Capítulo 11. "Anticipación"

Start from the beginning
                                    

-Papá, ¡Recién te estás recuperando! ¡Se supone que habías dejado aquello por lo menos durante un tiempo! ¿Cómo pueden pedirte tal cosa? –Estallé, y estaba segura que en menos de sesenta segundos estaría echando humo por la nariz.

-Ariel, escu-

-¡No! ¡Ellos no han estado contigo, viendo cómo ni siquiera podías moverte! ¡No han visto lo duro que ha sido que te recuperes! ¡No quiero que algo malo vuelva a sucederte!

Él se levantó de la silla, alzando sus manos para que me tranquilice. -Ariel.

-¡Ariel, nada!

Quería golpear algo. Mi padre se limitó a quedarse observándome, esperando a que mi ataque de enfado se disipara, pero aquello no iba a suceder. A la mierda con controlar mis cambios de humor, estaba enojada, y tenía razones para estarlo. –No voy a irme de aquí. Tengo clases. –Mascullé, fulminándole con la mirada.

-Puedo hablar con los directivos del instituto, eso no es un problema. Y no tienes por qué enfadarte, no haré ningún tipo de patrulla ni nada así. Sólo estaré en el departamento.

Eso logró tranquilizarme un uno por ciento. Dejé de apretar mis manos en puños con esfuerzo. -¿Y cómo sé que es verdad?

Él me respondió con una mirada condescendiente. –Sabes que digo la verdad. Estoy hablándote en serio aquí. Ellos necesitan mi ayuda, y estoy dispuesto a dársela. Comprendo cómo te sientes, hija, pero no va a tomar demasiado tiempo.

Me encogí de hombros, soltando un bufido. –Eso no cambia nada. Odio tu trabajo, a veces. Y no quiero irme. ¿Qué voy a hacer allí? No quiero saltarme las clases.

Comenzó a negar con la cabeza, soltando otro de sus suspiros exasperados. –Eres una buena estudiante. No tendrás problemas con eso.

Miré hacia mis pies, haciendo una mueca. –No es eso. Apenas he logrado hacer amigos aquí. No quiero volver.

-Comprendo eso también, pero ya te he dicho-

-Espera. –Le interrumpí, alzando la voz casi sin darme cuenta. Se me había ocurrido una idea repentina. -¿Por qué no hacemos esto? Puedo quedarme aquí. No haré nada más que ir al instituto y volver. Tal vez ir al supermercado para no morir de hambre. No me digas que no, todavía. –Me apresuré a decir, viendo su ceño fruncido. –Si dices que sólo será una semana, no habrá ningún problema.

-¿Tengo que recordarte que estás castigada?

-Lo sé. Puedes llamarme en cualquier momento para que sepas que estoy aquí.

Él me observó con los ojos entrecerrados, como si se lo estuviera pensando muy seriamente. Sabía que lo que le decía no era ningún disparate, porque estaba acostumbrada a estar sola. La única diferencia sería que él no estaría en las noches.

-No lo sé, Ariel. –Dijo luego de lo que pareció una eternidad. –No es seguro.

Puse los ojos en blanco. -Oh, vamos papá. Tú te estás yendo a trabajar en algún caso que debe ser un millón de veces más peligroso que yo estando sola una semana. Además, vivimos al lado del sheriff, ¿Recuerdas? Si sucede algo, sólo gritaré.

Mi padre volvió a observarme pensativo, y suspiró por enésima vez. Podría hacer un diccionario explicando qué significaba cada suspiro que soltaba. –Tendré que pensarlo.

-¿Cuándo te irás?

Él me observó detenidamente, pasándose una mano por la boca en gesto ansioso. -Mañana.

Fruncí el ceño, ahogando un gritito. Toda la comprensión que había comenzado a formar sobre él teniendo que irse unos días se esfumó de mi cabeza. -¿¡Mañana!? ¿¡Y se te ocurre decirme hoy todo esto!?

bounded spirit ⋄ stiles stilinski // 1On viuen les histories. Descobreix ara