Capítulo Veinticinco

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El título de novios realmente no cambió nada. A parte de los besos ocasionales, todo seguía siendo igual. Jayden bromeaba hasta el cansancio, caminaba conmigo hasta el trabajo y de regreso y hacía todo lo posible para hacerme conversar. Quería que me abriera a él y yo quería lo mismo, pero no siempre era tan fácil.

Él se mantuvo fiel a su palabra y no me tocó de ninguna forma que me incomodara. Comprendía que todo era muy nuevo para mí por lo que no me presionaba y eso era algo de lo que estaría eternamente agradecida. Aunque sabía que él había tenido razón cuando me dijo que no me encerrara en un círculo imaginario. En mí estaba dar un paso fuera de esa línea para poder ser una novia adecuada para él y no alguien que se asustaba constantemente y se quejaba de su actitud impertinente e infantil.

Por otro lado, el tema del sexo siempre estaba presente en mi mente a pesar de que llevábamos saliendo por un corto periodo de tiempo. Eventualmente el momento llegaría y esperaba no enloquecer. También otras dudas comenzaron a hacerse su camino en mis pensamientos por lo que no estaba segura de que hacer.

¿Le gustaban los regalos?

¿Esperaba que me acordara siempre de los aniversarios y fechas especiales?

Por supuesto que me acordaría de esas fechas. Era una chica, después de todo y él era mi primer novio... oficial al menos. Acordarme no era el problema, el problema era saber si él esperaba algo de mí en cada ocasión. Esperaba que no fuera así, porque era un asco dando obsequios y diciendo palabras bonitas.

******

—Hola, tú—. Estaba de espaldas a la entrada, pero sabía a quién pertenecía esa voz. La pregunta del millón era: ¿Qué hacía aquí tan temprano? Todavía me quedaban unos buenos treinta minutos antes de terminar.

— ¿Qué haces aquí? — pregunté, sonando como una gran perra, cuando en realidad lo único que sentía era curiosidad.

Me di la vuelta para encontrarlo viéndome de pies a cabeza, con una sonrisa apreciativa en su rostro. Me sentí sonrojar y al mismo tiempo me sentí alagada por gustarle a pesar de todo.

—No me estaba sintiendo bien por lo que pedí permiso de salir un poco antes.

— Y en lugar de estar en casa, estás aquí. ¿Por qué? — Al instante añadí —: ¿Qué tienes, por cierto?

Él dobló el brazo, dejando descansar su rostro en su mano. Continuó viéndome, incluso cuando me acerqué a él desde mi lado de la barra. Su rostro lucía igual que siempre, excepto por la fina capa de sudor que estaba haciendo su rostro brillar.

— Porque tú estás aquí. —Me ofreció una bonita sonrisa que hizo aparecer sus hoyuelos—. Debí comer algo que me cayó mal en el almuerzo porque ando... mal de estómago.

— ¿Estás aquí por mí? ¿Qué novio haría eso cuando ésta enfermo?

—Yo— dijo, simplemente. Como si no fuera nada.

Sentí mi corazón derretirse un poco por sus palabras.

La barra no era muy gruesa por lo que no fue nada difícil inclinarme sobre ella para poder darle un beso en los labios a Jayden. Puesto que estábamos en mi lugar de trabajo, me alejé con rapidez y con las mejillas coloradas. —Salgo en media hora. ¿Quieres agua mientras esperas?

Él asintió sin decir ninguna palabra.

******

Esos treinta minutos se me hicieron eternos. Jayden continuó viéndome, en completo silencio. Nunca me interrumpió, ni me habló más de la cuenta. En algún momento se puso de pie para dirigirse al baño y cuando regresó, entabló conversación con Caleb, quien ya nos había sacado la verdad de nuestra relación. Aun así, nunca apartó la mirada.

Cybernetic Cupid© (BORRADOR)Where stories live. Discover now