Invisibles

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Autor: Nube de Magallanes

Summary: Ser invisible era un gran problema para el, para ella su mayor oportunidad. Después de todo lo había amado...hasta ayudarlo. One-Shot

Invisibles

Inuyasha suspiro por enésima vez en esa hora, últimamente tendía a quedarse en la Biblioteca, y no era por estudiar. Simplemente, todas las tardes aprovechaba que llovía para quedarse observando a Kikyou Tama y el entrenamiento de las porristas bajo el techo.

Era tan hermosa.

La quería desde muchísimo tiempo, desde que podía recordar. Había entrado hace un año y medio a la Universidad y tímido como era lo primero que había observado era la bella y popular Kikyou.

Se avergonzaba aun de tener 18 años y sonrojarse por cualquier palabra burda. Pero no podía evitar amarla desde lejos, ella era tan perfecta: con su cabello negro, lacio, su cuerpo escultural que había despertado mas de un pensamiento incomodo y voraz en el, su sonrisa pequeña y tímida, sus ojos negros como el ónix...

Pero sabia que el no era nadie, a penas tenia un amigo en la Universidad, era bastante nervioso y tenia una mala maña de hablar lo que primero se le viniera a la cabeza. Era invisible, y eso no le servía. Era a penas un numero mas en esa Universidad.

—Disculpa, ¿me podrías dar ese libro?—parpadeando de la sorpresa, observo el origen de la voz.

Una capucha negra y unas uñas pintadas de café oscuro lo sorprendieron. El abrigo se movió, y un cabello azabache cayo aun húmedo por el invierno. Los ojos de la chica se encarnaron interrogantes.

—¿Qué?

—El libro...será que me lo podrías dar, es que veo que no lo lees—confundido, bajo la vista al libro que a penas tenia abierta la portada. Avergonzado, se sintió el calor golpearlo.

—Si lo estaba leyendo—ladro.

Ella puso los ojos en blanco.

—No lo creo—señalo una mesa vaciá, a penas a un metro de la de el llena de lápices y una libreta—Te he estado viendo observar bastante interesado el escuadrón de porristas—el tono de ella estaba desprovisto de emoción.

El volvió a sonrojarse y asintió. Cerro el libro y se lo otorgo, era una novela al azar que había cogido del estante. Como siempre. Para sus sorpresa, ella miro de reojo por entre la tela de la tela que cubría su cabeza y suspiro.

—Deberías intentar leerlo de verdad, es interesante—acaricio suavemente su portada, asintió hacia el y volvió a sentarse, clavándose concentradamente en el libro y en su libreta.

Parpadeo una vez mas, y volvió a mirar al campo.

No había nadie.

—¿Qué vas a hacer hoy?—Miroku cerro el manga que estaba leyendo.

Siempre que podía su amigo lo invitaba, pero para el, todas las tardes de los lunes, martes y viernes eran como un ritual religioso. Ver a Kikyou era su hobbie mas preciado.

El suspiro de Miroku lo hizo avergonzarse.

—Ni me conteste, iras a la Biblioteca—comento—Pareces acosador.

—¡Callate Miroku!

Se fue rápidamente, estaba algo enojado. Su amigo no entendía, siempre que lo veía irse para la Biblioteca le decía que Kikyo no era lo que el esperaba. Que no reparaba en su existencia, que para ella, el era invisible.

Eso le dolía

Una vez entro a la Biblioteca, la mujer que trabajaba ahí le envió una mirada aburrida desde sus lentes. Camino rápidamente, tomo del mismo estante un libro cualquiera. Dejo su mochila y abrió el libro en una pagina cualquiera.

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