Buenas Relaciones.

Começar do início
                                    

En ese momento la cara de Steve cambio a un color rojo tomate. Al parecer no le gustó mucho la idea de que la chica más linda de la oficina quisiera pasar toda la tarde y parte de la noche encerrada con el chico más aburrido del mundo, ayudándome a terminar los deberes.

- ¿Estás segura Kym? Prácticamente es tu hora de salida.

Ya sabía la respuesta, pero solo por molestar a Steve fingí sorpresa.

- Jonh, estoy segura así que hazte a un lado y pongámonos manos a la obra.

- Steve me miro con ojos de un asesino serial, como cuando su víctima logra escapar.

- Como quieran par de patéticos tortolitos, el informe debe de estar listo mañana a primera hora sobre el escritorio de Soyer. - Dijo Steve.

Las siguientes tres horas Kym y yo nos la pasamos marcando números telefónicos hasta que por fin termínanos con excelentes resultados, pues entre los dos encontramos cinco candidatos que prácticamente tenían el dinero para comprar ya una vivienda.

Eran las nueve pm cuando salimos de la oficina y como vivíamos por el mismo rumbo no tuve que buscar un pretexto para que nos fuéramos juntos.

- De verdad te agradezco lo que hiciste hoy, ya no hay gente como tú, ¿qué puedo hacer para agradecerte Kym?

- Pues se me ocurre que podrías invitarme una hamburguesa. - Respondió.

- Vaya que humilde y sencilla eres, no te hiciste del rogar un solo segundo, jajaja.
Vamos, pero, mejor que sean dos. También me muero de hambre.

La noche transcurrió entre charla y chismorreo agradable sobre las últimas decisiones de la compañía y los novatos que iban ingresando a la misma.

Después de una grata noche informal y una mini cita no planeada termine en la entrada de su apartamento.

Lo que esa tarde había hecho Kym solo servía para hacer que me enamorara aún más de ella. Su personalidad su valor de espíritu, sus hermosas chapitas rojas en las mejillas, pero sobre todo sus preciosos ojos marrones que yacían bajo sus gafas y le daban ese toque de secretaria sexy que yo adoraba.


Quería besarla debía hacerlo, pero, no quería arruinar nuestra amistad, ¿y si me rechazaba? ¿Y si las cosas cambiaban entre nosotros? ¿Y sí?...

A la míerda todo. - Pensé.

Y mientras Kym habla y habla yo solo miraba sus jugosos y carnosos labios moverse como provocando a los míos a propósito.

- Y pues sencillamente Jonh, debes ignorar al patético de Steve, se siente un dios además de que...

Me arme de valor y me acerque sin pensar, ni siquiera la deje terminar su frase, así, sin analizar, sin decir nada, impulsivamente, caóticamente ¡la bese!...

No sé cuánto duro, tal vez tres segundos, tal vez una vida. Simplemente me había perdido en ella.

¿Qué si fue corto o largo? No importaba, mis labios habían tocado los de ella, ahora podía morir en paz. Ojalá eso mismo hubiese pensado ella.

De pronto Kym reacciono y me dio un leve empujón, me miró con los ojos muy abiertos, no se veía molesta, no en ese momento, más bien sorprendida diría yo.

Y por cinco segundos más, no dijo nada. Finalmente articulo palabra.

- ¿Por qué demonios hiciste eso Jonh? ¡dime! ¿por qué lo hiciste?

En ese punto si que se escuchaba molesta y tal vez quizás un poco decepcionada.

- Kym lo siento emm yo.

Lo que a continuación sucedido me lo gane a pulso, ni siquiera debió pasar por mí mente la idea de besarla, todo lo malo en el mundo me pasa a mí.

En ese instante sentí un golpe seco y llano en mí mejilla, me dio una gran bofetada. Se me caía la cara de vergüenza, me reclamaba a mis adentros. - Tonto, tonto Jonh no debiste de hacerlo. – Pensaba.

Kym se dio media vuelta y antes de cerrarme la puerta en la cara dijo;

- No quiero que me vuelvas a hablar lo que hiciste fue injusto, no fue correcto, creí que éramos amigos. Adiós Jonh.

Me quede ahí paradoté, sin poder responder nada. Aún sentía mí mejilla punzando por aquel golpe de Kym, no sabía que decir, realmente no tenía nada que decir.

Lo mejor es que me fuera a casa, mañana tenía que visitar a los posibles candidatos y con ello una jugosa comisión para mí.

Me di medía vuelta e inicié el camino a casa. La noche era realmente hermosa, la luz de una Luna llena gigante acariciaba la fallada de las casas de la zona.

Eso no importaba ahora. La había cagado con Kym...

El Maestro Del Tiempo. ¿Y si?...Onde histórias criam vida. Descubra agora