los Jonh Gleen alternos al mismo supermercado en donde Kym moriría arrollada, compartía un poco de aquellos recuerdos que para mí nunca sucedieron, pero para alguno de los múltiples yos sí.

- Mejor vamos a otro supermercado, ¿Qué tal el de la Av. Kennedy, o al del centro comercial?

- Pero Jonh, esos supermercados están a casi cuarenta minutos de aquí.

La realidad es que yo quería evitar ese lugar que me traía aquellos deja vus a la mente y a pesar de que aún no sucedían, sabía que la posibilidad de que ocurriera siempre estaba latente.

- Sí pero además nos hace falta despejarnos un poco más, y nos hará bien el recorrido. Tenemos tanto de que hablar, mi padre por ejemplo ¿recuerdas? – Dije intentado convencerla de ir a otro súper mercado.

A pesar de que sabía que aquellas imágenes en caso de que sucedieran todavía tardarían quizás un año para ello, no quería tentar al destino.

El Maestro Del Tiempo. ¿Y si?...Where stories live. Discover now