Capítulo 43

4.6K 406 312
                                    

Solté el vaso en la encimera. Ni siquiera había bebido agua, pero ahora mismo no era mi prioridad. 

- No se puede cambiar - le contesté antes de girarme a encararle. 

Me cogió un mechón de mi pelo y jugueteó con él entre sus dedos. Sabía lo que estaba haciendo, estaba seduciéndome y yo no estaba poniendo muchos obstáculos. 

- ¿Ah no? - preguntó divertido. Colocó el mechón por detrás de mi oreja y me susurró algo más cerca si cabe - Tú has cambiado. 

Ahí tenía parte de razón. Yo había cambiado. 

- Por necesidad - dije quitando mi mirada de la suya. 

Estaba empezando a estar incómoda. Cuando bajé la mirada me di cuenta de que había cubierto su torso con una chaqueta. Respiré hondo y pensé que ya estaba bien de hacer el idiota. No me iba a intimidar a mí con su miradita de Don Juan.

- Cosa que tú no tienes - añadí mientras le miraba fijamente y sin echarme para atrás aunque quisiese. 

- ¿Eso crees? - enarcó una ceja, parecía que se estaba divirtiendo con esto. 

Le di un empujón leve porque sino, no podía salir y me fui de la cocina. Agarré mi cazadora de cuero y caminé hacia la puerta de salida. 

- Mejor me voy de aquí. 

Llamé al ascensor. Cosa que no entendí, por qué subimos por las escaleras antes cuando había ascensor. Que yo sepa estaba herido... 

Y me metí dentro en cuanto llegó. No se cerraron las puertas a tiempo ya que entró Dylan en un ágil movimiento. Me miró fijamente y dijo:

- Sí tengo necesidad.

- Lo dudo - respondí cortante. 

- Si no cambio nunca vas a volver a estar conmigo - le miré sin comprender y concluyó - Estoy enamorado de ti Brooke. 

No me preguntéis por qué. No me preguntéis cómo ni qué. No me preguntéis nada, porque yo tampoco sé por qué reaccioné como lo hice. 

Me lancé hacia él y le besé. 

Al principio ninguno se lo creía pero esto era real, esto estaba pasando. Yo le había besado y no por obligación. Era diferente no era como antes ni siquiera era como cuando estábamos juntos. 

Su lengua chocó con la mía y mi boca amortiguó un jadeo proveniente de su garganta. Necesitaba más. 

Le quité la chaqueta negra que llevaba mientras él me besaba el cuello con ansia. Cayó al suelo y mis manos fueron a su espalda. El tacto de su piel con los tatuajes era increíble. Volví a buscar su boca y sus manos fueron a mi culo. 

Me estrechó contra él y ambos gemimos de anticipación. Las puertas del ascensor se abrieron y él volvió a pulsar el piso dos. Me fui de su casa para evitar esto y aún así iba a acabar pasando. No podía negar que había atracción. 

Su boca volvió al cuello y empezó a succionar, lamer y morder. Creo que me iba a dejar una marca, pero no es como si eso me importase en este preciso momento. Me mordió el lóbulo de mi oreja y me susurró con voz ronca contra mi sensible piel:

- Te echaba de menos. 

No le respondí, solo busqué su cuello y empecé a besarle desesperadamente. Ni yo misma sé que pretendía con eso, pero no quería parar, ni escuchar cosas que no me creía. 

De nuevo se volvieron a abrir las puertas del ascensor y sin parar de tocarnos y besarnos entramos a su piso. Con un movimiento de mi culo cerré la puerta. 

Te enseñaré a tenerme miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora