La espada maldita (3)

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Chapter 3: El sentimiento más puro

"Sueños que no olvidaré se amontonan en mi corazón...

Llegaremos a olvidar esta época que me hizo tanto mal"

La Espada Maldita.

El sentimiento más puro.

Debía corre, debía hui lejos, eso era lo que haría una persona en su sano juicio, pero Kagome se dijo así misma que definitivamente no estaba cuerda y no era como si le importara demasiado eso. Ella no quería dejarlo solo, ella lo amaba demasiado... tanto que no le temía arriesgar su propia vida... su vida por él. Kagome meditó una fracción de segundos sobre ello. Sonrió levemente para sí, ahora lo entendía mejor, para la joven del futuro no había una vida iluminada y feliz si InuYasha no estaba en ella, Kagome deseaba con todas sus fuerzas pasar el resto de sus días junto al joven hanyou, y por ese deseo que tenía lucharía como pudiera para ayudarlo.

Vio como él se acercaba a ella con una mirada terrorífica, inyectada en sangre sin el más mínimo brillo de cordura. Sus movimientos eran el de un animal depredador acechando a su presa, lista para atacarla y morderla. Sin duda ella se sentía como la indefensa presa.

Su razón una y otra vez le decía: Corre, huye, DEBES correr... pero su corazón le daba una respuesta diferente: Quédate, no abandones a la persona que más amas, no lo hagas... lucha por él.

Kagome sin duda le haría caso a su corazón.

Aferró la espada con fuerza dejando sus nudillos casi blancos, apretando más a Colmillo de Acero contra su cuerpo.

-I... InuYasha... se que aun estas por ahí, por favor no te rindas, yo tampoco lo haré-Le dijo a la figura que ahora solo estaba a unos metros de ella.

-Mujer idiota, tu InuYasha ya no está aquí, he tomado por completo el control de su débil mente-Le contestó la espada maldita con su voz lúgubre y fría. Detente, le dijo una suave voz en su mente a la espada, InuYasha en el lado más oscuro donde había quedado encerrado en su propio cuerpo se despertaba y desmayaba una y otra vez sin poder tener las fuerzas necesarias para tomar el control de su ser. Cuando caía en la inconsciencia solo podía ver imágenes del cuerpo destrozado de sus amigos por él, y una Kagome ensangrentada metros más allá.

Él podría soportar la más feroz paliza, la más cruel tortura, podría aguantar mil tentáculos clavándose en su cuerpo pero lo que jamás podría tolerar era verse así mismo haciéndole daño a los que amaba. A los que había jurado proteger en secreto para sí.

Era frustrante, quería gritar y no podía, quería llorar de desesperación y no podía... en ese oscuro lugar los segundos parecían días.

-¡InuYasha! ¡Por favor reacciona! ¡Tú no eres de los que se rinde!-Le gritó eufórica retrocediendo levemente unos pasos cuando él se acercaba más a ella. De pronto el avance del hanyou poseído se detuvo, levantó la espada y sus ojos se fijaron en la dirección donde estaba Sango, Miroku y Shippo con el gato monstruo.

-¡InuYasha somos tus amigos!-Chilló Shippo al advertir esa mirada vacía, no era difícil descubrir lo que tenía pensando hacer la espada con ellos en ese momento.

-Excelencia-Sango tenía listo su boomerang para ser lanzado, lo único que la retenía era no querer lastimar a su amigo.

Casi te pierdo.Where stories live. Discover now