Capítulo 12: Cambio.

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Los días pasaron rápidamente hasta cumplirse nueve meses completos, en este tiempo el cabello de Sakura había crecido más de la cuenta y le llegaba a mitad de su espalda, pero por sus ocupaciones no se había encargado de este. Sakura ya había salido de su encierro hace un tiempo y ahora se dedicaba 100% al hospital, todos los días atendía a pacientes con alguna enfermedad de temporada y también a otros más graves. Le gustaba mucho lo que hacía y además eso le mantenía la mente ocupada y así no pensaba tanto en el regreso del pelinegro.

Después de despachar a su último paciente de la tarde la pelirrosa se sacó su bata blanca de médico y luego se dirigió a la gran ventana para tomar un poco de aire, había sido una jornada dura, muchos pacientes pasaron por sus manos con alguna molestia y ella se dedicó a ayudarlos, lo normal, pero últimamente ella se había dado cuenta que muchos niños –más de lo normal- pasaban más seguido por el hospital y por su consulta, muchos de ellos no tenían ninguna enfermedad y aun así ellos decían que se sentían mal y no tenían ánimos de nada, aquello era extraño ya que no eran unos pocos, eran demasiados y los padres estaban muy preocupados por aquella extraña situación y ella ya entraba a preocuparse por aquello.

—¿Sakura-san? — Unos golpes en la puerta y una suave voz la llamo sacándola de sus pensamientos.

—Adelante. —Hablo ella con voz segura y volviendo a su escritorio para recibir a quien fuera que la buscaba.

La puerta se abrió y a los segundos entro una enfermera con su traje blanco, su pequeño sombrero del mismo color y su cabello castaño recogido en una coleta, la mujer miro a Sakura con sus ojos cafés y sonrió tímidamente.

—Sakura-san, les traigo aquí las fichas de los pacientes de esta noche. —La enfermera se acercó a la pelirrosa y le entrego en las manos los papeles.

—Gracias Mikoto-san.

La chica de ojos jades ojeo las fichas y luego suspiro. Esta noche tenía tres operaciones que hacer junto a otros médicos y enfermeras, no iba a poder descansar como quería pero el deber la llamaba.

—¿A qué hora será la primera operación? —Preguntó la médico para tratar de ver si podía tomarse un pequeño descanso en las horas que quedaban.

—A las 23:30. —Respondió la enfermera rápidamente.

Sakura asintió, le dio unas pequeñas indicaciones y luego la chica de pelo castaño se retiró dejando a la ninja medico a solas en su consulta, después de un largo suspiro Sakura se tiró pesadamente en su silla y hecho la cabeza para atrás para que su vista se clavara en el techo azulado, trato de dejar su mente en blanco pero sus pensamientos no la dejaban, se venía una noche pesada y la presión que sentía en esos momentos la tenían más tensa que de costumbre. Después de unos minutos ladeo su cabeza para mirar el reloj de pared y se dio cuenta que las manecillas marcaban las seis de la tarde y sin querer perder más el tiempo allí, se levantó de un movimiento y luego salió del hospital. Tenía cinco horas antes de la primera operación, hubiera sido bueno decir que iría a casa a descansar pero aun tenía cosas que hacer antes de poder darse aquel lujo, tenía que ver a Naruto y hacerle las últimas revisiones en su brazo. En los últimos meses el rubio ya había aprendido a controlar su prótesis de forma profesional, pero aun así Sakura no quería descuidarse y descuidarlo a él, así que por eso todavía le revisaba el estado de su brazo y así aprovechaba para advertirle a Naruto que lo cuide y no lo sobre exija, esto se lo decía sobre todo ahora, ya que el chico estaba cada vez más confiado y trataba su prótesis como si fuera su brazo natural y hacia trabajos muy forzosos en sus entrenamientos.

—¡Sakura-chan!

La voz animosa de su amigo sonó en sus oídos y ella con una mano lo saludo mientras se acercaba al lugar, una vez al lado de Naruto, Sakura vio que Sai se encontraba un poco más atrás del rubio perdido mientras leía un libro con tapa morada, se veía interesante el contenido del libro ya que Sai no despegaba su vista de él ni cuando Naruto lo llamo para que se uniera a la conversación.

Dame tu LuzWhere stories live. Discover now