CAPÍTULO 64: CONFUSIONES.

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Un sentimiento de vacío, pero a la vez de tranquilidad se sentía en mi pecho, no lo sé, es difícil de explicar, es cómo si me hubiera quitada un enorme peso de encima, pero a la vez no siento nada. En fin, me encontraba acostada en muelle dejando salir el humo del cigarro, creo que llevo más de una hora aquí, pero es que no quiero ponerme de pie, aunque lo haré porque ya es de noche, tengo hambre y sueño. Me levanté con todo el pesar del mundo buscando las llaves de la casa en mi bolso cuando escuché el sonido de un auto estacionarse, al levantar la mirada fruncí mi ceño viendo a mi papá bajar junto con los chicos.

-¿Qué están haciendo aquí? ¿Pasó algo? —me acerqué a ellos mirándolos confundida, solo espero no sean malas noticias, porque me daré un tiro. —estuvimos llamándote desde hace rato.

-Jane nos contó que Matt estaba con una tipa, iba a revisar las cámaras, pero ella me dijo que no, que no estarías de acuerdo con eso. —dijo Frank dándome una memoria usb. —solo hice una copia, no vi nada.

-Sí, ella tenía razón, no me interesa ver nada, vamos a la casa, tengo hambre. —tomé la memoria y caminé hacia la casa. —papá...lo siento, pero no quiero ni puedo volver a saber algo de Matt. —él solo asintió y aventé la memoria al lago.

-Solo tenías que borrar la información... ¡era de un Tera! —me gritó Frank lo que me hizo reír. —bueno, por lo menos te hice reír. —sonreí levemente sintiendo que revolvió mi cabello.

-Si...es para evitar la curiosidad. —entramos a la casa y dejé el bolso sobre la mesa para después ir a la cocina. —solo tengo pastas, cereal, atún y...cátsup. —le dije a los chicos en cuanto entraron a la cocina.

-Todo un manjar para los dioses. —dijo Iván sentándose en la barra. —pero no te preocupes porque van a traer comida. —fruncí mi ceño mirándolo.

-¿Quiénes van a traer comida? Está casa se supone que solo tres personas la conocen... —negué despacio cruzándome de brazos.

-¡Iván! Tenías que quedarte callado, era una sorpresa, bocón. —le gritó Carmen golpeando su hombro, pero solo hicieron que me confundiera aún más, ¿ahora que traman?

-¿Aush? Pero si no le dije quién va a venir. —él no terminó de hablar ya que ella le tapó la boca con su mano.

-Tengo que empezar a hacer yoga... —murmuré caminando a la puerta al escuchar el claxon de un auto. —en serio no les cuesta nada decirme quién es, ¿qué tal si me da un infarto de la sorpresa? —al salir caminé hacia el auto, pero me quedé inmóvil al verlo bajar. — ¡NO! ¡ERES TÚ! —corrí rápido tirándome en sus brazos y él no dudó en cargarme.

-Sí, soy yo...cómo has crecido, fresita. —reí al escucharlo asintiendo despacio. —te extrañé demasiado.

-Y yo a ti, te extrañe tanto...Noah, pero que guapo te ves. —apreté sus mejillas y lo solté cuando sentí un zape en mi cabeza. — ¿Qué te pasa, Bryan?

-Que a mí me insultaste y no me llamaste guapo cuando nos encontramos. —rodé mis ojos al escuchar su reproche. —eso es injusto.

-Es que a mi si me ama. —le respondió Noah besando mi mejilla, pero mi papá me bajó de sus brazos alejándome de él. —oye anciano, no seas envidioso, ya la han tenido mucho tiempo.

-No me infectes a mi niña, ahora vamos a comer que muero de hambre, después hablaremos de lo que tenemos que hacer. —dijo papá y apenas me estoy dando cuenta que también bajó del auto Tato con Diablo.

-¿Todo bien? —me acerqué a ellos los cuales me sonrieron. —me alegro de que estén aquí, estaré más tranquila si los mantengo vigilados.

-Sí, nosotros sí estamos bien, ¿tú? ¿lo estás? —me encogí de hombro ante la pregunta de Diablo. —nos enteramos de lo que pasó. —deberían ponerlo también en las noticias.

-Estoy bien...solo me olvidaré de todo lo que pasó, me enfocaré en el ahora, en las personas que me quieren y las que quiero. —creo que por primera vez después de tanto tiempo me siento, ¿en paz? No sé, pero creo que si evito pensar en lo que pasó no duele tanto...

-Eso me parece muy bien, tienes que darte una oportunidad y sabes que cuentas con nosotros para lo que sea. —sonreí abrazándolos y al ser cargada por diablo me sostengo de sus hombros.

-Solo sé que se van a arrepentir de que sea melosa. —reímos mientras caminaban a la casa. —tengo ganas de una fogata y bombones... ¿podemos? —miré a mi papá haciendo un puchero.

-Lo que quieras, hoy te vamos a consentir porque lo mereces. —rodé mis ojos bajando de los brazos de Diablo al entrar a la casa y sonreí mirando todas las bolsas que traía Tato en las manos.

-¡Basta no, después me voy a aprovechar y me darán una patada! —reímos mientras sacábamos todas las cosas de las bolsas y las llevamos a la cocina para comenzar a preparar la comida.

*Narra Matt*

Me encontraba revisando los documentos para la reunión de mañana ya que era muy importante que todo estuviera listo, tenía que revisar también el trabajo de Ian ya que me dejó solo en esto, pero lo entiendo ya que fue un problema familiar. Me levanté de la silla quitando mi saco al igual que la corbata dejándolas en el perchero y me senté de nuevo cerrando mis ojos al recostarme...diablos debí dejar que Allison se quedará conmigo, pero obviamente me iba a distraer por eso no me quedó de otra que decirle que se fuera, además de que ella necesita descansar, últimamente la he visto muy rara. Fruncí mi ceño al sentir que se sentaron en mis piernas estuve a punto de abrir mis ojos, pero cubrieron mis ojos lo cual me hizo sonreír, mis manos sujetaron sus caderas las cuales me percaté que no estaban cubiertas por ninguna tela, mientras ladeaba mi cabeza al sentir sus besos en mi cuello.

-¿Qué haces aquí amor? Se supone que deberías estar en la casa descansando. —apreté sus caderas al no obtener respuesta de su parte. — ¿Allison pasa algo? —frunzo mi ceño, pero al sentir sus labios contra los míos me relajé siguiendo el beso apasionado. Ella quitó mi camisa y acaricio mi torso. —vamos cariño déjame verte, estoy seguro de que estás desnuda y no quiero perderme de esa maravillosa vista. —murmuré sobre sus labios y aunque traté de quitarme la venda en mis ojos no me dejó. — ¿de verdad quieres jugar así? Bien...juguemos', pero después será mi turno. —sonreí pasando mis manos por su cuerpo hasta subir mis manos a sus senos, mi ceño se frunció al sentir algo en sus pezones. — ¿te hiciste algo? No es divertido que no me conteste... ¿Allison? —quité sus manos de mi rostro para después quitarme la venda.

-¡Sorpresa Matty! —la miré incrédulo y después me levanté de inmediato haciendo que ella cayera al suelo.

-¿Joder qué haces aquí? ¿Qué mi*rda te pasa para entrar así a mi oficina? —le grité tomándola del brazo y caminé arrastrándola a la puerta.

-Matty espera por favor, solo quería darte una sorpresa, la última vez que lo hice te encantó. —bufé negando despacio y la saqué de la oficina no sin antes tomar su vestido.

-Allison tenía razón, eres una sanguijuela oxigenada, no te quiero volver a ver aquí, tienes prohibida la entrada —le di el vestido y cerré la puerta en su cara.

-Maldita sea...cómo diablos no me di cuenta. —gruñí tomando mi camisa, al terminar de ponérmela me colocqué mi saco y la corbata, tomé los papeles que necesitaba guardándolos en mi portafolio para después salir de la oficina, al pasar por el escritorio de Allison me percaté del anillo el cual estaba sobre una nota. —No jod*r, no... —salí rápido apretando la nota en mi mano, entré al ascensor y al abrirse la puerta corrí a mi auto. — ¡mi*rda! Por favor que siga en la casa. —conduje lo más rápido que pude hasta llegar a la casa, bajé del auto dejándolo encendido y al entrar a la casa corrí hasta nuestra habitación. Mi respiración se volvió más pesada al ver la habitación hecha un desastre, los cajones estaban abiertos, sin ningún rastro de su ropa, el closet estaba igual, aunque solo estaba el vestido de novia, lo tomé sentándome en el borde de la cama apretándolo en mi brazos sintiendo mis ojos llenarse de lágrimas. — ¡MI*RDA, ALLISON EN DÓNDE ESTÁS!

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