- ¿No puedes dormir? -Me preguntó Malia.

- Nope -Respondí haciendo énfasis en la "P".- ¿Y tú?

- Tengo frío -Dijo mi compañera de cuarto mientras se acomodaba.- ¿Quieres...? No se ¿Venir aquí?

Dude por un segundo, dormir en la misma cama que una chica guapa pero desconocida no era algo que te ofrecieran todos los días, pero bueno ¿Qué podría salir mal? Que me matara mientras duermo y metiera mi cuerpo dentro del colchón como en ese vídeo de Dross en el que una pareja que vacacionaba en Las Vegas encontró el cadáver de una mujer dentro de su colchón, la cual luego resultó ser una prostituta. Mire a Malia, la cual también me miraba, ¡Nah! De seguro no me haría nada, ademas prefiero morir en esa mullida cama que vivir en este incómodo sofá del Diablo.

- Está bien, hazme espacio -Dije mientras me levantaba.

Camine hacia la cama y me acosté mirando hacia el techo, Malia me dio la espalda y en minutos se quedó dormida. Estaba pensando en todo lo ocurrido en estos días cuando sentí su femenino peso sobre mi pecho, había recostado la cabeza mientras me rodeaba con uno de sus brazos y se acurrucaba contra mí. Sentí un escalofrío porque ya de por sí ella tenía la piel fría, pero no tardó mucho en tomar la misma temperatura corporal que yo; nunca me había imaginado en esta situación con alguien, menos con una chica como Malia, pero creo que mi suerte empieza a cambiar para mejor. Intentando encontrar una posición cómoda para ambos finalmente me quede dormido, solo serian unas pocas horas de sueño, pero algo es mejor que nada.

(...)

De nuevo este maldito sueño, lo odio, de verdad lo hago. Ese zorro esta nuevamente sentado frente a mí en el Nemeton, nueve, tiene nueve colas, eso es lo único que pude confirmar de él. Por alguna razón debajo de mí siempre hay un número pintado en la madera del árbol cortado, esta vez es el 124, parece una cuenta regresiva ¿Pero de qué? Esa es la pregunta que me hago mientras observo al animal de pelaje oscuro frente a mí, mientras mas días pasan es mas grande y sus patas están tomando formas casi humanas, está comenzando a asustarme que este animal se aparezca en mis sueños, pero solo son eso, sueños, cosas inventadas gracias a mi hiperactiva mente que se traumó porque un zorro saltó sobre mí en el bosque hace días. Si, eso debe ser, solo un tonto trauma que debo superar.

El animal no me dice mucho, no parece ser una criatura muy conversadora, aunque a veces habla en un idioma que no puedo comprender, por lo que rapidamente deja de hacerlo ¿Como es que algo creado por mi mente habla en un idioma que ni mi mente conoce? Esa era mi duda por el momento, era algo realmente sospechoso, pero nada podía hacer, quería dormir y la única forma de hacerlo era quedándome allí observando al zorro. Debo admitir que es un bello animal, muy exótico y con una apariencia delicada.

- ¿Por qué siempre estamos aquí? -Le pregunte al zorro, ya me hartaba el silencio.- Es un sueño, vayamos a otro lugar.

No me respondió, se quedó mirándome fijamente y creo que pude verlo fruncir el seño, Dios que hasta a los zorros pongo de mal humor, deberían darme un premio por ser la persona mas molesta del mundo, pero bueno, supongo que no dan esos premios, que mala onda.

El animal sacudió sus colas de forma frenética y estas liberaron una ráfaga de aire, cerré los ojos cuando la ráfaga me dio de lleno en la cara y cuando volví a abrirlos ya no estábamos en el bosque. Esta vez el lugar era completamente blanco y parecía una habitación de hospital o manicomio, seguíamos sentados en el Nemeton, era como si nos hubiera teletransportado con el árbol y todo, me quede mirando sorprendido al zorro, debo admitir que eso había sido genial.

Ultima Oportunidad #SterekAwardsWhere stories live. Discover now