CAPÍTULO 9: DE REGRESO AL TRABAJO.

15.3K 646 38
                                    

(Tato en multimedia)

-Bueno lo que pasa es que estamos investigando la empresa de Matthew, por eso Marcus tenía que ir primero con él. —dijo mi papá sentándose a mi lado. —además fue un golpe de suerte que lo buscará para pedirle un favor.

-Ah... ¿y él los llamó? —murmuré frunciendo mi ceño al ver a mi papá. — ¿qué favor le pidió a Marcus? —encaré una ceja al notar cómo se tensaron un poco. —quiero saber que quiere.

-No, uno de los socios nos llamó diciendo que sospechaba que las cosas andaban mal, ya sabes, piensa que están en cosas ilícitas. —asiento despacio, aunque...no sé no creo que mi jefe sea de esos. —le pidió investigarte, tiene curiosidad por ti.

-¿Y qué planes tienen? —la curiosidad me mata. —¿he? ¿curiosidad por mí? Espero no se te ocurra aceptar y si lo haces procura mentirle, no quiero que este enterado de mi vida, mucho menos de lo que me ha pasado.

-Sonia se tenía que meter a la empresa a colocar cámaras y micrófonos, pero como ahora ya no será ella... —los miré levantando una ceja, eso es fácil, pero con ellos realmente nada es fácil.

-¿Y qué? —les dije sin importancia. —Marcus... ¿te atreviste a siquiera pensar en investigarme? No necesito que ni él o ustedes estén metiendo las narices en mi vida.

-Pues que ahora te harás cargo tú, mi linda hermosa y adorada hija, porque tenemos a nuestro favor que estás trabajando de su secretaria. —dijo mi papá y yo asentí despacio. —si lo haces te vamos a poner cómo toda una santa frente a Matthew, pero si no...tendremos que investigarte porque trabajas en ese lugar.

-Aja, quieres que lo haga yo... ¿algo más? —por la cara de mi papá sé que falta más. —maldito anciano, sabía que dirías algo así. —no esperaba más de ellos, más de mi padre.

-Sí, hay algo más que te va a encantar. —dijo Carmen moviendo sus cejas, cosa que no me gusto. —yo con gustó lo iba a hacer, pero ya que llegaste te lo dejaré a ti.

-Necesitamos que entres a la casa de Matt. —solté el aire que ni siquiera sabía que estaba conteniendo, ya me había asustado, maldita Carmen solo hizo drama.

-Eso es fácil, Marcus lo puede invitar a algún lado y yo entro a su casa. —me encojo de hombros y veo a mi papá rascar su nuca nervioso. —incluso ni siquiera me necesitan para eso.

-Emm...no, en realidad tienes que ser su novia. —dijo mi papá en susurro, pero aun así lo escuche. —necesitamos estar lo más cerca posible de él y por eso tienes que ser su novia.

-¿Qué?! ¡¿Eso cómo para que es necesario?! —respira Allison respira «deberías huir» no suena mala idea, conciencia. —no es necesario, papá, hay muchas formas de obtener información.

-Es que necesitamos que estés todo el tiempo con él, como secretaria te va a llevar a cuestiones de trabajo, en eso no hay problema, pero necesitamos que confíe hasta que sea capaz de contarte absolutamente todo de su vida. —dijo Marcus como si nada.

-¡NO! ¡Ni de chiste pienso hacerlo! Puede acercarme a él como amiga, me tendrá confianza, además tendría un problema. —murmuré frunciendo mi ceño.

-No es lo mismo, necesitamos que seas su novia y no está en discusión. —mi papá se me queda viendo con seriedad. — ¿qué problema? Espero no te lleves mal con él.

-Al parecer al señor Carpenter no le gustan las personas con tatuajes, es un loco. —no tiene nada de malo es arte. —y sí...tal vez nos llevemos un poquito mal, pero en mi defensa, él empezó.

-Y tú qué mi*rda tienes que ver con eso, ¿por qué sería un problema? —dijo mi padre confundido...a él nunca le gustó la idea de que yo me pusiera tatuajes...pero no me puede decir él también tiene. —cualquier cosa la vas a arreglar sin importar quién empezó

-Pues...quizá me hice alguno que otro tatuaje. —murmuré rascando mi nuca. —no empieces con sermones, no los necesito, además ya los tengo y no pienso quitarlos.

-¿Cuántos son y dónde? —dijo mi papa enojado lo que me hizo rodar los ojos. —creí que te había quedado claro que no podías tener ninguno. —bufé cruzándome de brazos.

-Uhm...no sé, perdí la cuenta, pero son muchos. —le sonreí inocente mirándolos. —tengo en los brazos, en la pierna, en mis costillas y debajo de los pechos, ah...también llegando a la...

-Ya entendimos donde, no hace falta explicarlo. —dijo Carmen haciendo cara de asco, estúp*da. —ahora eso no importa, ya veremos qué hacer con eso.

-Pues es a ver cómo te las ingenias, pero debes de ser su novia ya de ya. —bufé al escuchar a Marcus. —empezarás a trabajar con nosotros te guste o no, nos lo debes.

-Si...si, cómo sea, tengo hambre. —en serio estoy muriendo de hambre hoy no me dio tiempo de comer. —no necesito que llegues a darme ordenes, Marcus, así que bájale.

-Vamos al restaurante que está cerca de aquí. —asiento levantándome y tomo mi estúp*do bolso. —dejen de discutir, parecen niños. —dijo papá.

-Lo que sea, pero ya vamos que muero de hambre. —hago un puchero al ver que papá me mira aun molesto.

-No te salvas de hablar conmigo, ¿entiendes? —asiento despacio y ruedo mis ojos sin que me vea. —es hora de irnos.

En cuanto bajamos Jasón y yo nos fuimos con Marcus, mientras que los demás se fueron con papá. Al llegar al restaurante todos bajamos como los adultos maduros que somos ¡Neh mentira! Entramos al restaurante corriendo mientras gritamos para pedir una mesa, hasta que entró papá diciendo que nos calláramos así que eso hicimos, me iba a reír por la cara del mesero porque nos miraba como si estuviéramos locos, ¡amargado! Pero en fin en cuanto nos dieron la mesa, todos empezamos a hablar al mismo tiempo ordenando la comida.

-¡Ya basta! Compórtense, no tienen cinco años. —dijo mi papá dándole un golpe a la mesa y todos nos callamos. —no puedo creer que llega ella y todos se comportan así. —por una parte, eso me hizo sentir mal, pero solo fruncí mi ceño ignorando el sentimiento.

Después de pedir de ordenar comenzamos a platicar, pero en cuanto llegó la comida todos empezamos a comer como una manada de lobos hambrientos, mientras estábamos comiendo miré hacia la entrada y vi a mi jefe entrando con una rubia, pero... ¿será su novia o por negocios? «¿Celosa?» obvio no, conciencia estúp*da. Rodé mis ojos golpeando el codo de papá para que lo viera.

-Papá mi tarado jefe está aquí. —hago una mueca cubriéndome un poco con el cuerpo de Jasón que estaba a mi lado. —no debe verme con ustedes.

-Vaya...sí que viene muy bien acompañado. —le avente un pedazo de lechuga del plato de Jasón a Marcus mirándolo enojada. — ¿Aush? ¿Eso por qué fue?

-Cállate, no pueden vernos juntos, idi*ta. —le susurro mirándolo mal mientras trataba de esconderme más.

-¿Por qué no? Solo somos viejos amigos que se acaban de reencontrar. —dijo Pedro encogiéndose de hombros, más pend*jos no se puede.

-¿Eres idi*ta o qué? No se lo va a creer y se supone que estos dos se conocieron hoy. —Dijo mi padre dándole un golpe en la cabeza a Pedro ya que estaba a su lado derecho. —podemos aprovechar este momento, ve a poner los micrófonos, Frank los tiene en su auto.

-Está bien, en cuanto termine nos vemos en el hotel, si se llega a ir me llaman, Marcus tú tienes mi número. —él asiente mientras me levanto al igual que Frank.

-Yovoy contigo así terminamos más rápido. —asiento tomando las llaves del auto deMarcus y salimos por la puerta de atrás con cuidado de que mi jefe no nos viera.

MI JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora