CAPÍTULO 45: IMÁN DE PROBLEMAS.

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Mientras Iván hacia lo suyo con ese hombre, que por cierto es el hombres que trabaja con Antonio, el idi*ta al que se le ocurrió ponerme las manos encima, así que obvio que de aquí no saldrá vivo, pero, en fin, mi papá me mandó llamar así que al entrar a la oficina de la bodega frunciendo mi ceño al verlo sentado en mi lugar y con todos los demás sentados a sus costados, me senté frente a ellos cruzándome de brazos, incluso estaba Jane... ¿ella que hace aquí?

-Estamos reunidos porque es momento de una intervención...tu actitud no está ayudando en nada, te estás pasando y ya no lo voy a permitir más, Marcus tiene razón, no fueron las palabras correctas, pero sabes bien que es verdad, no puedes seguir así con las únicas personas que te quieren y te han salvado más de una vez la vida. —abrí mi boca para replicar, pero por cómo me miraron decidir callar por esta vez. —y no, no te lo estamos restregando en la cara, sabes bien que no estarías aquí sin nosotros y quiero que te des cuenta de que nos necesitas, así cómo nosotros a ti, de verdad no entiendo que te hizo cambiar tanto y más que nada tratar a Jane, a Tato y a Diablo de esa manera. —miré a esos tres entrecerrando mis ojos...chismosos.

-¿Ya puedo hablar o tienes algo más que decir? —al ver que mi papá mueve su cabeza dándome la palabra, suspiré apoyando mis brazos cruzados sobre el escritorio acercándome un poco más a él. —que te quede claro que tanto tú cómo los demás llevan años fuera de mi vida y no tengo que darles explicaciones sobre mi comportamiento y sí...sé que fui yo quien se alejó, también sé que no todos son cómo quienes me dañaron y menos ustedes...tienen razón, ¿contentos? soy una maldita fastidiosa con todos porque no tengo idea de cómo tratar a los demás...no es excusa, es la verdad, estoy rodeada de personas con las que tengo que ser grosera, fría o una id*ota porque piensan que pueden pisotearme, a Jane la trato así porque no entiendo cómo es que a pesar de todo siempre tiene una sonrisa en el rostro, está feliz y sigue apoyándome...¡está loca! Y tal vez puede que lo haga también porque quiero saber hasta qué punto puede soportar para que se vuelva loca, no me miren así, sé que está mal... —bufé levantándome de la silla. —prometo dejar de ser así...pero sólo con ustedes trataré de ser mejor persona.

-Tratamos de entenderte, pero no por eso dejaremos que sigas despreciando así a tu familia. —asentí despacio metiendo mis manos dentro de las bolsas de mi pans...supongo que, aunque no me guste tienen razón. —esa es mi niña. —solté un quejido al ser aplastada por todos cuando se lanzaron a mí para abrazarme.

-¡HEY! Yo también quiero abrazo. —todos volteamos hacia la puerta mirando a Iván, quien estaba haciendo un puchero y rodé mis ojos. —ya me di cuenta de que soy el hijo menos favorito.

-¡NO! Ni se te ocurra. —todos gritamos al mismo tiempo ya que él estaba todo cubierto de sangre. —te acercas y te juro que te golpeó. —lo amenacé estirando mi mano para alcanzar la grapadora del escritorio.

-Exagerados...ya no los quiero, por eso les va mal. —reprochó cruzándose de brazos y reír levemente separándome de los demás y caminé a la puerta dejándolos ahí para ir a ver a ese hombre.

-Espero no lo hayas matado...yo quiero hacerlo. —caminé hasta entrar al camerino y fruncí mi ceño al verlo sin unos cuantos dedos y en cuanto Iván llegó lo observé molesta. — ¡Yo le iba cortar las manos! ¡No es justo! ¿Por lo menos dijo algo? —bufé acercándome a la mesa y agarrando las tijeras de poda. —estás servirán. —lo miré haciendo una mueca, creo que Iván ha cambiado mucho su forma de torturar a alguien...me agrada. — ¿qué tanto le hiciste? ¿por qué tiene la boca así?

-Comencé con lo básico, quité sus uñas, después unos cuantos dedos, aguantó hasta que le quité pedazos de piel...el cobarde canto cómo un horrible pajarito, pero te lo diré hasta que estemos todos, es algo que no te va a gustar. —lo miré frunciendo mi ceño. —por último, quité algunos dientes y en su lugar le coloqué algunos clavos. —hago una mueca mirando al tipo, se ve bastante mal.

-Está bien, espero no sea nada grave lo que tengas que decir. —al pararme frente al idiota abrí las tijeras sonriendo. —bájale los pantalones. —en cuanto él escuchó mis palabras comenzó a intentar hablar y negué despacio. —tú serás un lindo mensaje para Antonio...lo que me haga me lo pagará de la peor manera...además, seres asquerosos cómo tu no deben de estar con vida. —en cuanto Iván hizo lo que le pedí coloqué las tijeras en su miembro mirándolo a los ojos y sonriendo ampliamente al cortar por completo su miseria. — ¿de verdad pensabas intentar "darme una lección" con esa porquería? ¿acaso tenías frío? —ladee mi cabeza mirando cómo se retorcía de dolor hasta que dejó de moverse e Iván revisa su pulso negando despacio.

-Murió...ahora tu limpia porque hiciste más tiradero que yo. —dijo burlón y me encogí de hombros caminando a la puerta, no sin antes dejar las tijeras sobre la mesa mientras él se limpiaba la sangre en sus manos.

-Le diré a los chicos que lo hagan, pero necesito que me digas que fue lo que ese idi*ta dijo. —suspiré caminando hacía el área en donde está la jaula ya que los demás se encontraban sentados ahí.

-Lo lamento, pero tengo malas noticias...ese hombre solo conocía a un sujeto que trabajan con Antonio, pero ese no es el problema, sino que por la descripción y el nombre que me dio no cabe duda de que es...Joel...tu padre. —me miró apenado mientras yo sentía todo a mi alrededor venirse abajo.

-¿Es una jod*da broma? No puede ser él...Liam lo mató... ¡por eso nos secuestraron! Por eso mataron a Liam cómo venganza...no me puedes salir con que todos estos malditos años ese mal nacido estaba vivo. —le grité a Iván acercándome a él. —debiste decir esto antes de que lo matará... ¡de seguro sabía algo más!

-No...me lo dijo todo, de eso estoy seguro...también mencionó que Troy, Antonio y Joel se reúnen de vez en cuando con otro sujeto en un club de Italia, pero quedaron de verse en una semana en el club Provocateur, creo que ese sujeto es Matt, pero sino es él...entonces alguien más está usando la empresa para transportar la droga. —apreté mis puños frunciendo mi ceño.

-Sí le mandamos el cuerpo a Antonio lo más seguro es que se dé cuenta que no perdí la memoria. —respiré hondo tratando de calmarme porque mi cerebro se seca cuando estoy enojada. — ¿sabes exactamente el día que se van a reunir? —él asiente y mordí mi labio mirando el suelo. —bien...estaremos allí...en una semana vamos a ver a ese sujeto, sea o no sea Matt debemos atraparlo, su prioridad es el sujeto y la mía Joel así que ni se les ocurra meterse, ya estoy harta de esto, lo mataré con mis propias manos. —comenté caminando la oficina y al entrar cerré la puerta antes de acostarme en el sofá, sintiendo que mis lagrimas resbalaban por mis mejillas.  

MI JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora