Capítulo 11. "Anticipación"

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Su estudio se encontraba ordenado, y no había ni rastro de lo que había visto antes. Unas cajas que se parecían mucho a las que había encontrado estaban todas apiladas contra una esquina, y la pizarra transparente no tenía nada encima. Me quedé parada en medio del lugar sin saber qué hacer, y me giré hacia mi padre, que se sentó en su silla de escritorio.

Me sentía como si estuviese a punto de ser interrogada por un crimen.

-¿Te encuentras bien? –Me preguntó.

¿Aquél era el día de sorprender a Ariel? No entendía qué estaba ocurriendo. Aunque aquello, en verdad, ya no era un sentimiento nuevo.

-¿Qué quieres decir?

-Después de lo que sucedió. ¿Te encuentras bien? Debe de haber una razón por la que no me has contado nada.

Había olvidado por completo lo comprensivo que podía ser mi padre algunas veces. Debía elegir con sumo cuidado mis palabras si quería que él no sospechara nada, y tal vez con mucha suerte no me castigaría. Y sabía que lo mejor era pegarme a la verdad, evitando lo máximo posible de detalles.

Le terminé diciendo que había ido con Lydia, Jackson y Allison allí, y no con Stiles y Scott. Sí, sabía que eso no era pegarse a la verdad y que era una mentira, pero me pareció lo mejor. Además, si le decía que había ido antes, me preguntaría por qué, y me tendría que inventar una mentira mucho más grande. Luego le conté más o menos lo que había sucedido, evitando lo obvio. Simplemente le dije que nos habíamos quedado encerrados en el aula de química hasta que apareció la policía.

Cuando terminé de hablar, él me observó unos tres minutos sin decir una palabra, y luego volvió a suspirar. Si no me equivocaba, parecía aliviado.

-¿Y por qué no me has dicho nada?

Mordisqueé la esquina de mi labio, encogiéndome de hombros. –No quería que te preocuparas.

Dejó escapar otro suspiro, pero éste demostraba exasperación. –Es mi trabajo decidir si debo preocuparme o no. Diría que la próxima vez que te suceda algo así vas a contarme absolutamente todo, pero sé que no va a volver a pasar. ¿Estoy en lo correcto?

Asentí vigorosamente.

-Bien. Estás castigada. No puedes salir ningún fin de semana hasta que lo decida. No puedes llegar luego de las ocho de la noche aquí, ¿Me has oído?

Viniendo de él, aquello no era nada malo. No es como si fuese a ser algo muy complicado, ya que él nunca estaba en casa después de todo. Así que me tragué el enfado irracional que comenzaba a crecer dentro de mí, y asentí con la cabeza.

-Ahora, tengo algo que decirte.

Él me observó con cautela, acomodándose en su silla. Volví a sentirme incómoda allí parada y sin saber qué hacer con mis manos.

-¿Qué?

-¿Recuerdas que he estado ayudando en Arizona con un caso?

Fruncí el entrecejo, asintiendo lentamente.

-Me han pedido si puedo ir allí. Sólo serán unos días. Puedes venir si quieres, y quedarte con tu tía.

Apenas escuché lo que dije, no supe cómo reaccionar. ¿Qué tenía que ir allí para ayudar? Si necesitaban que hiciese un viaje así, debía ser algo grande. Además, lo habían enviado aquí para que se recuperase, ¡Y recién, luego de dos meses, era capaz de caminar sin un jodido bastón! ¿Ahora querían arrastrarlo devuelta allí? Apreté mis manos en puños, enfadándome a pasos agigantados.

-¿Es una maldita broma, verdad?

Él se pasó una mano por el entrecejo, con frustración. Oh, si él estaba frustrado, no tenía ni idea de cómo estaba yo.

bounded spirit ⋄ stiles stilinski // 1Where stories live. Discover now