William se coloco los guantes y se acerco a la cama encontrándose con los cuerpos de las mujeres en el medio, completamente lacerados con el pecho abierto y el rostro desfigurado, los hombres están destrozados a uno le había arrancado las piernas mientras que al otro los brazos y la cabeza que de seguro deberían debajo de la cama. quito la sabana mas manchada y la tendió en el suelo a un lado de la cama, depositando los pedazos que encontraba de los que alguna vez habían sido vampiros. Cuando comprendía que la sabana no aguantaría mas peso junto las puntas y las anudo a lo que acto seguido el sonido gemidos fuertes y gritos de placer comenzaron a resonar a través de la pared. Ya era el fin de esas chicas. William procuro apurarse, mientras los gemidos de placer y los gritos de mas de ambas chicas se hacían mas fuertes. Cuando termino de envolver los cuerpos los gritos de horror comenzaron junto con un rugido. El golpe final, esa era la señal. Al final Igor se había cansado de jugar con sus juguetes y estaba a nada de romperlos para conseguirse unos nuevos.

Volvió a pensar, en quienes serian las próximas víctimas, mientras se hacía con un trapo mojado para limpiar los muebles borrando cualquier huella de masacre. Volvió a pensar que los demás habitantes de ese lugar de seguro estaban pensando que Igor era una maquina y quien fuera la afortunada experimentaría algo fuera de lo normal creyendo como evidencia esos gritos que se escuchaban a puertas cerradas. Pero William sabia bien que esos gritos no eran de placer, de lujuria, no esos no eran los gritos que el alguna vez oyó de primera mano, pero si eran gritos de horror de auxilio, era lo que una persona hacia cuando estaba en peligro, con un grito alertaba de que algo le estaba pasando.

Cuando se dispuso a limpiar las paredes los gritos cesaron y el se tenso. Igor no tardaría en llamarlo para que fuera ante el, pero siguió haciendo su tarea. Limpiar las paredes.

Paso dos horas, y el cuarto que una vez fue un caos ahora estaba impecable, la cama con nuevas sabanas, las paredes, con su color natural y los muebles sin una gota de sangre.

-WILLIAMM- se escucho el grito y el suspiro. Se quito los guantes dejándolo sobre el balde agua teñido de rojo carmesí y salió de la habitación dirigiéndose hacia donde lo llamaban. Toco la puerta y espero hasta que un adelante apareciera la cual no se hizo esperar. Al entrar se sorprendió. Aunque debería estar acostumbrado la atrocidad de aquel demonio lo sorprendía cada vez mas, el caos era pero al que recién había limpiado, esta vez las mujeres, ya no se distinguía de quien eran los cuerpos, estaban completamente mutilados alrededor de Igor quien se encontraba sentado desnudo en el borde de la cama.

-¿Qué necesitas?- pregunto William tratando se aparentar tranquilidad.

-tomare un baño- contesta Igor levantándose dejando ver su cuerpo bañado en sangre y desnudo dejando a la vista toda su masculinidad. -será un baño largo estas chicas eran unas fieras en la cama- comenta pasándose la mano por el cabello - he recuperado parte de mi poder y fuerza pero todavía falta mas no me alcanza todavía- y ahí estaba lo que mas temía William, se estaba haciendo realidad.

-¿quieres que?-

-no, esta vez los elegiré yo- dice Igor sonandose el cuello -pero primero el baño, necesito relajarme- comienza a caminar hacia William -te encargo la situación- le dice una vez que se encuentra a su lado.

-la otra habitación ya esta lista solo necesito quitar lo que deje ahí y limpiare esta-

-excelente- sonríe sínicamente -no me arrepiento en haberte hecho mi mano derecha- y con eso sale de la habitación.

William comenzó a respirar normalmente. Tendría que esperar, hasta que el falso señor volviera a la mansión para que Igor dejara de masacrar a los demás vampiros. Una vez que Igor matara al conde, su fuerza se restablecería y los demás no serian masacrados. Pero el conde se había ido por dos días y solo faltaba veinticuatro horas para que volviera.

LUNAWhere stories live. Discover now