Capítulo 9

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- Despierta Brooke.

Noté como el gran sueño que estaba teniendo se desvanecía, para pasar a una pesadilla, la realidad. No voy a detallar lo que estaba soñando, porque era bastante caliente. Y al abrir los ojos en vez de ver a los de ese tío bueno, me encuentro con los de mi padre.

¿Qué hace aquí? Me pregunto mentalmente. 

Amargarme la vida. Eso hace. Nunca nos hemos llevado mal, ni desde que se fue mamá. Pero ambos tenemos nuestra vida. Y yo estaba en un gran sueño, no merecía ser despertada de esta terrible manera.

Volví a cerrar los ojos. Me estaba haciendo la dormida. Quizás con un poco de suerte se vaya. Seguro que aún es pronto y quiere... Qué sé yo que narices quiere...

Me zarandea del hombro y yo gruño como respuesta. Me tapo aún más con las mantas y me pongo en posición fetal. 

Quiero dormir maldita sea. ¿No lo ve?

Es que mi padre no entiende lo cansado que es venir de una carrera ilegal, donde tienes que estar pendiente de quien tienes cerca. Me podían haber disparado en cualquier momento. Eso te pone en tensión constante. Necesito descansar más, sino voy a tener ojeras. Y a ninguna chica nos gusta tener ojeras por culpa de nuestro padre.

- Brooke Davis Stone - dice con tono firme.

Pongo los ojos en blanco, debajo de toda la tela que me cubre. Ni que decir mi nombre y apellidos me fuese a levantar de la cama. 

¿No entiende que he matado a gente por menos que despertarme?

Oh claro que no lo entiende, esto de llevar una doble vida es agotador. En casa sigo siendo la hija perfecta, bueno nunca he sido perfecta, pero medianamente decente sí. Fuera ya es otro cantar, soy la pesadilla de cada padre.

Asomo levemente la cabeza, dejando solo a la vista mis ojos y los abro delicadamente, por si hay demasiada luz fuera. No quiero quedarme ciega.

Le doy una mirada de odio a mi padre y por fin me fijo en su cara está con la barba de unos días, ojeras, aspecto cansado... Realmente no le vi así ni cuando se fue mi madre. 

¿Qué estaba pasando?

Me incorporo y apoyo mi espalda en el cabecero. Mierda. Debajo de la almohada tengo mi pistola favorita. Espero que no le de por levantarla o apoyarse encima.

- Brooke vamos a comer con los Jones.

Si tuviese algo en la boca me atragantaría. ¿Es que el universo se ha alineado en mi contra? ¿Enserio? Después de dos años sin verles, ahora tengo que comer con ellos...

Espléndido.

Miro directamente el reloj, son las doce del medio día, me queda una hora como mucho para salir hacia donde mi querido padre haya quedado con ellos...

- Bien... - digo con mi voz ronca. No beber nada antes de hablar, no es bueno.

- Hemos quedado en el Italiano de la plaza - comenta mi padre un poco más relajado al haber aceptado. 

Yo asiento y sale de mi habitación.

Y ahora... ¿Qué narices me pongo? Es peligroso que alguien me reconozca, no es que la gentuza de mi otro mundo suela ir a esos sitios pero... Nunca se sabe.

Me decanto por una falda negra de vuelo que llega hasta la cintura. Y una camisa rosa palo con pedrería en el escote. El cinturón del color de la camiseta queda muy bien.

Es una lastima estropear mi look con las botas negras, pero necesito llevar la navaja a mano y es el mejor lugar para esconderla. Me rizo el pelo con las tenacillas y me maquillo suavemente. Un poco de rimel, algo de colorete y un suave rosa en los labios.

Te enseñaré a tenerme miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora