Un futuro que cambiar

Capítulo 39

Capitulo 39

El sábado por la mañana Harry se removió inquieto. Notaba algo raro. Lentamente abrió los ojos para ver que era lo que le molestaba, pero no vio nada en la cama que lo pudiera molestar y Severus seguía dormido. Aun un poco cansado, decidió volver a dormirse un poco más; pero volvió a sentir esa extraña sensación que lo hizo incorporarse bruscamente en la cama. Acción que despertó a Severus y lo miró alarmado.

-Harry que pasa?

Harry negó con la cabeza y le pidió silencio con una mano. Severus le hizo caso y espero a ver que le pasaba a Harry.

En eso vio como los ojos de Harry se agrandaban y lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.

-Harry -lo llamó Severus preocupado-, que te pasa?

Sin una palabra, Harry cogió la mano de Severus y la puso sobre su vientre redondo. Severus no entendía, hasta que notó como una corriente eléctrica en la mano.

-El bebé se mueve -sonrió Harry-. Nuestro bebé se esta moviendo. Hola mi amor -le dijo Harry a su bebé-. Como estas? Tu papá y yo estamos muy felices de sentirte y no vemos las horas de tenerte entre nuestros brazos.

Severus estaba maravillado, podía sentir los movimientos y la magia de su bebé. Lentamente bajó a la altura del vientre de Harry y besó a su hijo. Después apoyó la cabeza cerca de él y lloró en silencio.

Notando eso Harry acarició el cabello de Severus.

-Gracias por mi familia -susurró Severus-. Nunca podré pagarte por esto.

-Tan solo, no nos dejes -le pidió-. Quédate siempre a nuestro lado.

-Siempre.

-Ahora llévanos a desayunar y a Hogsmeade, que queremos comprar caramelos y chocolate -exigió juguetón.

Mientras Harry se preparaba con tranquilidad para salir, Severus aprovechó para ir a controlar la poción al laboratorio de Slytherin. Era una suerte que Harry les diera instrucciones a las serpientes de su colgante para que lo ayudaran a entrar y salir de la Cámara de Slytherin.

Después de controlar que todo estuviera bien con la poción, se reunió con Harry en el Gran Salón.

Ahí vio como Harry devoraba una gran rebanada de pastel de chocolate con helado de caramelo. Ante semejante imagen, tuvo que recurrir a todas sus fuerzas para no reírse.

Después de que Harry terminara con su desayuno fueron tranquilamente a tomar un carruaje hasta Hogsmeade.

Una vez que llegaron al pueblo, Harry cogió a Severus del brazo y lo llevó a rastras hasta Honeyduckes. Ya dentro de la tienda, Harry, aprovechando su acceso a la fortuna Potter, compró grandes cantidades de chocolate, chocolate negro, con leche, con caramelo, con galleta, pasas, cereales y todo el que pudo encontrar. Después fue a por los caramelos y también compró una gran variedad.

Era una suerte que fueran magos y pudieran encoger las compras, sino no habrían podido llevarlo todo ellos solos.

Al salir de la tienda Harry salía comiendo una gran barra de chocolate negro.

-Espero que tengas reservas para un tiempo, porque parece que no has dejado nada de chocolate.

-Espero que traigan más pronto.

-Harry vas a engordar.

-Pues mas vale que tus ojos no se desvíen de mi. O sino lo que hice con ese Basilisco, no será nada comparado con lo que te haga a ti -le amenazó Harry.

-Como puedes pensar semejante cosa? Solo tu, siempre.

-Más te vale. Vamos a la papelería, tengo que comprar tinta, me estoy quedando sin ella.