Capítulo 38

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Capitulo 38

Días pasaron en los que Harry y Severus se encerraban después de las clases en el laboratorio de Slytherin.

Durante ese tiempo, Harry se escribió con sus abuelos; aunque quien mas escribía era Euphemia.

Esta estaba feliz de que su nieto estuviera manteniendo una relación con el hijo de su prima. Esta la había querido mucho y se entristeció cuando perdió el contacto con ella.

Su abuela le hacía tantas preguntas indiscretas que Harry se enrojecía siempre que leía las cartas.

En ese tiempo, también se dedicaba a disfrutar de su embarazo, que ya empezaba a notarse. Una mañana que Severus y el se despertaron, vieron como el vientre de Harry estaba abultado, por suerte no era nada que las ropas del colegio no pudieran cubrir.

Los dos estaban emocionados, su hijo crecía bien y solo les daban ganas de pasarse los días hablándole.

Estaba acabando el mes de abril y a la poción de Harry le faltaba poco para estar lista.

-A la poción le queda como mucho una semana para que este lista -le comentó Severus-. Casi todos los hechizos han sido hechos y solo queda el que se pone en el momento de la finalización.

-Has hecho un gran trabajo. Pasado o futuro siempre serás un genio -le agradeció Harry con un beso.

-Esta poción os ayudará a ti y a nuestro hijo, así que esta perfecta. Sabes como vas a hacer para enfrentarte a Voldemort?

-Aun no lo se, no quería pensar en eso hasta que la poción estuviera lista. A parte que aun me queda un Horrocrux que destruir.

-Cuando quieres ir a buscarlo?

-Mañana por la tarde, le pediré a mi padrino que me lleve.

-Pero si a esa hora tenemos Herbología. No es mejor ir pasado mañana, el sábado?

-Desde hace mas de un mes desaparecemos los fines de semana. Sabes que me encanta estar a solas contigo, pero creo que es mejor que el sábado seamos visibles.

-Y que propones?

-Vayamos a Hogsmeade a caminar para cambiar de aires y luego podemos quedarnos cerca del lago. Por más que me gusten las pociones, nuestro hijo necesita aire fresco; a parte hay que aprovechar que ya esta llegando el calor.

-Esta bien, como tu quieras. Voy a dejar la poción lista para que siga cociéndose sola y vamos a volver a nuestro cuarto. Mañana vas a tener que estar sereno.

La mañana siguiente Harry fue a las clases normalmente como siempre, pero para la hora de Herbología, fue hasta el despacho de su padrino.

-Sirius, necesito que me acompañes a buscar el último objeto que necesito -le pidió.

-No es mejor ir mañana?

-Hemos desaparecido muchos fines de semana, así que es mejor que este fin de semana seamos visible.

-Severus no viene con nosotros? -Sirius estaba extrañado, ya que nunca se separaba de Harry a causa de su embarazo.

-No, él se hará visible y pondrá excusas por mi a los profesores. Después de Herbología irá a vigilar la poción y estudiará en la biblioteca.

-Esta bien, vamos. No es bueno que estés separado mucho tiempo de Severus.

Harry se rio ante esas palabras.

-Te has encariñado con Severus?

-En parte -admitió-. Severus te quiere y por ese amor que te tiene esta trabajando junto a mi y a James; incluso se ha reconciliado con Lily. Y bueno, por mi sobrino tengo que llevarme bien con su padre, no crees?

-Gracias por todo lo que estas haciendo con nosotros -dijo abrazándolo.

-Vámonos para volver pronto.

Los dos se encaminaron fuera de Hogwarts sin que nadie los viera y cogiendo el brazo de Sirius, Harry se apareció en la antigua casa del padre de Voldemort.

Harry y Sirius comprobaron si había alguien en los alrededores.

Al ver que estaban solos, Harry se adelantó y recordando las indicaciones que Dumbeldore le diera en su día, encontró el anillo.

Por fortuna, fue fácil encontrarlo y llevárselo. Voldemort era tan arrogante, que no creía que nadie pudiera saber sobre los Horrocrux. Por eso no dejaba protecciones a su alrededor.

Sin hablar mucho entre ellos, Sirius y Harry retomaron el camino de vuelta y volvieron a aparecerse fuera de los terrenos de Hogwarts.

Subieron hasta el despacho de Sirius, evitando a los alumnos y a los profesores.

Una vez encerrados y llenos de protecciones, Harry dejó el anillo sobre el suelo del despacho y recuperando el colmillo de Basilisco, lo clavó en el anillo, que al igual que el diario, brotó de él una substancia como la sangre.

Una vez que todo estuvo destruido, Harry guardó el anillo y el colmillo en su bolsito.

-Te agradezco que me acompañaras.

-Encantado, por suerte ya todo se acabó.

-Solo nos falta Voldemort.

-Si, pero para eso, no estarás solo. Todos estaremos a tu lado cuando tengas que enfrentarte a Voldemort. No dejaremos que te pase nada malo y menos a tu hijo.

-Lo se. -Después de pensar unos segundos, decidió pedirle un favor a Sirius-. Sirius, si algo llega a pasarme...

-Harry no digas eso.

-Si algo llega a pasarme, prométeme que cuidaras de Severus; de Severus y si sobrevive, de mi hijo.

-Harry no te pasará nada.

-Si pasa -insistió-, has que los Medimagos hagan lo necesario para salvar a mi hijo; aunque tengan que elegir entre él y yo. Salva a mi hijo y ayuda a Severus.

-No quiero volver a perder a nadie, menos ahora que James y Lily están vivos.

-Sirius no me perderás -le aseguró-. Soy Harry Potter y que yo sepa, aun no he nacido. Me volverás a ver. Pero cuida a mi familia, tu vas a ser el padrino de este niño.

-El padrino?

-Crees que Severus aceptará al tu de esta época o a Remus? Aunque eso no importa, yo quiero que seas el padrino de mi hijo -le aseguró-. Se que hay muchas cosas que lamentas por no haber podido estar a mi lado. Por eso mismo, si yo no estoy, te pido que lo hagas por mi hijo.

-Haré lo que tú me pidas -le prometió-. Ahora vuelve con Severus, es casi la hora de la cena y estará muy preocupado.

Harry se despidió de Sirius y salió dirección al Gran Salón para buscar a Severus y cenar.

-Ya estas mejor? -le preguntó Severus para disimular ante los demás.

-Si, ya pasó todo.

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Nuevo capítulo.
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