Capítulo Veintiséis

2.4K 235 10
                                    


Al siguiente día me sentía extraña.

¿Qué pensará de mí?, seguía preguntándome mientras me preparaba para el día que tenía por delante.

Él había dicho que se sentía orgulloso, pero ¿Por qué? No tenía una vida de mierda como muchas otras personas como para decir que lo estaba haciendo bien a pesar de todo y tampoco había superado ese evento. En cambio, me había encerrado en mí misma, viviendo el día a día con la esperanza que esas veinticuatro horas pasaran en un abrir y cerrar de ojos, solo para comenzar todo de nuevo.

No tenía aspiraciones. Seguía diciéndome que quería hacer esto o aquello, pero nunca me detuve a pensar sobre que quería ser cuando creciera. Lo único que quería era trabajar en un área donde no tuviera mucho contacto con humanos. Un deseo casi imposible, si me preguntan. Fue por eso que decidí trabajar en Aroma Mocha, para poder adaptarme a estar rodeada de personas.

Entonces, ¿Por qué estar orgulloso de mí?

Yo definitivamente no lo estaba. Siempre quería llevarle la contraria a mamá, nunca visitaba a papá y me distanciaba antes de salir lastimada. Dios, con solo pensarlo me daba asco.

*****

— ¿Tienes ganas de ir al baño? — preguntó una voz sobre mi cabeza. Había cerrado los ojos mientras pensaba en cada aspecto negativo de mi persona, por lo que su pregunta me hizo dar un respingo.

— ¿De qué hablas? —respondí, irritada.

Había pensado que estaría toda hecha un lío de nervios cuando lo viera, pero al parecer no sería así.

—Pareces estreñida... Puedo esperarte si quieres ir al baño.

—Solo pensaba — gruñí, molesta. Me levanté de mi asiento en las gradas frente a mi casa, poniendo los ojos en blanco al ver su expresión divertida.

Al verlo siempre tan relajado, me hacía preguntarme si él pensaba a menudo en el futuro. Habíamos hablado al respecto antes, cuando me contó sobre la música, pero ¿Acaso quería hacer eso por el resto de su vida? Yo amaba escribir, pero también había considerado ser fisioterapeuta así como también había considerado ser chef, diseñadora de modas y profesora de niños. No podía decidirme por una maldita cosa y temía cometer un error cuando finalmente entrara a la universidad.

— ¿Puedo preguntarte algo? — Jayden tomó mi mano en la suya, acariciando el punto entre mi pulgar e índice antes de asentir— ¿Por qué dijiste que estabas orgulloso de mí?

Jayden tenía diferentes sonrisas, tres de las cuales veía con bastante frecuencia: estaba la pícara para cuando me molestaba, la coqueta... para cuando me molestaba y luego estaba la tierna, que era mi favorita y la usaba cuando nos poníamos todos serios y profundos y era cuando más lucíamos como una pareja.

La sonrisa que me mostró era definitivamente una tierna. Me hacía sentir como una niña pequeña, pero no por eso dejaba de ser mi favorita.

— Desde que te conocí... me has dicho una y otra vez que no puedes. "No puedo contarte, no puedo tocar gente, no puedo ir a ver a mi papá", pero de alguna forma encuentras el valor para terminar haciéndolo. Creo que lo haces porque te gusta demostrarme que eres capaz de hacerlo, pero también creo que lo haces por ti misma. Yo solo soy una excusa para que puedas hacer lo que siempre has querido.

No podía responder. Sentía las mejillas coloradas, la garganta reseca y mi voz brillaba por su ausencia. Simplemente me quedé viéndolo como una idiota, mientras me mantenía firmemente plantada en el centro de la acera de camino al café.

Cybernetic Cupid© (BORRADOR)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora