Capítulo 35

4.5K 394 218
                                    

Me quedé blanca. Creo que la sangre no me llegaba al cerebro y el aire no entraba a mis pulmones. Tenía todo el cuerpo en tensión y un calambre en la pierna izquierda. 

No quería llorar, no quería hacer nada que me hiciese débil, pero a la vez tenía un nudo en el estómago y me costaba tragar saliva. 

- ¿Mamá? - pregunté como si tuviese cuatro años. 

- Sí, dice que pares ya Brooke - me miró y entrecierra los ojos para analizar mi siguiente reacción - O debería llamarte Dama. 

Un escalofrío recorre todo mi cuerpo. Yo... Yo no sé que decir. Por lo tanto no digo nada, me pongo a mirar por la ventana. Ya nos estamos acercando a la casa de la familia Jones y yo estoy... No sé ni como estoy. 

Mi padre tiene contacto con mi madre y no me lo ha dicho nunca. Me siento engañada, me siento traicionada, me siento sumamente decepcionada y me siento invisible. 

Bajo del coche con movimientos mecánicos. Mi padre apoya su mano en mi espalda y me guía hacia la casa como si yo no estuviese en shock. La puerta se abre, Kate que es la criada nos recibe entusiasmada. Me encantaba esta mujer cuando era pequeña. 

Me mira sonriente mientras me dice como he crecido y lo guapa que estoy. No soy capaz ni de contestar sigo dando vueltas a todo en mi cabeza. Entro al gran salón. La casa de los Jones es más grande que la nuestra. Los tres miembros de la familia nos miran, pero Connor no quita los ojos  de mi padre, ni siquiera quiere verme. 

Vamos hacia ellos con paso firme, al menos mi padre me lleva con paso firme. Primero le saludan a él y luego me vienen a besar a mí. Oigo ligeros halagos por parte del padre, oigo grititos de alegría de parte de la madre, según ella el vestido me sienta de maravilla. Pero en ningún momento oigo a Connor. 

Nos saludamos manteniendo la distancia y yo me siento en la mesa. El señor y señora Jones están presidiéndola cada uno en un lado. En la parte larga nos encontramos mi padre y yo, él cerca de su amigo y yo cerca de la manipuladora. Y Connor está en frente mío. 

Como la sopa de marisco lo primero. 

Hablan sobre negocios y las noticias de hoy en día. Mi padre de vez en cuando me toca la pierna y yo sonrío falsamente a quien esté hablando. 

Y entonces una pregunta me saca de mis pensamientos. 

- ¿Has sabido algo de ella en estos dos años?

Sí, la que pregunta es la cotilla y malévola señora Jones, Adele, para los falsos amigos. Al oírla levanto la vista del plato y me encuentro con la mirada preocupada de Connor. Trago fuerte, nota que algo pasa, miro a mi padre que a su vez me mira y contesta tranquilamente:

- No, Adele, nos dejó y no ha vuelto. 

Vuelvo a centrar la vista en el plato. Se me revuelve el estómago. No puedo más con este teatro. Me levanto de la silla asqueada, murmuro un: "Con permiso". Y salgo apresurada hacia el baño. Ni siquiera cierro la puerta, me tiro hacia el vater y vomito. 

Me salen lágrimas por los ojos, tengo la garganta al rojo vivo y estoy... Hundida. Me seco la cara con un papel y cuando me miro en el espejo veo detrás de mí a Connor. Su cara es seria, está preocupado, pero no se atreve a preguntar. 

- Estoy bien - dije intentando poner una sonrisa falsa en mi cara. 

No se movió ni un milímetro solo seguía observándome. Me estaba estresando, podía imaginar como en su mente se estaba compadeciendo de mí. 

- La sopa no me ha sentado bien.

Ni él ni yo misma nos lo creíamos, pero bueno, era por decir algo. Me lavé la boca, me retoqué el maquillaje en el espejo y respiré hondo tres veces. Todo esto bajo los ojos verdes de Connor, que no se perdían ningún detalle. 

Te enseñaré a tenerme miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora