Capítulo 13: Especial Sasuke 1, un cambio de pensamiento.

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Sus pasos se escuchan caer pesadamente sobre las hojas secas del camino. Ya llevaba varias horas caminando por aquel estrecho sendero que cuando se detuvo por cierta molestia en su visión no supo calcular que hora era exactamente. Con algo de dificultad miro hacia el cielo y pudo divisar que ya estaba oscuro, la noche estaba apagada ya que las nubes se encargaban de tapar la luz de la luna y las estrellas, con un pesado suspiro Sasuke se llevó su mano derecha a sus ojos, sentía que estos le pesaban de sobremanera y creyó que podría desvanecerse en cualquier momento, estaba cansado, y aunque no quería aceptarlo decidió que por ahora ya era suficiente de andar, tenía que descansar algo por la noche para así mañana seguir su camino sin molestia alguna en su cuerpo; y con aquello en la mente se dedicó a observar su entorno, en su visión solo se asomaban arboles desnudos por el cruel invierno que pasaba en estos momentos, sin animarse mucho se metió entre el desolado bosque dejando atrás el sendero. Esquivando ramas entre otras cosas con agilidad pudo encontrar, después de unos largos minutos de búsqueda, una pequeña cueva que le pareció el mejor refugio para pasar la noche ya que al parecer en cualquier momento empezaría a llover, y no quería estar a la intemperie si eso llegaba a suceder.

Sin pensarlo más busco las ramas más secas que pudo encontrar en el suelo y cuando ya las obtuvo camino hasta lo que sería su refugio de noche, ya adentro y después de ver que no corría ningún peligro en el lugar y de que no hubieran rastros de personas o animales adentro se instaló y prendió una pequeña fogata para calentar así su helado cuerpo. Desde que había comenzado el invierno en el sur del mundo, Sasuke, se consiguió un poncho café en un pequeño pueblo a las afueras de la aldea oculta de la niebla, con este abrigo pudo soportar las heladas temperaturas que asomaban los países del sur en aquellos momentos, pero aun así, ahora sentía que su temperatura corporal decaía rápidamente aun al lado del fuego, ¿Qué rayos le estaba pasando? Ya llevaba unos días sintiéndose mal y teniendo una fuerte molestia en sus ojos, ¿Acaso este era el peso de llevar encima el rinnegan?, pensó algo aturdido y sintiendo como su vista se volvía negra mientras miraba el majestuoso fuego que se mantenía vivo por las ramas secas que el adquirió. "No puede ser...solo debe ser cansancio" se dijo algo fastidiado y queriendo convencerse.

—Maldición...—Murmuro enojado de su malestar y de inmediato apoyo su espalda a la pared de tierra acomodándose, luego de observar unos segundos más el arduo fuego en su cuerpo llego a percibir el cansancio acumulado del trayecto de horas antes, la verdad no había descansado nada desde el mediodía del día anterior, no sabía por qué hacía aquello, no tenía ninguna prisa en llegar al siguiente pueblo, tampoco es como si tuviera algún lugar adonde dirigirse especialmente, solo caminaba sin rumbo y no se preocupaba absolutamente de sí mismo. —Ahh...—Un pesado suspiro salió de su boca y luego cerro los ojos para tratar de conciliar el sueño, lo mejor en estos momentos era dormir y así olvidarse de su realidad actual, quería sentirse mejor para volver a su impredecible futuro, solo descansar por ahora era lo mejor que podía hacer.

(....)

Sonidos de fuertes gotas caer en el exterior llegaron al oído del pelinegro, este con algo de dificultad abrió los ojos y lo primero que vio fue el consumido fuego en las cenizas que quedaban, algo aturdido miro para afuera y visualizo la tempestuosa lluvia caer agresivamente en el terreno ya barroso. Sasuke se levantó lentamente apoyando su mano en la pared y cuando ya estuvo de pie caminó hasta la entrada de la cueva sin salir de ella, sus curiosos ojos los fijo en el cielo y no pudo deducir cuantas horas fue la que estuvo inconsciente, pero lo que si supo ver fue que ya era de mañana, ya que estaba un poco más claro que horas antes, pero aun así seguía apagado el ambiente y no supo decir que horas eran exactamente. Odiaba sentirse de aquella manera, desorientado, le gustaba tener todo muy bien calculado, que no saber ni cuantas horas estuvo inconsciente y que hora eran ahora lo tenían de mal humor, detestaba encontrase perdido, pero sin poder hacer más volvió a interior de la cueva y a continuación se sentó en el mismo lugar donde reposo antes, al mirar las cenizas del fuego se lamentó de no haber buscado más leña para prender otra fogata ya que volvía a sentir que el frio lo envolvía nuevamente y sus extremidades empezaban a tiritar. ¿Qué mierda le pasaba?, él nunca había estado así antes, de hecho se había expuesto a temperaturas mucho más bajas y con menos abrigo y no tiritaba ni se sentía de aquella forma, esto estaba mal, algo le ocurría, ni siquiera con el descanso que lo dejo inconsciente por horas se recuperó de lo cansado que se sentía, de hecho se sentía peor que horas atrás.

Dame tu LuzWhere stories live. Discover now