CAPÍTULO 54: LA BODA II.

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Siendo sincera me estaba comiendo la cabeza mientras ellas continuaban arreglándome, pasaron cómo veinte minutos y al fin terminaron, me levanté acercándome a la cama para sacar el vestido de novia, Alexa y la señora Ana salieron de la habitación para que pudiera vestirme, quite mi ropa sin quitarle la vista al vestido, al tomarlo me lo puse con la ayuda de Carmen que fue la única que se quedó.

El vestido entallado con vuelo en encaje all-over, sus aplicaciones de encaje adornan el cuello y siguen hasta la parte trasera del cuerpo, rematado con tul recubierto de botones en la parte central de la espalda, las mismas aplicaciones se repiten para acentuar las mangas ilusión que se cierran con botón y presilla en la muñeca, la verdad este vestido es precioso, me senté en la cama colocándome el liguero de encaje con un dos diamantes en medio de esta y una pequeña perla colgando, mis tacones son de encaje, siento que me romperé una pierna, por último Carmen me colocó la tiara. Antes de pudiera decir algo se escuchó que tocaron la puerta y entró Tato mirándome asombrado.

-¿Podemos hablar? —asentí despacio y cuando él entró ella se fue, no sin antes besar mi mejilla. —te ves hermosa pero tu mirada está triste.

-Bueno...no es algo que me emocione demasiado. —me encogí de hombros y él sujetó mis mano. —aunque esto sea falso...me siento mal en hacerle daño a esta familia. —susurré al ver el brazalete. —por lo menos la señora Ana no se lo merece, ni Matt...no merece eso.

-Vámonos...podemos huir de nuevo, Diablo tiene el auto listo en la parte de atrás. —siento mis ojos llenarse lágrimas y tragué saliva negando despacio. —vamos...aún tenemos tiempo para huir.

-Sabes que no puedo...solo no me dejen sola, quiero que estén en primera fila...por favor. —me sujetó de las mejillas y dejó un beso en mi frente lo que me hizo cerrar los ojos.

-De acuerdo...pero si te arrepientes saldremos corriendo, ¿sí? —sonreí asintiendo despacio y la puerta se abrió de golpe, al mirar estaba Jane completamente roja con su ceño fruncido.

-Por fin apareces, creí que no ibas a venir, estás bi... —no pude terminar de hablar porque la mano de Jane aterrizó en mi mejilla... ¿me acaba de dar una bofetada? — ¡¿qué mi*rda te pasa?! ¿por qué hiciste eso?

-Eres una... ¡zorra! ¡eso es lo que eres! ¡una maldita! —me gritó y la miré confundida mientras se iba.

-¿Qué mi*rda acaba de pasar? —desvié mi mirada hacia tato para después mirarme al espejo. — ¿qué le pasa? —pregunté observando lo rojizo de mi mejilla, pero tampoco se notaba tanto.

-No lo sé, pero hablaré con ella. —dijo Tato antes de salir corriendo detrás de ella y suspiré sobando mi mejilla con cuidado de no arruinar el maquilla.

-¿Hija que pasó? Se escucharon gritos. —mi papá entró acercándose a mí y negué despacio tomando el ramo de rosas con algunas perlas.

-Nada grave, supongo que solo es un malentendido... —lo miré haciendo una mueca y fruncí mi ceño. —todo estará bien, estoy bien. —susurré más para mí que para él.

-Te ves muy linda, ¿estás lista? Ya llegaron todos los invitados, todo está listo, el juez llegó antes, ¿quieres que sea de una vez? —claro papá aviéntame a la boca del lobo.

-Entre más rápido mejor, ¿no? —caminé hacia la puerta con él detrás de mí, no puedo creer que siga con esta tontería y yo de boba que le sigo la corriente, debería escuchar a Tato e irnos de aquí.

Mi papá se adelantó para avisar que ya empezaría la ceremonia mientras yo estaba caminando de un lado a otro jugando con el brazalete. Cinco minutos después mi papá entró a la sala ofreciéndome su brazos, me acerqué a sujetarlo y caminé a su lado, al salir mis piernas comenzaron a temblar un poco, la típica canción comenzó a sonar, aunque para mí el sonido era lejano por los nervios, las náuseas se hicieron presente, al sentir un pequeño tirón por parte de mi adorado padre comencé a caminar tratando de mantenerme en calma.

MI JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora